Si hay alguien que siga pensando que Pilar Rubio fue la culpable de la muerte de ‘OT’ en 2011 es que no ha visto aún la primera gala de ‘Operación Triunfo 2017’. El formato regresó a TVE el 23 de octubre de 2017 en baja forma, demostrando que cualquier tiempo pasado fue mejor y que la mujer de Sergio Ramos no es tan mala como se pensaba.
Han pasado 17 años del estreno del primer ‘Operación Triunfo’ y eso es mucho tiempo, sobre todo en televisión. Como espectadores hemos perdido la virginidad. Y no sólo nosotros. Cualquiera que se presente a un talent-show ya está de vuelta de todo. Este es el primer hándicap con el que ha nacido ‘OT2017’.
Los que aspiran a ser ‘estrellas’ ya no son niñatos inguenuos a los que les gusta cantar en la ducha o subidos a un andamio. No. Ahora todos creen saber lo que quiere el público. La gran mayoría de los nuevos concursantes de ‘OT 2017’ son unos resabiados, desechos de otros formatos idénticos (‘La Voz’, ‘Número uno’…). Si alguien esperaba (en este o en cualquier otro concurso) a una Rosa López, a un Bisbal o a un Bustamante, que cambie de década.
A ‘OT’ ya no le sirve el factor nostalgia. El formato ha cambiado, es verdad, pero no necesariamente a mejor.
El casting de los nuevos ‘triunfitos’ es de todo menos variado. Confundes caras, peinados, vestidos, escotes y voces (malas). Ni rastro de naturalidad o de rasgos diferenciales. La mayoría son veinteañeros de buen ver (o al menos resultones) con idénticos gustos musicales.
La expectación creada alrededor de uno de esos formatos que cambiaron la historia de la tele era grande. Demasiado. Es difícil que llueva al gusto de todos. La decepción estaba casi asegurada pero eso no justifica la larga lista de despropósitos que padecimos el día del estreno.
Para empezar, los problemas técnicos fueron alarmantes. No entiendo que en un show musical haya fallos tan llamativos de sonido. Los pobres concursantes no se escuchaban al cantar y el espectador hubiese preferido no hacerlo. ¡Qué horror! ¡Qué gallos! ¡Qué chirridos! ¿No se supone que Gestmusic es una productora especialista en este tipo de shows?
Otro fallo: nos vendieron que el plató es espectacular y no lo dudo, pero desde mi casa no lo vi. No hubo profundidad de campo ni sensación de grandiosidad. ¿Había problemas con las ‘cabezas calientes’ y los tiros de cámara? Si no es así no se entiende.
Pero todos estos ‘defectos’ podrían salvarse o explicarse con la excusa de los nervios del directo o del estreno, si alguien se hubiese molestado en escribir una escaleta en condiciones.
Un evento como el de la vuelta de ‘OT’ no puede empezar con el presentador a las afueras del plató (en un plano horroroso) dando paso a media hora de castings previos para luego regresar con un número musical no muy potente (de Mónica Naranjo) y entrevistas a los nuevos talents.
‘OT 2017’ arrancó a las 22.00 horas y hasta las 23.00 no escuchamos cantar a ningún concursante. Eso es intolerable y aburrido. Y si era por no competir con otras cadenas, que hubiesen empezado más tarde.
Yo esperaba un número musical inicial pero no uno cualquiera. Las circunstancias exigían tirar la casa por la ventana. Dejar con la boca abierta al menos pintado. Y de ahí, pasar a los aspirantes, sin tanta cháchara o presentación. No me vale la excusa de que era una gala cero y había que poner en situación a los espectadores. Mentira.
En la gala inaugural de ‘OT 2017’ hubo demasiada palabrería y poca música. Ni rastro de sorpresas o grandes momentos. Durante cuatro horas y media asistimos a una eterna repetición de conceptos. La estructura de entrevistar a los chicos por bloques de cuatro y ver sus actuaciones de seguido resultó tediosa y triste.
¿Y qué es eso de que los padres de los concursantes los estaban viendo desde casa? ¿Acaso no es requisito de cualquier reality el ver a los familiares emocionarse en directo? Aquí falta sentimiento, electricidad, magia.
Otro punto en contra es Roberto Leal. En serio ¿Por qué no ficharon a Nuria Roca? Hasta Anne Igartiburu lo habría hecho mejor. No digo que el presentador sea malo, es que simplemente no demostró pasión ni fuerza. Para conducir un formato como ‘OT’ se necesita locura, rozar la vergüenza ajena si hace falta.
Premian la ‘lealtad’ de Roberto Leal nombrándolo presentador de ‘Operación Triunfo 2017‘
Nada en este nuevo ‘OT’ tiene carisma. Ni el presentador, ni los concursantes, ni el jurado- Mónica Naranjo, Manuel Martos y Joe Pérez-Orive- ni Noemi Galera como nueva (y sosísima) directora de la academia.
En definitiva, la primera gala ha sido una oportunidad perdida. Prefiero mil veces que se me pongan los pelos de punta con ‘La casa de papel’ en A3, por ejemplo, que ver a este grupo de aspirantes a estrellas que se confunden unos con otros.
Tan sólo me puedo reír pensando en Pilar Rubio viendo la primera gala de ‘OT 2017’ con una copa de vino en la mano y rumiando: ‘¿Lo veis? No fue culpa mía…Ja ja ja’