‘Fariña’ es el auténtico antes y después de la televisión en abierto. No es un simple ‘paso más allá’, es el trampolín definitivo. Antena3 ha hecho la serie que hace años hubiera sido impensable ver en una generalista. ‘Fariña’ es un hito, un producto que coloca a la cadena y a la productora en la estratosfera de la industria.
UNA ESTRATEGIA DE PROMOCIÓN PERFECTA
No estaba planeado su estreno hasta dentro de unos meses pero la decisión de la jueza Alejandra Pontana de secuestrar el libro de Nacho Carrero a petición del exalcalde de O Grove por supuesta vulneración de su derecho al honor, provocó que Antena3 hiciera una de las estrategias de programación más rápidas y agudas de la historia.
A la polémica del libro se le une la detención, el pasado 6 de febrero de 2018, de Sito Miñanco, el famoso narcotraficante gallego, epicentro de la acción que se narra en ‘Fariña’.
Toda una ‘tormenta perfecta’ de casualidades que Antena3 aprovechó el 28 de febrero con la emisión del primer episodio de su serie en primicia (en parte, para subirse al carro de la polémica, en parte para testar al público, puesto que de momento el resto de capítulos no tiene fecha de estreno) y que ha resultado ser todo un éxito de audiencia con un increíble 21,5% de share. ¿Qué significa? Que el espectador medio en España no es tan básico como piensan algunos directivos.
EL MILAGRO DE ADAPTAR ‘FARIÑA’
Polémicas a parte, celebramos con entusiasmo el estreno de ‘Fariña’, la serie que le planta cara a los lastres que ha arrastrado nuestra ficción desde hace tiempos inmemoriales. Adiós a la integración de todo el público. Adiós a la señora de Cuenca, a los 70 minutos, a las tramas masticaditas para que la gente no se pierda. Hola a los productos de nicho, a los localismos, a las sutilezas, al no tratar a los espectadores como primates.
Hay que decirlo muy alto y claro: aquí se ha adaptado una obra de NO FICCIÓN. Darle estructura narrativa a un ensayo periodístico, crear personajes y situaciones dramáticas a partir de ahí, es más que meritorio. Es milagroso.
Diego Sotelo (‘Acusados’, ‘Sin tetas no hay paraíso’, ‘Bajo sospecha’), y Cristóbal Garrido (‘Cuerpo de élite’ ), Gema R. Neira (Directora de desarollo de Bambú) y Ramón Campos son los responsables del guion, los que han conseguido poner orden en un cúmulo de fechas, nombres, datos e informes judiciales. A ellos les debemos esta aproximación seria y muy entretenida de una de las etapas más oscuras y menos explotadas de nuestra historia reciente.
Aunque son cientos los personajes que pueblan ‘Fariña’, no te pierdes, uno se va acercando a la trama paso a paso pero sin tiempos muertos. El ritmo es trepidante y el guion encuentra hallazgos dramáticos insuperables tales como las dos secuencias en el restaurante- que aclaran las motivaciones del personaje principal- o detalles visuales tan sublimes como las cajas de detergente llenas de dinero.
‘Fariña’ apuesta por un costumbrismo nada propio de la televisión generalista. Se gradece la falta de pretenciosidad. No se engola la voz en ningún momento. Los diálogos son naturalistas, frescos, creíbles.
La serie no es fácil pero tampoco difícil. Aglutinar y masticar tanta información podría ser un suicidio pero se consigue gracias a una estructura y un montaje perfectos. En ‘Narcos’ (Netflix), el gran referente de ‘Fariña’, lo solucionaron con una voz en off muy útil pero cansina. Aquí no, aquí se arriesga mucho más. Se entretiene sin grandes giros, sin historias de amor, sin tensiones sexuales no resueltas, ni explosiones.
Es maravilloso ver el punto de vista de ‘los villanos’ que, en este caso, no eran más que unos paletos obnubilados por la llamada del dinero fácil. Qué maravillosa es, por ejemplo, la escena en la que los tres narcotraficantes llegan a Panamá y se ilusionan por ver un casino en el aeropuerto o ese diálogo en el que el mafioso latino les habla de Pablo Escobar y ellos, ignorantes, responden que al único Escobar que conocen es a Manolo.
Dejarse de complejos y hacer una serie genuinamente gallega (con incursión lingüística incorporada) es tan arriesgado como aplaudible. Por fin se ha entendido que la localización puede ser universal, que poner la lupa en un lugar y una época específicos no excluye a nadie, al revés, se crea interés y credibilidad.
Además del guión, ‘Fariña’ goza de un empaque técnico envidiable. Hay una riqueza de planos única en nuestro país. Hay profundidad de campo-sabes dónde estás- y se cuida el segundo plano tanto como el primero (esas mujeres haciendo empanadas al fondo, en la cocina, mientras que los hombres hacen negocios).
Bravo por no querer hacer una serie que quiera caer bien. En ‘Fariña’ no hay concesiones a nadie. Por ejemplo, el protagonista, Sito Miñanco (maravilloso Javier Rey) se nos presenta como un tipo ambicioso, vividor, arrogante, infiel pero fascinante.
Trailer la serie de A3, ‘Fariña’
LOS GRANDES TRIUNFADORES DE ‘FARIÑA’
Además de los guionistas, directores y actores, hay dos grandes vendedores de‘Fariña’: Ramón Campos y Sonia Martínez. El primero, dueño y director de BambúProducciones, ha dado un golpe en la mesa demostrando que su empresa no sólo se dedica a crear mundos ñoños de buen ver (‘Velvet’, ‘Tiempos de guerra’…).Bambú es, por fin, la productora que debe ser: pionera y plural.
Sonia Martínez, directora de ficción de Atresmedia, ha vuelto a colocarse en el Olimpo de la industria. Ya no hay quién le tosa o cuestione su intuición. Ha apostado por crear marca, por ayudar a contar lo que no se ha contado antes, a hacer de la nuestra una televisión mejor. A ver si alguien se piensa que vender a unos directivos de televisión una serie como esta es tarea fácil…
EN RESUMIDAS CUENTAS
Lo mejor: Prácticamente todo. Desde el diseño de producción, los actores (todos a favor de obra), la riqueza de planos, la banda sonora y, sobre todo, el guión.
Lo peor: Falta un poco de relax. Es todo tan trepidante y pasan tantas cosas que a veces se necesita un respiro emocional. Se echan de menos secuencias en las que ver a los personajes en su intimidad. ¿Por qué la familia de Sito queda tan desdibujada? ¿Acaso es un tipo que no quiere a su mujer y a sus hijas?