Javier Ambrossi y Javier Calvo son, como pareja, uno de los mayores fenómenos sociales de los últimos años. Los actores reconvertidos en cineastas (La Llamada) y en profesores de ‘Operación Triunfo’ son algo así como una revolución ‘millenial’ y es por ello que el 6 de mayo de 2018 se sentaron para hablar con Risto Mejide en el ‘Chester’ dedicado al talento.
Javier Ambrossi: «Si nosotros hemos conseguido construir un futuro juntos, tú lo puedes conseguir».
RISTO MEJIDE:» ¿HACÉIS PSICOLOGÍA BARATA?»
Mejide confesó no haber visto la última edición de OT porque era como «ver a tu ex tirándose a otro» pero que sí que había seguido el trabajo de los Javis en la academia. Para ello, mostró un vídeo de una de sus clases y les preguntó si todo este secreto de su éxito era una artimaña de psicología barata:
¿Esto es psicología barata?
Los directores se rieron y admitieron.
No, en todo caso es psicología simple.
LOS JAVIS COMO FENÓMENO
Son talentosos, naturales, saben conectar con el público y no tienen miedo a exponerse, tanto a nivel profesional como a nivel personal. Javier Ambrossi y Javier Calvo son una marca, ‘Los Javis’, y la explotan. La pregunta es si tanto éxito se puede volver contra ellos o si lo suyo es flor de un día.
El truco de los ‘Javis’ es la imagen que venden de libertad creativa y personal. Su propia historia lo ejemplifica. Ambos eran actores sin trabajo (la época en la que Calvo había triunfado en ‘Física o Química’ ya era historia) y, como pareja, decidieron ir a por todas y crear una diminuta obra que, al principio, se representaba en el hall de un teatro madrileño. Era ‘La llamada’, todo un fenómeno en las tablas que contó con una exitosa adaptación cinematográfica y luego vino ‘Paquita Salas’ (webserie que ha sido comprada por Netflix y que, sin duda, es de los mejores productos audiovisuales de los últimos años).
El guiño viral de ‘El Ministerio del Tiempo’ a ‘La Llamada’ con Macarena García
Pero su fichaje como profesores de interpretación de ‘Operación Triunfo 2017′ les sacó del nicho hipster y el gran público les descubrió en toda sus formas. ‘Los Javis’ son libres, hacen lo que quieren pero sin olvidar el buen gusto, la calidad, y el mensaje. Y es que cualquiera que haya visto alguna de sus creaciones sabrá que estos dos tienen mucho que contar.
El problema es que la sobrexplotación siempre conlleva cierto rechazo. Cuando parece que estás en todas partes puedes llegar a agotar y convertirte en una parodia de ti mismo. Es lo que le ha pasado, por ejemplo, a personajes como Mario Vaquerizo.
Pero si algo quedó claro el 6 de mayo de 2018 en el ‘Chester’ es que Los Javis no son un fenómeno vacío. Son tipos espontáneos, terriblemente empáticos, imperfectos, sinceros y conscientes de quiénes son y de lo que hacen. Tienen libertad creativo pero siempre respetando al público. Esa es la clave.
HOMSEXUALIDAD, OPUS DEI Y SALIDAS DEL ARMARIO
Lo malo que tuvo su charla con Risto es que supo a poco. Faltó mucho de lo que hablar y analizar. Mejide se centró excesivamente en la sexualidad de sus invitados, en el bullying que sufrieron en el colegio y en la reivindicación del colectivo LGTB. Son temas importantes, sí, pero echamos de menos más cosas sobre ellos y su trabajo.
Sobre su sexualidad, Calvo confesó:
De pequeño me juraba a mí mismo vivir una vida de mentira porque sentía que nadie me iba a querer. Mehice el hetero muchas veces, estaba muy perdido en la vida. Ojalá yo hubiera tenido los referentes que ahora hay y que te dijeran que puedes hacer lo que tú quieras, vivir sin miedo, ser tú mismo.
Tenía todos los días a un chico que cuando pasaba por el pasillo me decía ‘Calvo maricón’. No sé porque siempre había pensado que no me habían hecho bullying. Interpreté a un personaje gay en ‘Física o química’ sin tener claro que yo era gay. Descubrí mi sexualidad a través de mi personaje, crecimos juntos. Una experiencia increíble, guardo a Fer y a esa serie en mi corazón
Salí del armario con mis padres un día que estábamos en el coche de camino a una comunión, y como estábamos discutiendo, les solté a mis padres que ‘soy gay, tengo novio y quiero irme a vivir con él’. Y no pasó nada.
Ambrossi, por su parte, confesó:
Estaba estudiando en un colegio del Opus Dei y aún, con 33 años, no me siento liberado de todo lo que me inculcaron. Siempre hablo para recordarme quien soy, porque si no lo hiciera, volvería a pensar lo que está clavado en mí a fuego que es ‘ser gay es pecado y es una mierda’, que es lo que me enseñaron.
Un profesor puso en la pizarra que los gais irían al infierno e hizo una explicación sobre niños que tienen rasgos femeninos y creencias de ser homosexuales con mi cara dibujada en la pizarra. Imagínate como estaba. Iba con miedo a clase. Me han llegado a tirar un diccionario. Además, ha habido veces en que toda la clase se ponía de acuerdo para pegarme al salir por una puerta. Daba miedo sentarse en los asientos delanteros del autobús, porque sabía que todos los de detrás se estaban burlando de mí.