Es hora de recoger los frutos de la victoria, aunque eso signifique remover el pasado. Sofía Suescun , tras ganar ‘Supervivientes 2018′ es la mujer de moda en TV y por eso ha concedido su primera exclusiva tras el triunfo. Eso sí, la entrevista pone los pelos de punta.
Supervivientes 2018: sin Sofía Suescun son todos satélites auténticos
Se dice que Sofía Suescun ha ganado los dos realities más importantes de T5 (‘GH’ y ‘SV’) a pesar de su madre, Mayte Galdeano aunque puede que ambas se retroalimenten. Su relación es extraña, eso nadie lo duda. Están muy unidas, se quieren mucho, pero han llegado a declarar que Galdeano incluso ha querido mantener relaciones con los novios de su hija…
Y aunque Mayte sigue en su lucha por ser la auténtica protagonista, es el turno (de nuevo) de su hija. A Sofía, ahora, no hay quien le tosa. Es la estrella indiscutible de Mediaset. Se está haciendo de oro y como muestra la portada de la revista Lecturas que protagonizó el 20 de junio de 2018.
Suescun ha querido echarle un capote a su madre, explicar su comportamiento extremo y la extraña relación entre ellas. Por ello, la joven no ha tenido más remedio que hablar de su terrible pasado.
La ganadora de ‘Supervivientes 2018’ no mantiene ningún contacto con su padre a quien no ve desde los 15 años, cuando ya no la obligaban a pasar los fines de semana con él:
«fue el día más feliz de mi vida (…) conforme iba cumpliendo años no entendía que me hacían ir con una persona que pegaba a mi madre».
Una grave situación que podría haber sido uno de las consecuecias del delicado estado de salud que sufre Mayte Galdeano y por la que se ha retirado, parcialmente, de la vida pública.
Todo es por tener a su lado a la peor persona, mi padre. El maltrato que sufrió desde que la dejó embarazada, todo lo que mi madre ha tenido que sufrir. Ese es el detonante de que ella esté así»
asegura Sofía.
Sofía ha contado que «a mi nunca me ha puesto una mano encima» pero la hizo pasar por numerosas situaciones inhumanas para una niña pequeña:
Mi padre me recogía borracho en el coche. El plan era ir a otro bar a seguir poniéndose más borracho. Yo salía y me tumbaba en un banco a esperar. A veces él salía del bar y se olvidaba de mi, se montaba en el coche y yo tenía que llamarle».
Consencuencia de esas situaciones era la negativa de una pequeña Sofía a tener que pasar los fines de semana con su padre:
yo lloraba agarrada a mi madre y el policía me soltaba y me metía en un coche para llevarme con mi padre.
Desconfío de los hombres por lo que me hizo mi padre.
Así justifica Sofía sus celos patológicos y sus relaciones inestables con sus respectivos novios, como Alejandro Albalá quien, recientemente ha sido acusado de serle infiel.