Pobre Paula Echevarría. Tras ser machacada por las ‘feminazis’ (que no feministas) y por Joaquín Cortés por un comentario ‘racista’, la actriz se ha metido en otro lío. Un chiste con la palabra «maricón» ha desatado la ira de sus seguidores. ¿Qué ocurre aquí? ¿Paula es todo aquello de lo que se le acusa o volvemos al triste cliché de lo políticamente correcto? Puede que simplemente, esta mujer sea muy torpe. Bienvenida al club.
Una semana después de España entera debatiera sobre si había que quitar o no la palabra «mariconez» en una canción de Mecano que se iba a interpretar en ‘OT’, va Paula Echevarría y cuelga en Instagram el siguiente chiste:
«No confies en nadie porque cuando menos te lo esperas… maricón el que lo lea»
La actriz de ‘Velvet’ y nueva musa de Paolo Vasile fue acusada de «homófoba» y ofensiva. Ella, muy chula, borró el chiste y se disculpó a su manera:
Antes de que salga algún ofendido, adoro a los gays, bueno, a los que conozco y me caen bien. Vamos, que no es discriminación. Es un simple chiste, que últimamente hay que andar con pies de plomo.
Y volvió a meter la pata. Decir que ‘tengo muchos amigos gais'( o que ‘adoro a los gais) es una de las frases más ocultamente homófobas que existen. Los homosexuales no son una raza con cualidades comunes. No todos son iguales. Es una obviedad pero parece que hay que repetirla.
Pero este no es único jardín en el que Paula Echavarría se ha metido. En 2017 dijo que «no era ni feminista ni machista» que era «una mujer trabajadora, madre, luchadora» y punto. Se metieron mucho con ella en redes y el problema es que confundió ‘feministas» con «feminazi».
En realidad, quiero creer que Paula estaba luchando por su identidad única como ser humano más allá de etiquetas. No supo expresarse bien sobre todo en una época en la que nos exigen un posicionamiento extremo.
Estaba leyendo ahora mismo una entrevista suya para ‘El País‘ en la que dice:
Las redes están llenas de feministas abanderadas que son las primeras que te ponen a parir si llevas la falda corta o larga. De feministas que son las primeras que tiran piedras contra otras mujeres
Esto es lo mismo que con los gais. Se está generalizando peligrosamente. Somos muchos los que pensamos que el feminismo nada tiene que ver con el ataque, sino con el sentido común, con que no haya diferencias sociales. Otra cosa son los/las radicales, de esos hay en todas partes. Un servidor ha llegado a escuchar que «los gais son una raza superior y que el hetero es el enemigo». ¿Y qué se contesta a eso?
Paula Echevarría: Las feministas me «lapidaron»
Paula también ‘se metió’ (las comillas son importantes) con los gitanos. Cuando le preguntaron si ella, como icono de la moda, se siente tan influencer como Dulceida, ella resolvió el entuerto con un curioso chascarillo:
Es como comparar a Dios con un gitano.
Y otra vez, las manos a la cabeza. Hasta Joaquín Cortés la puso verde.
¿Qué le pasa a Paula Echevarría? ¿Es racista, machista y homófoba? En mi humilde opinión, no. Es torpe. Como todos. Cualquiera que la haya entrevistado alguna vez se da cuenta de eso. Suele presentarse altiva, encantadora pero a la defensiva. No estoy diciendo que sea simple- que no lo sé- sólo que no filtra demasiado según qué cosas.
Es curioso que una mujer que cuida tantísimo su imagen, que vive de ella, que planifica con celo cada paso profesional que da, meta la pata de esta manera.
Desde aquí reivindico el derecho a tropezar, a ser políticamente incorrectos pero también hay que exigir saber de lo que se habla.
Les exigimos a los famosos ser sobrehumanos . Paula habla en los mismos términos en los que habla el 90% de las personas pero como es popular, es ella la que paga los platos rotos. (Ella y tropecientas celebrities más).
El lenguaje es importante, aísla, menosprecia o integra. Bienvenido sea el cambio de paradigma pero cuidado. Vayamos poco a poco. Es genial fijarse en que ciertas palabras o expresiones ya no son naturales sino ofensivas. Viva el debate pero lo de censurar e insultar la torpeza ajena es el verdadero retraso del progresismo.
Paula Echevarría no se sabe expresar bien ¿Y? El problema es saber por qué nos importa tanto lo que a una actriz (y no muy buena, todo hay que decirlo) se le otorga tantísima relevancia. En mi caso, porque da tráfico.