Ya tenemos nuevo magacín veraniego en TVE, ‘A partir de hoy’, ese con el que Màxim (ahora Máximo) Huerta regresa a la televisión tras su fugaz experiencia como Ministro de Cultura. Problema: el programa es LA NADA.
¿Qué nos puede ofrecer de novedoso, hoy por hoy, un magazín televisivo? Poco. Poquísimo. Son programas hechos con plantilla. No se les puede pedir más de lo que son. La única manera de destacar es por la gracia que tengan sus caras visibles. Son los presentadores y los colaboradores, con su carisma, los que pueden enganchar. Peor claro, si el espacio en cuestión es de la televisión pública, donde todo tiene que gustarle a todos, pues no hay esperanza.
Ahora mismo, competir con un programa como ‘A partir de hoy ’es casi un suicidio empresarial. Y no porque el programa sea malo, sino porque prefiero ver a Ferreras, a Ana Rosa (ahora, Joaquín Prat), a Sonsóles Ónega o incluso a Griso.
Pero claro, es que el nuevo magazín de TVE tampoco es que se venda bien. Es una tertulia social, una guía de ocio inocua que fomenta contenidos de la casa, esos que interesan menos que hablar de Isabel Pantoja en Supervivientes.
Y en frente esta ‘Máximo, el renacido’ (por ahora). Huerta, se sabe manejar en un plató, eso no se cuestiona. Habla con sinceridad pero con ese aire snob y narcisista (como buen ‘divo’, le encanta hablar de su persona) que le hace parecer tan frío, tan distante y tan cínico (no digo que lo sea, sino que lo parece).
Agradecí, sin embargo, que Huerta entrase a ‘matar’, abordando sus polémicas, en especial, sus 6 días como Ministro de Cultura y Deporte (puesto que abandonó por haber cobrado lo que ganó en televisión través de una sociedad, tributando así por el impuesto de sociedades y no por IRPF)
Como él mismo dijo, allí iban a ‘calzón quitado’ y comenzó diciendo:
Este ha sido un año en el que me han llamado de todo: el ex, el de la tele, el de Ana Rosa o el breve. Tras unos tiempos convulsos he querido recuperar la ‘o» de Máximo, el nombre de mi padre. Vuelvo a las cosas que me gustan, eso es bueno. Es como llegar a casa y esta quiero que sea mi casa.
Ya en plató y con sus colaboradores, Máximo quiso que le entrevistarán- a él, al presentador- y cuando Roberto Leal, que era uno de los invitados del día, le recordó el mote de ‘Máximo, el breve’, Huerta puso los ojos en blanco y medio en risa medio en serio, le pidió que no le volviera a llamar así..
Máximo habló, una vez más, de cómo consiguió ser Ministro y de cómo cayó en desgracia. Luego pasaron a discutir sobre hoteles sin niños, sobre cócteles de moda y ahí cambié de canal. Lo siento mucho, estaré podrido o intoxicado pero prefiero ver a Alessandro Lequio gritar en Telecinco.