Primero fue Rafa Mora, luego Laura Fa y este 28 de octubre de 2019 le ha tocado a Belén Esteban ser presentadora de ‘Sálvame limón’. Durante una hora, la mal llamada ‘princesa del pueblo’ ha intentado ser la ‘jefa’ del cortijo. Y decimos que lo ha intentado porque lo suyo no es leer el telepronter.
Es la nueva estrategia de ’Sálvame’ para crear contenido, jugar a la sillas con el puesto de presentador. Un día a la semana, uno de los colaboradores se pone al frente de la primera hora del programa (‘Sálvame limón’) y van rotando. En realidad, no son más de 30 minutos porque es en esa franja horaria cuando más anuncios emiten.
El primero en hacerse con las riendas de ‘Sálvame’ fue Rafa Mora. El extronista se emocionó, era un sueño para él. El público nos tragamos que su fichaje como presentador iba a ser algo permanente (como es el caso de Kiko Hernández o María Patiño). Pero no.
A la semana siguiente le tocó el turno a Laura Fa, a quien se le notó tensa e incómoda en su nuevo papel como conductora.
Y este 28 de octubre de 2019 ha sido Belén Esteban la que ha sustituido a Jorge Javier Vázquez. Recordemos que cuando ‘Sálvame’ nació, Belén ocupaba el puesto de ‘co-presentadora’, un título inútil ya que jamás ejerció como tal.
Belén no sabe leer el guión, no tiene soltura, es torpe, fría, parece un robot sin batería. Lo mismo les pasa a Rafa Mora, a Laura Fa y a cualquiera de los colaboradores. Los directores lo saben y les da igual. Es más, lo fomentan. Sólo quieren hacer ruido.