El 12 de noviembre de 2019, durante el ‘Límite 48 horas de Gran hermano VIP 7’, Mila Ximénez sufrió un ataque de ansiedad en toda regla mientras que el público aplaudía y se reía. Es muy preocupante el tipo de sociedad que está creando Mediaset.
Mila Ximénez cobra 30.000 euros semanales por estar en ‘GH VIP 7’. Su trabajo es estar encerrada junto a amigos y enemigos. Muchos matarían por esa oportunidad. Los obreros que ganan 800 euros al mes ocuparían su puesto encantados. Es verdad, pero… ¿Esto significa que la empresa que le contrata tiene el ‘derecho’ de destrozarla moralmente?
Que levante la mano la persona que no se sienta marginada en su trabajo y que no pueda dimitir por miedo. Por mucho que cobres, no es de recibo el maltrato y el acoso laboral. Lo del ‘si no te gusta, te largas’ es asqueroso.
Lo peligroso es lo que está haciendo Telecinco. Lo hacen en ‘Sálvame’ (donde el éxito es destrozar al compañero) y en sus realities. Hemos dado por sentado que ver sufrir es igual a audiencia, a éxito, a dinero, y eso da pavor. ¿Qué tipo de mundo estamos creando?
El martes 12 de noviembre de 2019, la audiencia decidió que Mila Ximénez y su archienemigo, Hugo Castejón, fueran los primeros en estrenar la prueba semanal: convivir solos en el búnker.
Mila y Hugo entraron en el búnker y cuando se cerraron las puertas y las verjas, Mila explotó, lloró y fue incapaz de respirar con normalidad. Para cualquiera que lo haya vivido, eso era aun ataque de ansiedad.
#GHVIPLímite9 Esto es historia de la televisión https://t.co/MLx3wzlhEj pic.twitter.com/1vKSZXQsiO
— GH Momentazos (@GHmomentazos) November 12, 2019
Lo triste no era ver a una persona destrozada en directo, lo descorazonador era escuchar al público en plató riéndose y aplaudiendo. Fue inquietante, clásica escena distópica. Aterrador.
Y para colmo, el acosador (Hugo) fue salvado por la audiencia (ya que estaba nominado). Damos por hecho que los que entran en GH lo hacen para sufrir. Tienen que ser malos o buenos, verdugos mejor que víctimas, radicales emocionales. Da miedo, mucho miedo.
Mila cobra mucho dinero, puede irse cuando quiera, es un privilegiada, vamos a destrozarla. Para eso le pagan. ¿Es lo que piensas?