El 10 de junio de 2020, Elena Rodríguez, conocida por ser la madre de Adara Molinero y por haber participado en ‘Supervivientes 2020’ vendió una exclusiva en Lecturas en la que narró el infierno de malos tratos que sufrió con una de sus parejas. La pregunta es: ¿De verdad es ético que las revistas comercialicen con este tipo de cosas?
Entendemos, obviamente, que el morbo vende pero hay límites. Últimamente no vemos más que exclusivas de famosos hablando de sus enfermedades, de malos tratos e incluso se ha llegado a comercializar con el coronavirus. Hay temas, que por delicados, deberían tratarse con menos frivolidad.
La historia de Elena
El caso de Elena Rodríguez es peculiar. Primero, su experiencia con el maltrato (tanto en su infancia por parte de su madre como en la edad adulta con una pareja) ya la contó en ‘Supervivientes 2020’. De hecho, su hija Adara ya vendió otra exclusiva a Lecturas narrando su infancia llena de violencia.
Nadie niega que la historia de estas mujeres sea cierta pero es que, según ellas mismas han confesado, ni si quiera hay una denuncia contra el supuesto maltratador (que, por otro lado, si uno sabe un poco de victimología sabrá que el no denunciar es más común de lo que se piensa). Pero en este caso, la revista, quien paga por esa historia, tiene (o debería tener) cierta responsabilidad social.
Pero estamos tan acostumbrados a ver en la prensa rosa acusaciones, insultos, montajes y humillaciones varias sin consecuencia alguna que nos hemos inmunizado. Es una pena.
El trauma más duro de Elena Rodríguez
El caso es que Elena, en Lecturas, comienza dando los detalles más dolorosos de su pasado marcado una traumática relación que dejó importantes secuelas emocionales a ella y a sus hijos:
Yo era una niña y tenía hijos pequeños. Vivía con miedo y, cuando a lo largo de tu vida eso ha estado siempre presente, acabas perdonando. Lo normalizas.
Elena no se perdona que su hija tuviera que soportar malos tratos de una expareja suya.
La Guardia Civil vino a mi casa, me fui con mi hija al médico y conté lo que había pasado, que aquel señor dio una bofetada a su hijo y otra a mi hija
desgrana en las páginas de Lecturas, refiriéndose a los antiguos hermanastros de Adara y su hermano Aitor, que han negado que su padre maltratara a Elena.
Ella se defiende:
Habría que preguntar a sus hijos si no recuerdan las tortas que les daba a ellos.
Y sobre su infancia, Elena repite un poco lo que ya contó en ‘Supervivientes 2020’:
Mi madre no entendía mi forma de ser. No supo hacerlo mejor. La que se llevaba los palos era yo.
