A Jorge Javier Vázquez ya le da igual todo. Hace bien. El problema es que da demasiada información de sí mismo. No es necesario.
El 30 de diciembre de 2020 Jorge Javier Vázquez hizo doblete en la revista ‘Lecturas’. Por un lado, se llevó la portada con una exclusiva en la que enseñaba su casa y daba titulares como que:
Mi vida amorosa ha sido un gran error
Lo que más echo de menos es la sensación de conocer a alguien y tener ganas no ya de ser su pareja, sino de verlo, quedar
Ahora todos sabemos que la televisión dura lo que dura y que el olvido espera a la puerta de la esquina.
Llevo años preparado para ello.
Ahora que lo tengo todo ya muy organizado profesionalmente y no tengo miedo, vivo como si tuviera 25 años.
Yo era incapaz de quedarme en casa. Pensaba que la vida estaba pasando y no la estaba disfrutando. Y eso te provoca estrés
La depilación de Jorge Javier
El presentador es un provocador y le encanta. Lo malo es que luego se queje de que le critican.
Ese mismo 30 de diciembre de 2020 publicó un nuevo post en su blog de Lecturas cuyo titular rezaba así:
Voy al centro donde trabaja Carolina Sobe a depilarme con láser el pene, los testículos y el culo a fondo
¿Y eso es importante? Para él sí. Según el catalán:
No me lo había hecho antes, no por temor al dolor, sino porque me daba vergüenza que manosearan mis partes. Seré más exacto: no que me las manosearan, sino que me las vieran. Porque yo he tenido una relación complicada con mi cuerpo. Teniendo en cuenta que ahora es cuando mejor estoy, pues fíjate tú cómo he podido llegar a estar antes. Y en cuanto a lo de las partes íntimas, como era tan vergonzoso, me daba pánico que alguien con quien no me fuera a acostar me las viera. Los años te quitan muchas tonterías respecto a ese tema.
Tras dar una discurso de cómo amarse así mismo y aceptar el cuerpo, Vázquez termina contando una anécdota:
La semana pasada, cuando estaba en bolas en la camilla de la depilación, advertí que en la zona del abductor se me hacían unas arruguillas. En vez de encabronarme, sonreí. Comienzan ya a aparecer los signos de la edad y no me rebelo. Los acepto y pienso que cumplir años aporta historia y experiencia a un cuerpo. Ahora se trata de cuidarlo con cariño para que las décadas luzcan en todo su esplendor. Qué belleza tan salvaje poseen algunas piezas de anticuario. Eso es lo que quiero ser yo. Una joya eterna.
Comentar desde Facebook