Documental sobre la historia de Nevenka Fernández

‘Nevenka’, la miniserie producida por Ana Pastor, no funciona

Un producto necesario pero capcioso y mal hecho

‘Nevenka’, la miniserie producida por Ana Pastor, no funciona

Aprovechando el 8M y las celebraciones del Día de la Mujer, Netflix ha estrenado la miniserie documental ‘Nevenka’, producida por la mismísima Ana Pastor.

Me ha llamado la atención la cantidad de gente de mi entorno (de mi edad) que no conocía el caso de Nevenka Fernández. Fue algo que, en mi juventud, me impactó. De hecho, devoré el libro que Juan José Millás escribió sobre los hechos (‘Hay algo que no es como me dicen: El caso de Nevenka Fernández contra la realidad’) y fue uno de mis ejes morales durante mucho tiempo.

La concejala del Ayuntamiento de Ponferrada que sufrió el acoso sexual del alcalde de la población leonesa en ese momento, Ismael Álvarez, ganó el juicio pero perdió la batalla social.

Nevenka tuvo que abandonar su hogar porque toda su comunidad apoyaba a su depredador. Sucedió en el año 2000, casi dos décadas antes del Me too y nos creemos que eso se ha superado. Mentira.

A Nevenka la macharon unos y otros. Los de su partido la acorralaron y si le preguntabas a alguien de izquierdas te respondía: ‘¡Que se joda por ser de derechas!’. No lo digo yo, lo cuenta Millás en su libro.

Me creo a Nevenka por multitud de motivos pero el principal es que la justicia le dio la razón. Es aquí cuando sus detractores deberían callarse la boca, al menos por pudor o creencia democrática.

Recuperar esta historia para el 2021 es un acierto, una necesidad. Es aquí, con este tipo de espejos sociales, cuando nos damos cuenta de cuánto hemos cambiado y cuánto nos falta por evolucionar.

Los problemas de ‘Nevenka’, la serie

No me gusta ‘Nevenka’, la miniserie, primero, por plana (con una realización vaga y un montaje aburrido).

La narración se basa únicamente en la versión de la víctima y de sus partidarios. Es entendible pero también una lástima.

El alcalde condenado, Ismael Álvarez, no quiso participar. Esto te lo cuentan al final. Lo entiendo (espero que sea por vergüenza) pero me pregunto si todos los que salieron a las calles de Ponferrada a pedir la liberación de su líder y denigrar a Nevenka, siguen pensando lo mismo. Me hubiera gustado escucharles. No porque pudiera cambiar mi opinión, sino porque creo que enriquecerían el cuadro.

La de Nevenka no es sólo su historia, es la de una sociedad y una época. La labor del investigador es la de abrir el campo de visión y mostrar todos los ángulos. De lo contrario se puede caer en el panfleto y esta heroína merece más.

Nevenka, 20 años después, aparece compungida, con una sudadera roja, tan llamativa como humilde. La mujer, de vida renovada, se muestra sin maquillar, tal cual es. O no.

No sé si el estilismo lo eligió ella o las responsables de la serie. Como espectador, esa imagen de víctima, casi virginal, me preocupa. No se puede juzgar, obviamente, porque no sé cómo es la auténtica Nevenka, sólo lo que me muestran. 

Nada más ver la serie, una conocida que vive en Ponferrada me dijo que a ella y a su madre no les había gustado nada porque, según se rumorea por allí, Nevenka no es tan buena como muestran, que, dicen, ya mantenía una relación con su agresor antes de que la esposa del alcalde muriera.

Qué triste. Qué desgarro. Seguimos igual. Parece que las víctimas sólo pueden ser putas (según algunos en Ponferrada) o vírgenes. 

No, señores. No existe la víctima perfecta. Tus defectos  y decisiones no te convierten en culpable si no lo eres. Seguimos cosificando y manipulando la realidad por miedo a que nos juzguen. Cuánto nos queda por mejorar. Aún así, gracias, Nevenka. Y perdón por lo que te queda.

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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