Doble juego con el caso de Rocío Carrasco

Aviso para Carlota Corredera e Irene Montero: Telecinco es lo peor que le ha pasado al feminismo

Mediaset ha creado una guerra con el único fin de beneficiarse a través del maltrato mediático

Aviso para Carlota Corredera e Irene Montero: Telecinco es lo peor que le ha pasado al feminismo

Primero maltrataron mediáticamente a Rocío Carrasco durante dos décadas. Luego se forraron apoyándola cuando rompió su silencio  y acto seguido volvieron a maltratar a dos mujeres, esta vez de la parte contraria (Olga Moreno y Rocío Flores).

Este es el juego de Telecinco. Crear debates sociales que enfrenten mientras que ellos se frotan las manos con los datos de audiencia.

Olga no ganó, fue Rocío Carrasco la que perdió

El viernes 23 de julio de 2021, Olga Moreno ganó ‘Supervivientes 2021’ no por sus logros como concursantes, sino por ser la ‘enemiga’ de Rocío Carrasco.

Y allí, en plató, estaba el hijo menor de Carrasco, David Flores, diciéndole a la mujer de su padre que “era la mejor persona que había conocido en su vida”. Carlos Sobera, el presentador, se encargó de ponerle al muchacho el micro para que se le escuchase bien.

David Flores, un chico con discapacidad,  no acudió a recoger a su padre cuando concursó en ‘GH VIP 7’, ni cuando su hermana quedó finalista en ‘Supervivientes 2020’ pero sí quiso estar al lado de la mujer que dice ser su madre cuando no lo es y que escuchara toda España a quién prefiere.

La estampa era tan premeditada como escabrosa.

España estaba (y sigue) dividida entre los que creen a Rocío Carrasco y los que no. Se ha creado una guerra tal que incluso se ha llevado al terreno político. Si estás con Rociito eres de izquierdas y si no, eres de derechas. Tócate los machos.

Pero claro, si una señora Ministra de Igualdad sale en la tele apoyando a una mujer cuya causa no está cerrada y cuyo presunto maltratador no está juzgado, pues apaga y vámonos. Irene Montero ha convertido a Rocío Carrasco en un asunto ideológico (que en parte lo es)y convirtiéndola en una víctima más del populismo.

Pero lo grave de este asunto no es si uno cree a una parte o a la otra. Lo denunciable y capcioso ha sido la utilización del caso por parte de  Mediaset.

Mediaset ,»yo no te creo»

Llevábamos décadas escuchando que Rocío Carrasco era , más o menos, la semilla del diablo, un ser despiadado que no quería tener contacto con sus propios hijos, abducida, quizá, por su nuevo marido (Fidel Albiac). Carrasco era lo peor que se podía ser: una mala madre.

Este discurso lo promovió Mediaset principalmente, con Antonio David Flores (el exmarido) como cabeza de cartel.

El exguardia civil, reciclado en estrella mediática, vivió de poner verde a la madre de sus hijos, aportando sólo su testimonio. En Mediaset no le pidieron prueba alguna. Ni ellos ni nosotros, los espectadores. Rocío Carrasco era mala y punto.

Antonio David se forró con sus mentiras pero Mediaset también. Si le tenían ahí era porque les era rentable.

Y de repente, en marzo de 2021, se estrenó ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’, docuserie de éxito espectacular en la que la hija de Rocío Jurado denunciaba (con más pruebas de las que se habían dado antes) los maltratos sufridos por parte de Antonio David.

Entonces se inició el “Yo sí te creo, Rocío”, movimiento de apoyo a Carrasco que provocó que Antonio David Flores fuese despedido de todos los programas de Mediaset en los que participaba.

Es curioso que, primero, Flores, no haya sido condenado (tampoco es inocente puesto que su causa sigue abierta) y que  sus jefes supieran, desde hacía meses, el contenido de la serie documental y aún así no le despidieran hasta que ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’ se estrenó.

Así, el grupo de fans de Rocío Carrasco, con Carlota Corredera a la cabeza y con la ayuda de Irene Montero, proclamó a Telecinco como la cadena más feminista del país.

Nos ‘enseñaron’ lo que era la violencia vicaria,  el maltrato silencioso o la violencia mediática. Todo muy bien. Muchas mujeres se sintieron identificadas y denunciaron, gracias al ejemplo de Rociito, a sus agresores. Es aquí cuando se hace tangible la necesidad de tener referentes mediáticos.

El problema es que a Telecinco le importan bien poco los derechos de las mujeres. Mediaset quiere rentabilidad. Bienvenidos al capitalismo.

Lucha entre mujeres: el colmo del machismo.

Con Antonio David fuera de juego había que crear un conflicto, por lo que usaron a Rocío Flores y a Olga Moreno como ‘armas’.

La hija de Rocío Carrasco y la mujer de Antonio David han sido las caras visibles de la lucha, de la  llamada ‘marea azul’ (aquellos que apoyan a la familia Flores).

Y de maltratar mediáticamente a Rociito, Telecinco pasó al acoso contra Rocío Flores y Olga Moreno.

Primero, a la ‘niña’ se la señaló por su pasado (le dio una paliza a su madre con 15 años) aunque la Ley del Menor la protege. También se ha visto a muchos colaboradores, los mismos que van de feministas por defender a Carrasco, insultar y vejar a Rocío Flores por su físico.

A Olga le ha pasado tres cuartos de lo mismo. En ‘Supervivientes 2021’ basó su concurso recordando a los hijos que no son suyos, llorando por las esquinas y robando a sus compañeros, razón por los que sus ‘haters’ la humillaron sin piedad.

¿Qué se ha conseguido con todo esto? Que Flores y Olga sean las nuevas víctimas y Carrasco la nueva villana.

De hecho, Olga Moreno va a tener su propio especial en Telecinco para responder a sus detractores.

Si a Mediaset le importase lo más mínimo la Ley o los derechos de las mujeres no hubiese montado este circo.

Yo creo a Rocío Carrasco, eso no me convierte en enemigo de nadie, ni en podemita, ni en juez. Mi opinión poco cuenta ante la justicia.

Pero Mediaset España ha creado una guerra: o estás conmigo o contra mí. Ellos fomentan el maltrato mediático a ambas partes (curiosamente a las mujeres de sendos bandos, los hombres están en su casa tan a gusto), la audiencia se pelea pero consume sus programas.

Las ‘víctimas’ (las dos Rocío u Olga Moreno) sufren pero ahí están, cobrando dinero de sus torturadores. Y nosotros, desde casa, votando y sintonizando Telecinco para ver qué va a ocurrir a continuación, les hacemos más ricos.

Un tema así, la violencia doméstica, no puede tratarse con fines comerciales. Poder se puede pero es amoral. A partir de ahora (aunque defiende, siempre, los derechos de las mujeres) voy a apearme del conflicto. Esta gente sólo quiere ganar dinero, no luchar contra las injusticias. No me van a encontrar en esta guerra.

 

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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