Julia Otero ha regresado a TVE pero con un intento fallido.
Tras diez años sin tener su propio programa en televisión, la periodista de izquierdas da el paso con el estreno de ‘Días de tele’ en TVE. Se trata de un programa producido por La Coproductora (Grupo PRISA) que recorrerá momentos icónicos de la televisión que han marcado la sociedad española de los últimos 50 años.
Nos lo vendieron como un programa que iba a viajar a través de los grandes nombres del panorama español para recordar y comentar, junto a Otero y el resto de colaboradores, esos hitos televisivos, a veces divertidos, a veces emotivos, siempre fundamentales para entender la sociedad española.
Obviamente, antes del estreno, las redes sociales cargaron contra el programa y contra la mismísima Julia Otero.
Llama la atención que el programa se emita justo después del ya clásico’ Viaje al centro de la tele’ (espacio que repasa imágenes de archivo de la pública que narra Santiago Segura) porque es lo mismo pero más aburrido.
Es TVE hablando de TVE. El enésimo programa dedicado al pasado del ente público. Volver a hablar del pasado ya no es una novedad.
Bueno, para ser sinceros, en ‘Días de tele’ también mencionan a otras cadenas, aunque poco.
Julia Otero es una gran comunicadora, eso nadie lo duda, pero su posicionamiento político no la ha dejado ver el bosque.
Llama la atención que la primera entrega de ‘Días de Tele’ girase, temáticamente, en torno a la verdad, a saber distinguir si nos mientes o no, sobre las fake news al fin al cabo. Curioso que se hable de eso en un instrumento gubernamental tan manipulador como la televisión pública. Obviamente, Otero, fiel al ‘sanchismo’, se ha olvidado de mencionar la situación actual de RTVE.
Pero lejos de ideologías o hipocresías, tal vez hay que protestar por aquello que llaman revisionismo. No hay nada de malo en hablar del pasado, es, de hecho, necesario para entender el presente y el pasado pero hay que saber hacerlo bien.
‘Días de tele’, de momento, ha desaprovechado la oportunidad de diseccionar las vísceras de la pequeña pantalla. Se basa demasiado en hechos, no en formas. No hay análisis profundo, sólo superficial.
Por ejemplo, como el estreno estuvo dedicado a los bulos se habló de esa leyenda urbana de Ricky Martin en ‘Sorpresa, Sorpresa’ (Antena3) -se dijo que el cantante, metido en un armario, quiso sorprender a una chica que, sin saber nada, se untó mermelada en sus partes íntimas para que su perro se la lamiese mientras que las cámaras estaban grabando. Todo era mentira, claro-. No hubo análisis, no hubo investigación alguna de cómo era posible que ese bulo se hiciese viral en una época en la que no había redes sociales. Es decir. No aportó nada nuevo.
Los primeros invitados de ‘Días de tele’ fueron Paco León (que se notaba incómodo), Lolita Flores (contando las mismas anécdotas de siempre) y Arturo Valls como entrevistado especial. Más de lo mismo.
No es que sea un mal programa, es que es la nada. No hay investigación ni revolución. Y ahí está Julia Otero, tan cómoda ella, sin llamar mucho la atención y llevándoselo calentito.