¿Cómo ha pasado el Benidorm Fest de ser la revelación del 2022 a ser un show irrisorio en un año?
La primera semifinal del Benidorm Fest 2023 fue un fracaso en muchos aspectos. Como ya todos saben, a nivel concurso, de los cocho participantes pasaron cuatro.
Agoney, Alice Wonder, Fusa Nocta y Megara se clasificaron para la final tras la suma de los votos del jurado profesional, el voto demoscópico y el televoto (mensajes y llamadas del público).
Hubo ‘dramas’ como la eliminación de Artiz, quien partía como favorito.
Pero más allá de resultados, juicios y valores-hay que respetar, te gusten o no a unos artistas que han trabajado mucho para estar ahí-hay que advertir que TVE tiene un problema grave con el Benidorm Fest como producto televisivo.
Primero, la primera gala de esta edición se estrenó con un seguimiento más flojo de lo que se esperaba.
Esta primera semifinal reunió el martes 21 de enero de 2023 a un 10% de share y 1.044.000 espectadores en La 1, una cifra que mejora la media de la cadena (9,5% en enero), pero se queda corta si se tienen en cuenta tres factores: la expectativa creada, la comparación consigo mismo y la escasa competencia que tenía.
Comparado con la primera semifinal de 2022, el concurso pierde audiencia. En aquella ocasión logró un 11,8% y 1.534.000. Se trata, por lo tanto, de una caída de 1,8 puntos y 490.000 espectadores.
¿A qué se debe esta bajada? Hay varios factores. El primero fue comenzar más tarde y emitir antes un especial llamado La noche del Benidorm Fest registró un 6,8% y 997.000 espectadores. Fue un programa aburridísimo y sin sentido creado sólo para no competir con ‘El Hormiguero’ pero que en vez de proteger la gala, ahuyentó a la audiencia.
Luego, la comparación con la edición anterior es inevitable. Mientras que en el 2022 las canciones y los artistas se hicieron muy populares y se creó un auténtico fenómeno social. Este año no ha habido la misma expectación previa. Es un hecho. La selección, pues, ha fallado, al menos a priori.
Y para colmo, la gala fue un desastre. Con todo el respeto por el trabajo de los cientos de profesionales que han trabajado sin cesar, el show fue más que mejorable, sobre todo por problemas técnicos de sonido. Casi todas las actuaciones eran prácticamente inaudibles.
Seguramente esto vaya a mejor, que las dos galas que quedan (el jueves y el sábado) suban en audiencia pero aún así, el daño ya está hecho.
Hay poca claridad en en Benidorm Fest y demasiadas preguntas si responder: ¿Por qué una directora de comunicación, María Eizaguirre, hace de estrella del show cuando ese no es su trabajo? ¿Por qué éste año no se han apostado por perfiles más variados? ¿Por qué Inés Hernand estaba tan incómoda en su papel de presentadora?
Y todo esto no es para criticar para crear odio o rechazo. Quiero, como muchos, que la marca del Benidorm Fest funcione pero este año no lo han hecho bien y hay que decirlo.
