Quien fuera copresentadora en LaSexta vive en una cabaña sin agua corriente, con 150 euros al mes

Beatriz Montáñez, la colega de Wyoming en ‘El Intermedio’, que lo dejó todo para hacerse ermitaña

Estuvo cinco años en el candelero y ahora reaparece brevemente en la Cadena SER y dice que no podía más

Beatriz Montáñez, la colega de Wyoming en ‘El Intermedio’, que lo dejó todo para hacerse ermitaña
Wyoming con Beatriz Montañez, antes y ahora, PD

Fue uno de los rostros mas famosos de laSexta, durante cinco largos años.

Y ahora, tras evaporarse misteriosamente de ‘El Intermedio’ de Wyoming, reaparece con 43 años en el Hoy por Hoy de la Cadena SER y hace una confesión que estremece:

«Estaba perdidísima. Es muy difícil cuando no sabes qué camino tomar. Quería picar un poco de todo. La vida es pura elección».

Beatriz nació en Ciudad Real y vivió en el pueblo manchego de Almadén hasta que la adolescencia. Su padre murió en un accidente de tráfico cuando tenía cuatro años.

Ella cuenta que con 21 años trabajó unos meses en Tokio, de modelo. que estudió comunicación en Los Angeles y que después entró en televisión.

Ya adulta y triunfante, vivió en Madrid y cientos de miles de personas la veían cada día, haciendo numeritos, con el Gran Wyoming.

Hasta posó desnuda, a pelo, para la portada de ‘Interviú’. Incluso ganó un Goya por la película documental “Muchos hijos, un mono y un castillo”.

Tuvo éxito fama con El Intermedio. Y de repente, en 2011, tras cinco años en el candelero, desapareció:

Beatriz Montáñez ha dado un giro radical en su vida y ha pasado de ser el centro de los focos a vivir aislada en un bosque como una ermitaña, sin agua corriente y alejada de la civilización, a la que sólo regresa una vez al mes para hacer la compra.

Sus visitas a la ciudad han quedado relegadas a dos veces al año. Nada más.

A pesar de que parezca extraño, Montáñez tomó esta decisión para alejarse de todo y comenzar de nuevo. Y lo más importante, sola.

Así lo ha explicado en su entrevista en la Cadena Ser, en la que con una frase definió su actual existencia:

“La soledad es, ha sido y será para mí la mejor amiga que he tenido nunca”.

Este meditado retiro fue consecuencia de su situación personal. Cuando abandonó “El intermedio”, hubo un vacío en su vida, no sabía qué camino tomar, había demasiado “ruido” a su alrededor y necesitaba volver a encontrarse consigo misma. Montáñez reconoció que se hablaba mucho de ella y que las cosas que decían le afectaban profundamente:

“Empecé a oír un tic tac en la cabeza y sentí que en cualquier momento iba a explotar”.

Antes de que esto ocurriera, decidió poner tierra de por medio y reencontrarse con la naturaleza.

Lleva una vida austera, lleva una alimentación vegana y vive en una casa sin agua corriente, ni corriente eléctrica. El agua la recoge de un pozo y la electricidad la obtiene de un equipo fotovoltaico.

No tiene ingresos y vive de sus ahorros, que gracias a su austera forma de vida se estiran como un chicle.

Sólo gasta entre 100 y 150 euros al mes en comida.

Y esta forma de vida le gusta y quiere seguir así durante un tiempo, viviendo en soledad y rodeada de la naturaleza. Hace unos días, decidió regresar a la gran ciudad, esa de la que salió huyendo. Pero la vuelta estaba justificada. Era necesaria.

Montáñez ha aprovechado este tiempo para escribir su primer libro “Niadela”, un proceso que le ha servido para comprender el sentido de la vida:

“somos moldeados por nuestros padres” desde pequeños y “vamos tirando a la basura pequeños trozos de lo que somos para integrarnos”.

Durante la construcción de “Niadela” se dio cuenta de que quedaba muy poco de lo que era y que le afectaban mucho las cosas que se decían de ella.

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