La ministra afirmó que “la gestión que se está haciendo es la adecuada” y ahora es una de las pacientes del Covid-19

La gran trola de Irene Montero en TV por la dichosa manifestación del 8-M: ahora, que se recupere pronto y dimita

La celebración de la manifestación del 8 de marzo era, evidentemente, un riesgo muy alto para la salud pública española. A pesar de las alarmantes cifras del coronavirus, desde el PSOE y Podemos se convocó masivamente a participar en un evento sin ningún tipo de control sanitario y que terminó como era de esperarse: elevando el número de españoles con el Covid-19, incluida la propia ministra de Igualdad, Irene Montero, quien rechazó en televisión nacional que se tratase de un foco de posible contagio.

Durante una entrevista con Ana Pastor, la presentadora le pregunta directamente a Irene Montero: “¿No cree que nos vamos a arrepentir de no haber suspendido la manifestación del 8M?”. Sin embargo, la ministra de Podemos no estaba dispuesta a sacrificar su ‘fiesta morada’, por lo que se embarró hasta al cuello al responder: “Nadie duda de que la gestión que se está haciendo es la adecuada”. Unas palabras que pesan mucho a la esposa de Pablo Iglesias, después de dar positivo en coronavirus.

Desde Moncloa se asegura además que por esto se encuentra también en cuarentena el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Ambos se encuentran en buen estado, según esta nota. Debido al positivo de Montero, Moncloa ha anunciado que se realizarán pruebas a todos los miembros del gabinete, que este jueves 12 de marzo celebran un Consejo de Ministros extraordinario.

Lo ocurrido a Irene Montero es la crónica de un contagio anunciado. Así lo desvelan las cuatro preguntas del Partido Popular al Gobierno Sánchez, presentadas en el Congreso de los Diputados el pasado 10 de marzo de 2020, donde se ha logrado conocer que Pedro Sánchez, con una irresponsabilidad criminal, apostó por seguir adelante con las manifestaciones feministas del 8-M en Madrid a pesar de que los casos de coronavirus comenzaron a dispararse 72 horas antes de las marchas.

El día 7 de marzo, mientras desde el Gobierno sostenía irresponsable que no había motivos para limitar o suspender las manifestaciones, Madrid ya se encontraba en una situación epidemiológica muy seria: el número de contagiados ya superaba la barrera del millar.

¿Qué pasará con Irene Montero?

A través de un comunicado de Presidencia, se ha adelantado que «siguiendo con los protocolos establecidos, esta mañana se realizarán pruebas diagnósticas a todos los miembros del Ejecutivo. A la espera de los resultados, la primera reacción recaerá sobre el Consejo de Ministros previsto para este jueves 12 de marzo, que se limitará a «los miembros del Ejecutivo cuya presencia sea necesaria para la aprobación del Plan de Choque en respuesta al Covid-19». En este sentido, agregan que «a partir de este momento, las demás reuniones previstas en la agenda del presidente se realizarán de manera telemática. La primera que aplicará este criterio es la cita prevista para esta tarde con los agentes sociales».

El 8-M y los oportunos guantes feministas

El 8-M parece ser la respuesta más evidente al contagio de la Ministra de Igualdad. Una marea de feministas, alentada desde La Moncloa y con la esposa de Pedro Sánchez al frente, se lanzó a las calles de toda España y mientras tanto, se duplicaba la cifra de contagiados y fallecidos por coronavirus.

Lo que sorprende son los mensajes gubernamentales quitándole importancia a la situación, con un ministro de Sanidad que sugería que aquellos que sintieran fiebre se limitasen a «autoaislarse» en casa, llegando a desaconsejar el uso de guantes y mascarillas de forma masiva. Una situación de emergencia que decidieron pasar por alto y limitarse a adoptar medidas de protección solo para los ministros.

Sin embargo, hay una imagen que generó una gran polémica por poner en evidencia los privilegios socialistas de algunas compañeras de Montero. Una fotografía muestra a Isabel Celáa, ministra de Educación, participando en la marcha por el 8M junto a Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior y Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores. Lo que sorprende es que aunque desde el Gobierno se restaba importancia, la responsable de Educación fue a la manifestación con unos guantes de látex morados. Una imagen que se repetía en Magdalena Valerio, exministra de Trabajo y responsable de la Comisión del Pacto de Toledo.

Desde el PSOE y del Ministerio de Educación se ha intentando desmentir la información e indican que «los guantes morados no tienen ninguna relación con el coronavirus». En este sentido, argumentan que «la ministra Isabel Celaá y la diputada Magdalena Valerio los llevaban como un símbolo de reivindicación, igual que el pañuelo morado o la camiseta morada que, por ejemplo, llevaba Celaá debajo del abrigo con la frase «Aulas por la Igualdad»». Una afirmación que no termina de convencer a los españoles.

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Autor

José Antonio Puglisi

Periodista italovenezolano especializado en economía y periodismo de investigación.

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