Sardá y yo mantenemos una relación absolutamente cordial
Juan Carlos Ortega vuelve a la televisión junto a Boris Izaguirre y Ana García-Siñeriz en el programa «Channel 4«. El 8 de noviembre será su estreno en la nueva Cuatro. Juan Carlos que, al igual que Boris, viene del programa ‘Crónicas Marcianas’ nos confiesa en una entrevista cómo fue su aventura en Marte, su actual relación con Sardá, cuáles son los nuevos ingredientes con los que nos sorprenderá en su espacio, y cómo compagina la radio y la televisión.
¿Cómo y cuándo te surgió el nuevo proyecto de Canal Cuatro?, ¿Qué nos puedes adelantar de él?
Me lo propusieron antes de verano, como posibilidad, y me pareció fantástico. En septiembre me lo confirmaron y volvió a parecerme una idea excelente. Lo único que tengo claro es que voy a hacer humor en un programa de televisión.Ya sé que eso no es adelantar demasiado acerca de el proyecto, pero, hoy por hoy, hacer tele en la tele es algo bastante poco frecuente.
Cuéntanos lo que puedas adelantar sobre tu nuevo programa, tu relación con tus compañeros y cual será tu nueva labor.
Haré humor. Lo mejor que pueda y sepa. Aún estoy preparando cosas y, si te adelantara algunas, probablemente luego me dirías que soy un mentiroso, porque lo cambio todo al final. Por tanto, prefiero decirte, simplemente, que haré humor.
¿Cómo ves la competencia de tarde, ‘Gavilanes’ y ‘A tu lado’?
No tengo ni idea. No interpretes mi respuesta como algo antipático; te lo digo honestamente. No he visto nunca “Gavilanes” y solo de pasada “A tu lado”. Lo que haremos, por lo que me dicen quienes han visto esos programas, no tendrá absolutamente nada que ver.
¿En qué se diferencia el estilo del nuevo formato al de ‘Crónicas Marcianas’?
Tendrá un aroma distinto, una energía distinta (ni mayor ni menor, las energías no solo se miden en intensidad), un enfoque totalmente diferente. La personalidad de los presentadores es radicalmente distinta a la de Sardá, y serán ellos los que generen el nuevo ambiente.
¿Cómo fue el final de Crónicas Marcianas? ¿Qué valoración haces de aquella etapa?
Yo, personalmente, tuve en el último programa una sensación de fin de época. Hablo de época televisiva, evidentemente (no doy tanto valor a la televisión como para suponer que el final de un programa suponga un cambio de paradigma mundial). Estuve triste y alegre, a partes iguales. Valoro profesionalmente mucho la aportación de Crónicas a la televisión, y me parece que el espíritu de ese programa será recordado con nostalgia durante muchas cenas, por los que lo hicimos y por los que nos vieron.
¿Qué contacto actual mantienes con Sardá?
Una relación absolutamente cordial. El otro día comí con él y me riñó cariñosamente porque, en las entrevistas, yo siempre digo que él me cae bien. Me dijo: “no lo digas más, hombre”. Está bien. Obedeceré a mi exjefe y no diré que me cae bien.
¿Qué te parece el programa de Buenafuente?
Absolutamente digno. Conozco a muchos de los que lo confeccionan, y sé el sacrificio y la dificultad que entraña elaborar un programa diario (bueno, casi diario….). Buenafuente y su equipo transmiten un espíritu alegre, y eso siempre es de agradecer.
Prefiero la televisión a la radio
¿Crees que el programa del Terrat es más digno que ‘Crónicas Marcianas’?
En absoluto. Crónicas fue digno, porque la dignidad de un producto está en función de la dignidad de los que lo realizan. No hubo nadie indigno en el equipo de crónicas. Entre Buenafuente y Crónicas había diferencias de intenciones, pero la dignidad no tiene nada que ver con la intención.
Presentaste este verano ‘Esos locos bajitos’ con Paz Padilla ¿Cómo valoras tu experiencia y por qué crees que no funcionó en audiencia?
No lo presenté con ella. Mi misión fue infinitamente menor. Trabajar con Paz Padilla es algo que ya hice hace tiempo, cuando yo era guionista de Crónicas Marcianas, en la primera temporada. Y ella es una mujer que me encanta. Me encargué de realizar un debate semanal con los niños. Me gustó poder hablar con ellos sobre temas que, habitualmente, están restringidos a los adultos. Me pareció fantástico dialogar con niños sobre el fin del enamoramiento, el sexo en la tele, o la existencia de Dios. Sobre la audiencia que tuvo ese programa no puedo decirte nada, porque, te lo juro, acabo de enterarme ahora mismo, por tu pregunta, de que no funcionó en audiencia. No te miento.
‘Morirse es una mierda’ ha sido tu último libro ¿Qué tal ha funcionado? ¿Sobre qué irá el tercero?
No sé como ha funcionado, pero Marta, una chica maravillosa que trabaja en Aguilar, me dice que muy bien. Tal vez lo diga para que yo esté contento. El tercero, si llego a escribirlo, será un libro sobre mujeres. O tal vez un libro explicando el Universo a los niños. O, quien sabe, tal vez fusione las dos ideas y termine escribiendo un libro para explicarles a los niños cosas sobre las mujeres. Creo que haré esto último. En serio.
¿Seguirás contando con tus actores de tercera edad en Canal cuatro?
Es algo que estoy pensando. Tal vez si, aunque no con la profusión de Crónicas.
¿Sigues actualmente en la radio? ¿Qué te da la tele para que debas compaginarlo?
Iba a contestarte: Dinero. De hecho, eso es lo que todo el mundo piensa sobre la tele, pero, sinceramente, creo que también podríamos formular la pregunta a la inversa: “¿Qué te da la radio para que puedas compaginarla con la tele?” Cada una me da una cosa. Me gustan los dos medios y, aunque no sea muy poético decirlo, prefiero la televisión.
Ahora llega el canal TVE 50 años ¿Qué programas consideras míticos para emitirse y por qué?
A mí, de pequeño, me gustaba “Cañas y Barro”. Ver esa serie me producía una tristeza profundísima, pero disfrutaba viéndola porque aprendía ciertas cosas que les ocurrían a los mayores. Cañamel, Neleta, todo eso. El mundo de los adultos era muy complicado. Aunque, si la volviera a ver ahora, tal vez no me interesaría para nada. De hecho, yo de pequeño me reía con Fofó, pero por suerte he crecido y ahora me gusta Woody Allen.
