La televisión pública española vivió un instante sorprendente cuando David Broncano se quedó boquiabierto en La revuelta al descubrir que lo que inicialmente consideró como un titular sensacionalista sobre su invitado se trataba, en realidad, de una auténtica historia de superación.
El lunes 27 de octubre, el programa del access prime time de Televisión Española recibió a Jorge de Frutos, jugador del Rayo Vallecano y reciente internacional con la selección española, cuya trayectoria desafía cualquier manual sobre cómo alcanzar el fútbol profesional.
El presentador jiennense abrió la entrevista con una confesión inesperada que estableció el tono del encuentro.
«El otro día leí un artículo sobre él y pensé ‘esto es clickbait‘», admitió Broncano ante las cámaras, revelando su escepticismo inicial. El titular en cuestión decía: ‘De cuidar cerdos en el pueblo a la selección española‘, una frase que parecía diseñada para atraer clics más que para informar. Sin embargo, el conductor del programa reconoció rápidamente su error: «Ciertamente era un poco clickbait, pero contenía algo interesante».
La historia que emergió durante la conversación resultó ser mucho más cautivadora que cualquier exageración. Jorge de Frutos creció en Navares de Enmedio, un pequeño pueblo de Segovia que apenas supera los noventa habitantes según el último censo del INE.
Su padre, Faustino, dedicó toda su vida a la ganadería porcina antes de tener que adaptarse a la agricultura debido a las dificultades administrativas. «Mi padre ha sido ganadero toda su vida, pero ya no tiene cerdos; le ponían muchas trabas y ahora cultiva», explicó el futbolista, confirmando que la información del artículo era parcialmente cierta.
Lo realmente extraordinario en la trayectoria de De Frutos no son sus humildes orígenes, sino la total falta de estructura deportiva durante su infancia. En Navares de Enmedio no hay campo de fútbol. Las primeras patadas al balón del ahora internacional español se dieron en el frontón del pueblo, utilizando dos piedras como porterías improvisadas. «Jugábamos en el frontón, con dos piedras como porterías», evocó entre risas durante su aparición en La revuelta.
El futbolista compartió con Broncano anécdotas que parecen sacadas de una película: «Éramos cinco en total, no había más chavales interesados en el fútbol». Jugaba junto a su hermano mayor y otros tres amigos, organizando partidos donde podían jugar incluso con un solo equipo si no lograban completar ambos. Aquella infancia carente de tácticas y entrenamientos estructurados forjó un estilo de juego basado en el instinto y la capacidad para adaptarse.
Pablo Gutiérrez, uno de los tres amigos que formaban ese grupo, recuerda cómo el talento de Jorge ya brillaba en aquellos torneos veraniegos contra pueblos cercanos: «Con 13 años, marcó un gol de chilena a chavales de 18 en una pista de cemento. Todos nos quedamos asombrados». Esa demostración de técnica y valentía sobre una superficie tan dura anticipaba lo que estaba por venir.
No fue hasta pasados los catorce años cuando jugó su primer partido federado, una edad a la que muchos futbolistas profesionales ya llevan años compitiendo en academias y canteras. De Frutos dio el salto a equipos más grandes como Sepúlveda y Cantalejo, donde sí contaban con instalaciones adecuadas. Más tarde, fue fichado por el Rayo Majadahonda en categoría juvenil, y posteriormente por el filial del Real Madrid, quien apostó por aquel extremo singular que había aprendido a jugar sin ningún maestro.
Un dato récord que llena de orgullo a Segovia
La convocatoria de Jorge de Frutos para la selección española no solo representa el cumplimiento de un sueño personal; también ha convertido a Navares de Enmedio en el pueblo más pequeño jamás representado en la selección nacional. Con sus 92 habitantes, ha superado el récord anterior mantenido por Frumales, también en Segovia, con 120 habitantes. De allí proviene Luis Minguela, quien hace cuatro décadas fue el primer segoviano en vestir la camiseta nacional.
Así, De Frutos se convierte en el segundo futbolista segoviano con esta distinción, generando una oleada de orgullo entre los vecinos. El bar del pueblo, dirigido precisamente por su padre, exhibe camisetas firmadas, bufandas y fotografías que documentan la trayectoria ascendente de su hijo ilustre. Es allí donde los lugareños se reúnen para seguir cada partido del Rayo Vallecano y de la selección nacional, celebrando cada aparición como una victoria colectiva.
Durante su paso por La revuelta, Broncano no solo indagó sobre los orígenes del futbolista; también exploró aspectos personales y desenfadados. De Frutos confesó su apodo dentro del vestuario del Rayo: le dicen que se asemeja a Hasbulla, el influencer ruso conocido por su corta estatura y carisma. La revelación provocó risas entre los presentes, evidenciando la química natural entre presentador e invitado que caracteriza al formato.
La novatada musical al estilo Estopa
El ritual iniciático que todo jugador debe afrontar al llegar a la selección española tuvo también cabida en la conversación. Jorge de Frutos tuvo que superar la tradicional novatada del canto antes de debutar frente a Bulgaria. Subido sobre una silla y rodeado por sus nuevos compañeros internacionales, eligió interpretar Como Camarón, tema popularizado por Estopa. «Ya lo canté una vez con el Levante y fue un desastre; esta vez salió mejor», bromeó el futbolista, demostrando que su sentido del humor está tan afinado como su puntería frente a portería.
La elección musical no fue casualidad. La banda representa lo más auténtico de España: esa cultura proveniente tanto de barrios como pueblos rurales; precisamente lo mismo del entorno donde creció De Frutos. En cierto modo, interpretar Como Camarón fue llevar consigo parte de Navares de Enmedio al corazón mismo del equipo nacional.
Números respaldan su presente
La presencia de Jorge de Frutos en La revuelta no se debió solo a su pintoresca biografía; también se fundamenta en su rendimiento excepcional actual. El extremo del Rayo Vallecano está viviendo uno de sus mejores momentos profesionales y se ha consolidado como pieza clave dentro del esquema dirigido por Íñigo Pérez. En las primeras jornadas ligueras ha anotado cuatro goles en ocho partidos disputados hasta ahora.
Su efectividad resulta especialmente llamativa: hasta mediados de octubre había realizado apenas ocho disparos entre los tres palos logrando convertir cinco goles; esto le otorga una impresionante efectividad del 62,5%, posicionándolo entre los delanteros más eficaces del torneo español. No necesita muchas ocasiones para marcar; cuando dispara hacia portería las probabilidades están claramente a favor suyo.
Esta temporada marca su tercer año con el Rayo Vallecano, tras destacar previamente en el Levante, donde se afianzó como un jugador desequilibrante gracias a sus habilidades rápidas e intensas. Su capacidad para desempeñarse como falso nueve además le otorga versatilidad táctica al equipo franjirrojo.

