La televisión pública 'amenaza' con hacer otra historia sobre una vagina gigante y también incontrolable

Dinamarca: indignación familiar ante una serie infantil protagonizada por el ‘hombre-pene’

Las protestas llegan al Parlamento

Dinamarca: indignación familiar ante una serie infantil protagonizada por el 'hombre-pene'
John Dillermand. PD

Parecen la banda de Irene Montero. Antes no llegaba y ahora se pasan. Es la obsesión por evitar que les quiten puntos del carnet de progre, mezclada a la obsesión por lo políticamente correcto.

Ellos están muy contentos, pero son decenas de miles las familias danesas convencidas de a los de su televisión pública se les haya ido la mano con esta serie.

«John Dillermand», su protagonista, es un hombre blanco, maduro y con bigote, que no se apellida «hombrepene» por casualidad.

La polémica ha llegado al Parlamento danés, porque la responsable es la cadena pública DR. Quizá daría para un capítulo de «Borgen».

Los episodios son cortos, de solo cinco minutos, pero el pene de John Dillerman es extremadamente largo y flexible, y tan habilidoso como sus extremidades superiores. Gracias a él es casi como un superhéroe, capaz de pasear a varios perros a la vez, sujetar globos sin ayuda de las manos, izar una bandera e incluso salvar a unos chicos de morir ahogados.

La serie está dirigida a niños de cuatro a ocho años. Los primeros trece capítulos se pueden ver en la página web de la cadena (en perfecto danés).

Sus dibujos, no exentos de sentido del humor, tampoco pueden ser considerados pornográficos ni demasiado realistas. Para empezar, el pene no queda al descubierto y el atuendo a rayas rojiblancas del protagonista, similar a un traje de baño de hace un siglo, lo cubre en toda su extensión. Eso no ha impedido que se desatara la polémica después de su estreno, el pasado día 2, como informa The Guardian.

«¿Es este el mensaje que queremos enviar a los niños en plena ola del #MeToo?», se preguntaba la autora Anne Lise Marstrand-Jørgensen, teniendo en cuanta que John a veces es incapaz de controlar su pene.

El profesor Christian Groes, por su parte, cree que la exaltación del poder de los genitales mascilinos sirve para «perpetuar el patriarcado» y «normalizar la «cultura del vestuario», utilizada como excusa para comportamientos inapropiados por parte de algunos hombres». «No es inofensivo y se lo estamos enseñando a nuestros hijos», añade.

La psicóloga Erla Heinesen Højsted, del lado de los defensores, cree que se han exagerado las cosas y que los niños encuentran la serie divertida.

En su opinión, las críticas se producen porque los adultos proyectan su forma de pensar y no la entienden. «Se muestra a un hombre impulsivo, que comete errores, pero cuando una mujer le dice que debe mantener el pene dentro de sus pantalones, por ejemplo, él escucha, lo que es bonito», explica comprensiva.

Nadie se plantea si el protagonista simplemente tiene un problema de elefantiasis. Desde la propia cadena no se toman demasiado en serio las protestas y amagan con crear otra historia sobre una mujer con una vagina gigante e igualmente incontrolable.

El político danés Morten Messerschmidt, miembro del Partido Popular danés, es uno de los que se han alzado contra «John Dillermand, según informa la CNN, mientras que grupos de padres han pedido en la página de Facebook de la cadena pública que retiren el programa.

Un portavoz de esta última declaró al canal de noticias estadounidense que la mayoría de las críticas venían de gente que ni siquiera lo había visto, porque se produjeron antes de su estreno. Según él, más de 200.000 espectadores habían seguido el primer episodio, un éxito para un programa infantil en un país con menos de seis millones de habitantes.

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