El fracaso de las encuestas en Reino Unido ha devuelto la esperanza a mucha gente en el PP. El problema es que el presunto enfado de los británicos se debía a que Cameron había cumplido su programa, y lo que defendió en la campaña electoral era que iba a seguir con su programa. Con el PP pasa exactamente lo contrario. Los cabreados son los votantes del PP que le acusan de no haber cumplido sus promesas electorales.
A Rajoy le echan en cara los recortes los que nunca van a votar al PP, que son los que tienen los medios de comunicación y los funcionarios que le han montado la gresca. Los votantes del PP cabreados por el PP no lo están por la austeridad o por los recortes. Lo están porque no se ha recortado lo suficiente, porque no hay suficiente austeridad, porque se ha traicionado a las víctimas, porque se ha asumido la ingeniería social de Zapatero, porque a causa de la falta de recortes se han subido de forma desproporcionada los impuestos… en definitiva, porque han llevado a cabo una política social demócrata y no una política liberal-conservadora. Nadie sabe de qué modo va a afectar el cabreo al voto real.
Las encuestas no funcionan en España, como no funcionan en Reino Unido. Pero las elecciones andaluzas han sido un buen aperitivo. Dicen que no son representativas, que Andalucía es especial… pero el hecho es que el PP se ha dado un batacazo fenomenal.
En Navarra las encuestas son todo un poema. En los interesantes análisis que Navarra Confidencial hace de las encuestas se ve que están mal hechas, que la cocina que hacen de los datos es cuando menos cuestionable, que se sacan conclusiones poco realistas, que la muestra no parece representativa ni por la cantidad ni por la calidad. Vale. Pero la intención de voto real previa a la cocina, es de pánico.
Si la muestra se ha tomado en zonas con más votantes de Bildu que lo normal, quiere decir que a Bildu no le van a ir bien las cosas. Pero eso no quiere decir que le vayan a ir bien a UPN, porque la cocina le da 12 parlamentarios forales con un 7% de intención de voto directo. Es cierto que se habla de un 40% de indecisos. Eso es una barbaridad que invalida cualquier conclusión que se pueda sacar de una encuesta, en mi opinión. El problema es que hay un 40% de indecisos. Que esos indecisos parecen ser en gran medida antiguos votantes de UPN y del PSN. Y que ambos partidos dan una pereza como para que el 40% de los indecisos se quede en casa sin ir a votar.
Si Esparza quiere que le voten los indecisos va a tener que cambiar de discurso. A estas alturas ya va a resultar un poco difícil. Pero es que a la gran esperanza blanca de UPN solo se le ocurre aumentar la administración y prometer unos gastos absurdos con la pasta de no se sabe quién. Si esto es lo que ofrecen…
¡Qué pereza dan todos! La ventaja que tiene UPN es que siendo malo Esparza, todos los demás parecen peores. Si él da pereza, ni les cuento la que nos da Uxúe Barkos, la presunta mejor valorada a todos los indecisos. O el de Bildu, o la de Podemos, o la del PSN. ¡Qué ganas de quedarse en el sillón! Me temo que tienen razón las encuestas. Estamos todos hasta el gorro, no sabemos a quién votar y no sabemos si ir a votar. Eso queda claro, y en eso tienen toda la razón.
