Sin arriar la Bandera

Por Carlos de Bustamante

(La torre de Cigüeñuela . Acuarela de José María Arévalo.34×46)(*)

Fuerzas del Tercio Juan de Austria (III de la Legión) en Sidi-Buya: Sahara español. Reciben orden de repliegue para embarcar. El territorio ya no es provincia española. Tras la “marcha verde” en la que no se les permitió disparar, el Sahara se deja en manos marroquíes. Franco agoniza…

El comandante legionario forma con los suyos frente a la bandera de España: expectación. Se adelantan los gastadores provistos de martillo y clavos: expectación. Envuelven la Bandera en el mástil. La sujetan fuerte al maderamen a martillazos: expectación y lágrimas españolas, legionarias. Un gastador formidable toma la sierra, brillante, de su espalda: expectación. Sierra bien abajo el mástil. Lo sujetan los siete de la Escuadra y, con cuidado, veneración y respeto, la trasportan a hombros hasta el camión. El vehículo, emprende lentamente la marcha, sin parar hasta el barco que la devolverá a España. El III Tercio de la Legión en el Sahara, no arrió la Bandera. Los legionarios españoles, desfilan con lágrimas todos en los ojos, pero con el orgullo de aquellos de Flandes que asombraron al mundo.

Puede que a muchos de los que hoy tanto mienten en esta nuestra España humillada, esto no les diga nada. Incluso lo estén leyendo (¡qué iluso!) con sonrisa condescendiente… Serán los que digan de nuestras FF.AA. que ya está bien de hacer el ridículo durante los últimos acontecimientos vividos ante el necio optimismo de quien debiera esconderse bajo tierra. Sepan los tales –“los que digan…”- que “Aquí la más principal hazaña es obedecer y el modo como ha de ser, es ni pedir ni rehusar”… Buen trato, lealtad, honor, hidalguía, constancia, paciencia, disciplina…: “¡religión de hombres honrados”!

El conflicto ahora está en que España no es el Sahara; y que aquí nadie puede abandonar nada. Que las FF.AA. tienen la orden superior jurada ante Dios de defender la unidad e indisolubilidad de España. Que no se va a arriar la Bandera, ni trasladarla a parte alguna. Ni se va a enarbolar otra que la sustituya. Que pidan lo que pidan quienes lo pidan, nadie se va a independizar ni separar del Tronco.

Y mi pregunta sin -por ahora- respuesta: ¿Y si se nos/les ordena arriar la Bandera…? Espero contra toda desesperanza, que eso no va a suceder; aunque la verdad, en mi fuero interno algo me dice que soy iluso. ¿Pero no ves el camino, las peticiones descaradas, las “reivindicaciones” (dichosa palabreja…) y el ansia de poder “como sea” y al precio que sea? ¿Es que, con la edad, te volviste sordo, ciego e iluso? ¿¡Y desmemoriado…¡? ¿Es que no recuerdas de cuando muy niño ibas al cole con las ventanas de la Academia de Caballería protegidas con sacos terreros…? ¿Ya se te olvidó, que sentado al sol en el patio de las casas militares, porque tenías paperas, viste cómo un avión dejaba caer una bomba?, ¿y cómo te subían de los pelos por la ventana de un piso bajo al tiempo que reventaba la bomba, justo en el lugar donde estuviste en la silla?, ¿y el hoyo que dejó creyendo tu madre que contigo enterrado dentro? ¿Y de los prolegómenos, que viste, o enseguida te contaron, tan similares a los de hoy día? ¿Acaso necesitas que te recuerden el porqué tus mayores murieron o sobrevivieron a un Alzamiento provocado por ideología fundamentalmente religiosa, católica, apostólica y romana, que “otros españoles(¿)…quisieron, como hoy, suprimir del pueblo llano?
¿Tan torpe eres que no reparas en similares “maniobras” hogaño a las de antaño? ¡¡Espabila hombre!!

Sí, le contesto al ángel acusador: ¿Pero qué hago?, ¿qué podemos hacer ya los exprimidos y sin zumo? ¿Hablar, hablar y sólo hablar en las tertulias…? Es que si escribo – me disculpo- me riñen. Y si callo, otros hablan y desvarían engañando a los crédulos o resentidos… ¿Qué hacer, pues?, ¿nada?

Yo sí lo hice. Escribí claro (“Ideas claras”), pero no sirvió. Creo. Me encontré, de pronto, mirando al cielo e, instintivo, brotó de mi corazón una oración recia y confiada. La sonrisa de la Inmaculada Patrona de España, me dio fuerza y ánimo para no perder la esperanza. Mientras, la propia naturaleza, rebelde, ¿altiva? ¿legionaria? Me insistía: ¡“Pero no arríes la Bandera”! ¿Cómo la voy a arriar, si, como hicieron los legionarios del Juan de Austria, también la llevo clavada en un mástil envejecido pero con la reciedumbre habitual de cuantos con verdadero amor hemos servido a España? Tendrían que arrancarme del pecho el corazón a pedazos.

Clavada en lo más íntimo, como los símbolos y prácticas religiosas que, digan lo que digan, legislen como legislen, nadie me va a quitar. Si me falta algún hijo, no es porque los mandamases delictivos –sí, delictivos- me los hayan matado antes de nacer, sino porque Dios dispuso lo que ningún hombre, por poderoso que se crea, pudo imponerme. Así lo creo y así lo hemos aceptado en un “matrimonio cris-tia-no y hu-ma-no”. De ésos que les duelen (como dice la sabiduría popular) “a los mismos perros con diferentes collares”. Alto y claro: ideas claras. No nos dejemos engañar con falsos cantos (¿) de sirena… que todos sabemos a lo que conducen. ¿No es de insensatos? Es hora de que España entera sea un pacífico clamor: ¡¡Basta ya!! ¡Zapatero dimisión! Y sin arriar la bandera, la nuestra, la de España tradicional y de raíces cristianas. Las mismas de la que fuera, y volverá a ser, Europa cristiana. Y sin bajar tampoco la guardia en este País de locos. ¿O no?


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
http://farm5.static.flickr.com/4013/4427423432_f1b60f30a2_b.jpg

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

Lo más leído