Polémica sobre el proyecto de Ley de Universidades

Por José María Arévalo

(El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, con su equipo)

Veo en la últimas noticias de estos días que el Gobierno planea aprobar la la nueva Ley de universidades (la llamada LOSU) a finales de 2023, en el paquete de nuevas leyes con el que el Gobierno de Sanchez responde a la petición de cambios en las políticas de los ministerios que Bruselas ha pedido a España.

Cuando se inició la legislatura, el Ministerio de Universidades parece –leo en El Economista- que descartó una nueva norma convencido de su inviabilidad con un Parlamento tan dividido, pero la aprobación de la «ley Celaá» hace tan solo unos meses lo cambió todo. Ahora el Gobierno pretende aprobar en el cuarto trimestre de 2021 en Consejo de Ministros el Anteproyecto de Ley de modificación de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) para que, posteriormente, se proceda a su tramitación parlamentaria. De esta forma, el Ejecutivo confía en que la nueva norma, la LOSU, sea aprobada por las Cortes Generales en el segundo trimestre de 2023. Lo que ya figura en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia enviado a Bruselas, en el que se indica que, una vez aprobada esta nueva reforma y a partir de su entrada en vigor, se pondrá en marcha el calendario de implantación y el desarrollo normativo.

La reforma –dicen en el Ministerio- tiene por delante cuatro objetivos principales: promover el acceso a la educación superior; adecuar la ordenación de las enseñanzas universitarias; garantizar la buena gobernanza de las instituciones universitarias y fomentar la investigación, la transferencia y la movilidad del personal docente e investigador. La Ley Orgánica de Universidades (LOU), de 2001, consideran se quedó muy desfasada debido a los cambios a los que se enfrenta diariamente el mundo educativo y mucho más el campo universitario.

Ayudas de Bruselas a formar investigadores

De los 70.000 millones que va a entregar Bruselas a España, 387 van a ir destinados a recualificar o formar a 3.200 investigadores en universidades extranjeras y españolas y a traer a 700 talentos que están fuera del país.

Castells busca que la nueva norma tenga ideas de todos los partidos políticos, con la que se pueda garantizar la excelencia de las instituciones de formación superior. Por ello lleva unos meses reuniéndose con los profesionales académicos correspondientes para tratar todos los puntos necesarios, como es el caso del Estatuto del Personal Docente Investigador (PDI) o con el resto de la comunidad universitaria. El ministro buscará que existan nuevas categorías laborales paralelas de catedráticos y profesores titulares que no sean funcionarios, siguiendo el modelo de las universidades estadounidenses.

Los rectores reclaman que esta nueva Ley sirva para aumentar la competitividad, la autonomía y, sobre todo la financiación. Desde CRUE (Conferencia de  Rectores de las Universidades Españolas), el presidente Villamandos defiende que es necesario que se cambie el sistema de una «forma ordenada y coordinada, que no sea un corta y pega de opiniones ni de intereses». Considera que el objetivo principal debe ser el pleno desarrollo del potencial de las universidades, para lo que es necesaria «una autonomía universitaria y un marco financiero suficiente».

Otro de los puntos que los rectores destacan son los requisitos para la creación de nuevos campus universitarios, muy criticados hasta el momento. El presidente de CRUE celebra los requisitos de investigación, pero afirma que no ve ningún beneficio en ofertar títulos de tres ramas de conocimiento.

Postura del rector salmantino

El pasado 10 de marzo publicaba La Gaceta Regional de Salamanca un artículo sobre el tema, bajo el título “La polémica sigue con la ‘ley Castells’” en el que en el que explicaba cómo “hacia el otoño” espera el  ministro de Universidades, Manuel Castells, tener redactado el anteproyecto de  la nueva Ley de Organización del  Sistema Universitario (LOSU), un  texto que, según ha comentado,  pretende elaborar a partir de las  “ideas y pareceres” de toda la comunidad universitaria. De hecho –insiste la Gaceta, que ha entrevistado al Rector salmantino- el documento que han recibido  rectores, sindicatos, comunidades  autónomas y agencias de evaluación está planteado a modo de preguntas, de forma que todo está sobre la mesa y apenas se concreta  nada, sin embargo, las propuestas  y la manera de formular las preguntas ya han generado la desconfianza de buena parte de la comunidad universitaria.

“Hace unos días se publicó un  documento que estructura los  contenidos de una eventual modificación de la Ley Orgánica de  Universidades en cinco bloques:  gobernanza y estructura universitaria; financiación; docencia, investigación y transferencia; estudiantes; y personal docente e investigador. Estos temas son importantes, sin duda, pero hay  otros que también merecerían  más atención”, asegura el rector  de la Universidad de Salamanca,  Ricardo Rivero.

Financiación  

Vinculada al PIB de las  comunidades  el presidente de la Conferencia de  Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos  Gómez Villamandos, ha reclamado que la llamada LOSU sea el instrumento para alcanzar el “grado  de competitividad, de autonomía  y de financiación suficiente que  necesita el sistema universitario”.  En esta línea, el rector del Estudio  salmantino comenta: “El análisis  de financiación demuestra que la  universidad pública española es  barata para los contribuyentes (en  términos comparados), pero no  tanto para los usuarios. Además,  esta infrafinanciación podría perjudicar nuestra competitividad si  no se invierte más en retención y  captación del talento, para lo cual  podrían y deberían emplearse los  fondos europeos, aunque el Ministerio se empeña en destinarlos sobre todo a comprar máquinas”.

Lo cierto es que el apartado de  la financiación no convence a los  rectores. El documento pide opinión sobre la propuesta para garantizar un porcentaje mínimo de  financiación en el PIB de cada Comunidad, una idea que los rectores consideran que podría aumentar las diferencias entre los campus de las diferentes regiones.

Elección de  los rectores 

Cambio en la elección de  los rectores  ¿Es óptimo el actual sistema de  elección de los rectores? Es una de  las preguntas que lanza Castells  y  que, como otras, los rectores consideran que no son inocentes, sino  que señalan que es un cuestionario cargado de ideología para que  los mandatarios académicos se posicionen y después echarles la culpa a ellos del resultado del texto final.  “¿Cuáles son las posibles opciones?”, pregunta el documento de  15 páginas que no ofrece una alternativa concreta al sistema vigente,  aunque en 2008 Castells defendía  que los rectores fueran nombrados  por patronatos de personalidades  independientes, en sintonía con lo  que se hace en las universidades  de EEUU y de otros países.  “La gobernanza y estructura  suelen considerarse una de las  cuestiones principales, dada nuestra divergencia respecto a los modelos europeos comparados. Otros  países han emprendido cambios  en los órganos de gobierno, las  unidades de investigación o la funcionalidad de los consejos sociales.  Estas experiencias podrían ser útiles, aunque el texto ministerial no  se refiere a ellas”, apunta el rector  de la Universidad de Salamanca.

Más poder de los alumnos

La representación estudiantil es  siempre una de las cuestiones más  polémicas. El ministro de Universidades, que ha demostrado sobradamente su simpatía por este colectivo, indica en el documento de  consulta: “Es fundamental que el  estudiantado esté debidamente representado en todos los órganos de  gobierno, con mayor proporcionalidad que la actual, como para poder influir realmente en todas sus  funciones”.

Además, defiende su  presencia en los equipos directivos  de todos los órganos de Gobierno.  “¿Cuáles son vuestras consideraciones a este respecto? ¿Planteáis  alguna propuesta concreta?”, pregunta el borrador de la LOSU, cuestión que algunos tachan de  idea bolivariana y populista del  ministro para quedar bien con los  alumnos.  El planteamiento inicial es del  agrado de buena parte del estudiantado. “Valoramos el borrador  como algo muy positivo para el sistema universitario, aunque está aún en una etapa muy temprana  de desarrollo. También tenemos  que destacar el enorme esfuerzo  de diálogo que está llevando a cabo  el Ministerio para escuchar las  propuestas y sugerencias que emanan de toda la comunidad universitaria y en especial de los estudiantes”, asegura Juan Otero, presidente del Consejo de Delegaciones de Estudiantes de la  Universidad de Salamanca.

Por su parte, Borja Vicente  Blanco, representante de la asociación AEUS, muestra su “plena  conformidad” con la propuesta del  ministro de Universidades de derogar el Régimen Disciplinario de  1954 —la idea del ministro es  crear una norma superior— y valora la presdisposición del Ministerio a dialogar, aunque muestra  su desconfianza pues recuerda  también el abandono de Castells  cuando estalló la pandemia.

Por su parte, el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo  Rivero, señala: “El énfasis sobre  los estudiantes es, a mi modo de  ver, insuficiente. Ellos y ellas representan el mejor futuro de nuestro país, así que esta reforma podría y debería hacerse pensando  en sus capacidades. La equidad social en el acceso, por supuesto, habría de garantizarse; también la  asignación de becas vinculadas al  esfuerzo; la participación en las  decisiones es una conquista democrática en nuestro país y, junto a  ese derecho, han de perfilarse las  obligaciones y los deberes”.

Investigación

El ministro de Universidades  apuesta por “democratizar” los resultados de las investigaciones,  obligando a publicarlas en abierto  cuando se financien con dinero  público o negociando con las revistas científicas comerciales unas tarifas más asequibles. Esta es una  de las ideas de Castells en materia.

Aunque como recuerda el rector de Salamanca, las  competencias son de otro Ministerio. “Los objetivos de la reforma  para promover la investigación  son un tanto peregrinos, máxime  teniendo en cuenta la existencia  de otro Ministerio con las competencias en esta área. Una incorporación masiva de jóvenes investigadores a las universidades sería  la opción más inteligente, para lo  cual conviene insistir en la oportunidad que ofrece el dinero de  Europa. Cualquier programa que  consista en enviar fuera de España ese talento durante años me parece una mala idea”, afirma Ricardo Rivero.

Personal docente

Laboralización de los  funcionarios  El compromiso del ministro era  dotar al personal docente e investigador de un estatuto que, entre  otras cuestiones, solucionase los  problemas de los más de 23.000  profesores asociados que hay en  España, pero el documento finalmente no ha salido adelante por la  oposición de los sindicatos ya que  lo que tenía de bueno respecto a  los asociados, lo tenía malo en  otros aspectos como la laboralización de los funcionarios. Castells  ha optado por llevar el asunto a la  futura ley como un bloque más.

“Las plantillas están muy envejecidas y el 40% de los docentes son  contratados a tiempo temporal”,  recuerda Luis Carlos García de Figuerola, presidente de la Junta de  Personal Docente e Investigador  de la Universidad de Salamanca,  mientras que Ángel Bajo, presidente del comité de empresa del  PDI recuerda que este borrador se  suma a otros anteriores y en cada  uno va cambiando el contenido,  aunque celebra que ahora recoja  la figura del profesor sustituto.

Ordenación académica

Adiós a los grados de  tres años  Hace un año, Castells apostaba  por un sistema flexible donde convivieran los grados de 3 años con  los de 4, ahora el ministro quiere  terminar con las carreras de 3. Esta cuestión no forma parte de la  ley, sino de un real decreto que no  ha consultado con los rectores. Pero ese documento va más allá,  puesto que abre el campo a la  mención dual de las titulaciones,  cuestiones que Mariano Esteban,  catedrático que forma parte del  Consejo de Gobierno de la Universidad de Salamanca, valora positivamente, al igual que la posibilidad de diseñar títulos con itinerarios abiertos que, a su juicio, podrían ser una buena alternativa  para los dobles grados que no funcionan.

Sin duda, están sobre la mesa  muchas cuestiones aún sin responder.

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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