La Operación Columna, los Gulaps o psiquiátricos Españoles de la Guardia Civil, las sentencias del TC y del TEDH, deben dar lugar a la apertura de una Comisión de la verdad, y al reingreso de los Guardias Civiles Democráticos

Los políticos, la justicia y los jueces todo un sistema anclado en el pasado para que nada funcione

El Cabo Rosa estuvo detenido ilegalmente en la España democrática nueve años y medio, torturado, vejado él y toda su familia

Los políticos, la justicia y los jueces todo un sistema anclado en el pasado para que nada funcione
Tricornio en democracia

Cuando hablamos de la justicia, los Guardias Civiles sabemos lo que decimos y no sólo, porque el contacto con ella es evidente por nuestra profesión, sino que hablamos, amén de por esa faceta por nuestra experiencia en solicitar nuestros derechos. Los Guardias Civiles democráticos conocidos por los UMD Verdes, podemos decir alto y claro que la justicia es un desastre, pero no sólo un desastre, sino, un desastre interesado.

Somos testigos y debemos dejar patente nuestra experiencia, sobre todo para que sirva de ejemplo y evidencie la realidad que vive España y los Españoles. Los ciudadanos para que un país funcione, debemos amar a nuestras instituciones, a nuestras fuerzas de seguridad del estado, y sobre todo, éstas deben garantizar un trato igual y justo para todos. Veamos cómo funciona la justicia en este país para que nos demos cuenta, del cuento de la justicia que hace bueno aquello de que «Tendrás tanta justicia como dinero tengas para pagarla».

Los jueces van a la huelga, y lo han hecho en silencio y otras veces lo han aireado y ejecutado dicho derecho constitucional que no está regulado ni autorizado para dichos funcionarios públicos, resultado: «Ni se le aplican medidas disciplinarias , ni se les descuenta un euro». Juegan con reglas diferentes , imagínese a cualquier trabajador que vaya a la huelga sin tener reconocido este derecho , hagan un ejercicio de suspensión, e imagínese a Guardias Civiles y Policías hacer lo mismo que los jueces. Ahí lo dejo.

Los jueces tienen derecho a participación política, van de Juez y vuelven de políticos, e imparten justicia sin límite, un país serio no puede permitir estos privilegios, vean a los Guardias Civiles que quieren participar en la vida política y todos son barreras, nos preguntamos ¿ Es inteligente y justo que un juez pueda dejar la política y emitir sentencias sin que interfiera su visión de la vida y de la vida política?, pero, como son jueces del régimen, no hay limites, para los que juegan a políticos y luego vuelven a la judicatura, cuando un país serio debía impedir que los jueces vuelvan a la judicatura desde la política por lo menos mientras no pasen quince años.

Seguimos el GCPJ, órgano de gobierno jueces, nosotros le llamamos órgano de desgobierno de la justicia, y motivos sobrados tenemos. Todas las denuncias que se presentan son contestadas con formularios iguales, este órgano sin teclas a lo que se dedica es a tocar la música de los convenios con los colegios y entidades que mejor le sintonizan con su ideología que nada tiene que ver con el común de los ciudadanos. Si hablamos del sistema de remisión de datos lexnet, la juerga e incompetencia no puede ser mayor. Europa le tiró todo abajo, a los españoles nos costó millones y nadie respondió, el sistema en vez de estar accesible al justiciable para comprobar cómo el profesional hace su trabajo y saber por qué paga, todo es ocultación, fallos y bajo la tutela de órganos privados como el Consejo General de la Abogacía que no es administración como bien ya señaló Europa.. En fin un caos.

Continuamos, y sabemos de lo que hablamos, ustedes se imaginan que para presentar una solicitud ante cualquier administración pública, tuvieran que ir antes al zapatero de la esquina para presentar la solicitud, para que sea la administración la que resuelva, pero que, al zapatero le pagáramos por recoger y tramitar la solicitud, que además le entreguemos locales públicos en los juzgados para que los usara a su antojo como de su propiedad , y que además, le volvamos a pagar para que forme parte de la comisión de justicia gratuita que se reúne cobrando y además , que sea la administración pública la que resuelve, tramita y hace todo para reconocer la justicia gratuita. A esto le podemos llamar irracionabilidad, irresponsabilidad, derroche de fondos públicos que debían ir a parar a nuestro jóvenes para que eviten marchar del país e invertir en investigación . Duplicamos en asuntos que sólo generan miseria y engordan a los que viven de la cultura del litigio.

España da ejemplos que el ministerio de justicia y el CGPJ, deben imitar, tenemos la AEAT, la Seguridad Social, el SEPES e infinidad de organismos que tienen sistemas electrónicos avanzados y seguros, que además funcionan con firma electrónica segura dada por la FNMT, y además permiten a los usuarios, administraciones, interesados, perjudicados, investigados, ver cómo están sus expedientes y saber con transparencia, qué hacen los profesionales a los que les pagan, en el ámbito de la justicia eso no sucede y la situación es de caos generalizado, por eso nuestra querida España no funciona ni se le espera que  funcione.

Los Guardias Civiles sabemos mucho de cómo funciona o del anormal funcionamiento de la justicia, cuando solicitamos tutela judicial efectiva para garantizar un derecho fundamental como el de asociación, cuando el TC y el TEDH emiten resoluciones favorables y rigurosas a favor de nuestros derechos, son totalmente ignoradas, no sucede lo mismo con los asesinos de nuestros compañeros ni con los delincuentes comunes que en menos de veinticuatro horas son premiados.

Para terminar; si el ejemplo de los Guardias Civiles es de lo más triste, debemos pararnos en los más cercanos que son sin duda el de los banqueros y sus órganos de gobierno, y el más próximo el de Narciso Serra, el ex vicepresidente y su banda que a pesar de hundir la institución han salido como casi todos con premio y mochila.

Para finalizar y breve, nuestro compañero el Cabo Rosa estuvo detenido ilegalmente en la España democrática nueve años y medio, torturado, vejado él y toda su familia, y los jueces mirando para otro lado, no es extraño la deriva que vivimos en este país donde ya nadie cree en las instituciones ni en la clase política y ya asumen ni ir a votar.

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