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Eric Frattini, tras las huellas del evangelio de Judas en su última novela, "El laberinto del agua"

Europa Press, Viernes, 23 de enero 2009
VENECIA, 23 (EUROPA PRESS/Gema Fernández) Cautivado por la magia de Venecia y aprovechando sus conocimientos sobre el Vaticano, el escritor Eric Frattini ha construido "El laberinto del agua" (Espasa), un "thriller" protagonizado por una joven arqueóloga que recibe como legado de su abuela las pistas para encontrar un antiguo manuscrito, que esconde las últimas palabras de Judas. Con su historia, Frattini reflexiona, a ritmo de asesinatos, sectas y pistas por todos los rincones del mundo, sobre los cimientos del Cristianismo y el poder del Vaticano.

"¿Qué hubiera pasado si la Iglesia no se hubiera basado en el testimonio de Pedro?; ¿Y si la iglesia que pretendía crear Jesucristo no era la de una orden jerárquica con una cabeza visible como la del Papa? ¿Y Quién dice que el Papa es la cabeza de la Iglesia?", se pregunta el autor de esta novela, que ya ha vendido sus derechos a países como Alemania, Rumania, Bulgaria, Gran Bretaña y por supuesto, Italia.

Frattini, quien reconoce estar quizá "sobre informado" acerca de los temas del Vaticano al que ha dedicado algunos de sus ensayos de más éxito -"Secretos vaticanos" (2002) o "La santa Alianza, cinco siglos de espionaje Vaticano" (2004)-, argumentó a Europa Press que el "inmovilismo" y el "hermetismo" de la Iglesia ha permitido que siga adelante durante 2000 años e incluso afirma que todo el aparato eclesiástico "vive muy bien sin cambiar un ápice".

En la novela, Afdera tendrá la posibilidad de hacer tambalear los cimientos de la Iglesia y de cambiar el rumbo de la historia del Cristianismo, hasta que interfieren en su camino los ocho guardianes del Círculo de Octogunus, capitaneados por el maléfico Cardenal Lienart, quien tiene como misión "limpiar la porquería que interfiere en la verdadera fe".

"El Cristianismo nunca ha pasado de moda", indicó este autor, quien ha pasado varios años como corresponsal, destinado en Oriente Medio, y que asegura tener una biblioteca llena de volúmenes sobre religión, evangelios y anécdotas de la historia.

CUMPLIR LA PASION "Quiero que los católicos lean todos los documentos que hablan sobre el origen del Cristianismo o que se acerquen al evangelio de Judas", que ya se ha traducido, y en donde, según Frattini, se pone de manifiesto que "fue Jesús quién ordenó a Judas que lo delatase, porque tenía que cumplir la pasión".

En este sentido, y como indica la protagonista de la novela, el manuscrito custodiado por su abuela pretende lavar el nombre de Judas Iscariote y hacer pensar al lector que quizás "no fue tan asesino, y mucho menos un traidor", explica Frattini, mientras pasea por las calles de Venecia, escenario principal de esta novela, cuyo objetivo no es "provocar" sino "entretener" y "divertir" al lector.

"Para el Vaticano todo lo que no es sagrado es secreto", alegó esta autor, quien advirtió de que todavía hay muchos secretos del Vaticano que desconocemos y que sólo se desvelarán con el paso de los años. "Ahora acaban de desclasificar todo el juicio contra los templarios... Cuando han pasado siglos", argumentó.

Sangre, asesinatos y un amor imposible en el marco incomparable y laberíntico de las calles venecianas son los ingredientes básicos de esta novela, que según el autor, tiene un 60 por ciento de realidad y sólo un 40 por ciento de ficción.

LEYENDAS VENECIANAS Ficción que Frattini emparenta con alguna de las leyendas que envuelven Venecia o los palacios renacentistas que inundan sus calles. Entre ellas, figura la leyenda de "La ciudad de las siete puertas de los siete guardianes" o la leyenda del caballero y la reliquia, que tiene como escenario la Puerta de la Aventura, en la Corte Morosina, relacionada con una de las claves de la novela.

No obstante, Frattini, quien siempre se ha movido en el terreno del ensayo, explicó que en "El laberinto del agua" los crímenes "están bien hechos" y la información está "documentada a diferencia de lo que ocurre en "El Código da Vinci"", precisó Frattini, quien, no obstante, reconoció no haber leído el famoso best seller de Dan Brown.

De todas formas a Frattini le queda cuerda para rato, y ya tiene en la cabeza varias ideas para futuras novelas y algún ensayo que ya le han encargado. En cuanto a las novelas, la próxima sacará a relucir en qué se utilizó el oro que obtuvieron los nazis en la II Guerra Mundial y sus relaciones con la Santa Sede.