De ilusión también se vive.
Aunque nunca se sabe, porque sorpresas más grandes hemos visto en la política española.
En cualquier caso, lo que resta por ver es que realmente exista ese bloque ‘moderado‘ dentro la izquierda española y en concreto en el PSOE, el partido más corrupto, putero y sectario de Occidente.
En una España políticamente electrificada, Alberto Núñez Feijóo ha decidido dar un giro de guion que no deja indiferente a nadie.
Tras ser reelegido con un respaldo casi soviético—un 99,24% de los votos en el XXI Congreso Nacional del Partido Popular celebrado en Madrid—el líder gallego se ha quitado la corbata de tecnócrata para enfundarse el traje de conquistador del voto moderado.
El objetivo es claro: lanzar una “OPA hostil” al centro izquierda desencantado con el Gobierno Sánchez y sumar dos millones de nuevos apoyos que le permitan, ahora sí, entrar en solitario por la puerta grande de La Moncloa.
La maniobra, lejos de ser sutil, ha sido presentada sin tapujos ante la militancia y ante los medios: “Vamos a arrasar”, proclamó Feijóo, reivindicando el método Aznar para agrupar un respaldo lo suficientemente abrumador como para dejar KO a cualquier opción de coalición.
En su discurso, el líder popular no solo se mostró confiado, sino que también hizo gala de una estrategia bien calculada: recuperar la centralidad política, atraer al votante indeciso y aprovechar las turbulencias internas del PSOE.
Así ha amanecido este domingo la sede del PSPV-PSOE en València.
A quienes no tienen argumentos, desprecian la democracia y alientan los discursos de odio, solo les queda esto.
¿Es esta la sociedad que defiende la derecha? Es inaceptable.
No lograrán amedrentarnos. pic.twitter.com/2aawgUfmfZ
— PSPV-PSOE (@SocialistesVal) July 6, 2025
Contexto: crisis en el PSOE y desgaste por la corrupción
No es casualidad que este envite llegue ahora. El PSOE se encuentra sumido en una tormenta perfecta: casos recientes de presunta corrupción, polémicas por comportamientos inapropiados dentro del partido e incluso dimisiones en la cúpula directiva han erosionado la moral socialista. Sánchez, lejos de amagar retirada, ha prometido mano dura y una batería de medidas anticorrupción mientras pide perdón por las malas compañías elegidas. Sin embargo, el daño está hecho y las encuestas reflejan un goteo constante de votos hacia posiciones más templadas.
Feijóo ha olido sangre y no duda en presentarse como el adalid de la decencia. Su recién estrenado “manual” para regenerar la vida pública apunta directamente a esa parte del electorado que, sin ser conservadora, está harta del “y tú más” y la política de bloques. El PP sale así del congreso en modo electoral total, con los motores rugiendo para captar a ese votante socialista tradicional que ve con escepticismo los pactos con partidos nacionalistas o el desgaste reputacional causado por los escándalos judiciales.
¿Existe realmente un centro izquierda moderado dispuesto a cambiar de chaqueta?
Aquí entra el debate más jugoso: ¿hay realmente un sector moderado dentro del PSOE susceptible a esta “OPA hostil” o es solo una ilusión óptica generada por los gurús populares? La historia reciente muestra que el votante socialista no es impermeable a las crisis internas ni a los escándalos éticos. Sin embargo, también es cierto que una parte relevante del electorado progresista tiende a resistir el “abrazo del oso” conservador incluso en tiempos convulsos.
- El recuerdo de mayorías absolutas y trasvases masivos de voto entre bloques parece hoy más un espejismo que una tendencia consolidada.
- La polarización actual dificulta grandes migraciones electorales; aun así, las encuestas internas del PP hablan ya de un “notable trasvase” desde el PSOE hacia sus filas.
- El propio Sánchez mantiene todavía cierto margen entre las bases más leales, aunque su autoridad haya quedado tocada tras los últimos episodios judiciales.
En cualquier caso, Feijóo apuesta fuerte por un discurso que busca seducir al votante “cansado”, apelando tanto al hartazgo como a la nostalgia por una política menos bronca y más previsible.
Estrategia moderada: el regreso del PP “centrado”
El mensaje no es nuevo pero sí renovado: Feijóo insiste ante los suyos en que la moderación es el camino para alcanzar La Moncloa. Ni populismos ni estridencias: recuperar el centro como lo hizo Aznar en los noventa. Para ello ha desplegado un decálogo basado en la gestión eficaz, el respeto institucional y—cómo no—la regeneración democrática.
- Se trata de convencer al electorado dubitativo de que hay alternativa seria y previsible frente al ruido.
- El PP huye del extremismo y se distancia tanto del discurso trumpista (acusación lanzada desde Moncloa) como de las alianzas incómodas.
- Feijóo presume además de liderazgo interno sólido—casi sin fisuras ni críticas públicas—y proyecta imagen de estabilidad frente a la guerra interna socialista.
Consecuencias posibles: ¿OPA exitosa o espejismo demoscópico?
La apuesta tiene riesgos evidentes. Si bien existen síntomas claros de desgaste socialista y un entorno propicio para que parte del centro izquierda busque refugio temporal bajo las siglas populares, tampoco faltan precedentes donde estos movimientos resultaron flor de un día.
- El escenario más favorable para Feijóo sería una transferencia masiva (y sostenida) que le permita gobernar sin ataduras ni socios incómodos.
- En caso contrario, si el trasvase resulta insuficiente o fugaz, podría quedar atrapado entre Vox y unas izquierdas fragmentadas pero resilientes.
- Además, esta estrategia obliga al PP a mantener pulso firme con su propio sector más duro para evitar fugas por la derecha.
Curiosidades políticas y datos llamativos
- El término “OPA hostil”, tan propio del mundo empresarial, ha aterrizado con fuerza en la jerga política española gracias al equipo popular. No todos los días se ve a un líder político asumir abiertamente semejante estrategia mercantilista para ganar votos.
- Feijóo ha batido su propio récord interno: nunca antes había logrado tal unanimidad entre los compromisarios populares.
- Entre las nuevas medidas anticorrupción anunciadas por Sánchez destaca la expulsión inmediata de militantes implicados en escándalos sexuales o económicos.
- En clave histórica, Aznar logró rozar los diez millones de votos hace más de dos décadas; Feijóo quiere igualar (o superar) esa marca como símbolo del regreso definitivo a los grandes consensos nacionales.
En resumen, España asiste estos días a una batalla sin cuartel por el centro político. Un espacio codiciado donde unos ven terreno fértil y otros solo espejismos electorales. Habrá que esperar para saber si la OPA hostil acaba en adquisición o simplemente en susto pasajero.
