OPINIÓN / Afilando columnas

Millás (El País) lamenta que nadie se queme a lo bonzo para protestar por la muerte de inmigrantes tratando de entrar en Ceuta

Toni Bolaño (La Razón), extasiado con la propuesta federalista de Carme Chacón: "Se agradece el aire fresco, aunque venga de Miami"

Poco a poco, el Debate sobre el estado de la nación va desapareciendo de los espacios de opinión de papel española. Las musas inspiradoras de los articulistas van susurrando a su oídos otros temas sobre los que escribir, lo que resulta de agradecer para quienes tenemos que leer sus textos. El 28 de febrero de 2014 encontramos una amplia variedad de asuntos tratados. Desde aquí ya advertimos que vamos a topar con cosas sorprendentes, como que en el periódico de la ‘disciPPlina’ lleguen a entrar en una especie de éxtasis con las propuestas federalistas lanzadas para España por Carme Chacón en un importante diario estadounidense. Hacemos sonar una vez más nuestra armónica de afilador y pasamos a repasar lo más llamativo del columnismo de la jornada.

Empezamos en esta ocasión en El País, donde nos encontramos con un Juan José Millás realmente indignado. En su artículo Lo que nos pasa nos muestra su modo de enterder la situación de España y cómo debería reaccionar la pblación. Como mo vamos a reproducir todo el texto, nos quedaremos con algún ejemplo:

En una época de políticas de extrema derecha, con atentados gravísimos a las libertades individuales (la ley del aborto, verbi gratia), los partidos de izquierda deberían brillar como el neón en las encuestas de intención de voto.


Juan José Millás.

Como todo el mundo sabe, la izquierda siempre ha defendido las libertades individuales. Ahí tenemos el apoyo de Izquierda Unida y de amplios sectores del PSOE (para ser justos, en este partido hay notables excepciones) al castrismo y a un chavismo que está reprimiendo a sangre y fuego las protestas en Venezuela. Si es a esa gente a quienes debemos votar los que defendemos las libertades individuales, mal vamos. Por cierto, que esa crítica no impide que pensemos que el PP tampoco destaca en este terreno. Ahí está, por ejemplo, la represiva norma que el ministro Fernández quiere imponer y que supondría, entre otras cosas, un recorte a la libertad de información sobre manifestaciones.

En una época en la que se contempla pasivamente cómo un grupo de inmigrantes se ahoga intentando alcanzar la orilla o, peor aún, se contribuye a que mueran con disparos de pelotas de goma, los que se llaman a sí mismos defensores de la vida deberían incinerarse a lo bonzo ante el Ministerio del Interior para poner en evidencia el cinismo gubernamental.

A este humilde lector de columnas siempre le han llamado estos indignados que piden que otros hagan de héroes y sacrifiquen su vida para denunciar injusticias. A diferencia de él, nosotros no vamos a pedir a Millás que sea él quien lo haga.


Federico Jiménez Losantos.

Pasamos ahora a El Mundo, donde Federico Jiménez Losantos titula Céntimo prisaico. Tras criticar ese impuesto finalista, lo que es contrario a la Constitución, que impuso un Gobierno de Aznar (y, por cierto, mantuvieron tanto Zapatero como Rajoy) a los combustibles y cuya ilegalidad ha decretado la Justicia europea, dice:

Pero lo del céntimo por caridad que esconde un atraco de verdad es una tradición que no debería perderse. Y, Soraya mediante, no se perderá. Ayer supimos que Prisa ha perdido este año 649 millones, aumentando así esos miles de millones de euros que desde hace tiempo no cuadran en sus cuentas. Bueno, hay cuentas particulares que sí cuadran, pero las del grupo, no. ¿Permitirán Zarzuela y Moncloa que su órgano oficioso padezca tan vulgar padecimiento financiero? ¡Hasta ahí podríamos llegar! A céntimo sanitario muerto, céntimo prisaico puesto. Y en 2026, ya hablaremos. Bueno, al paso que vamos, ya hablarán.

Como siempre hemos sospechado, ante Hacienda no todos somos iguales.

También en el diario ahora dirigido por Casimiro García-Abadillo, Santiago González comenta la intervención del apparátchik que creyó que siendo secretario general se convertiría en un líder socialista en el Debate sobre el estado de la nacíón. Titula La sisa de Rubalcaba:

Los medios hicieron encuestas: sólo El País y El Plural sostuvieron que había ganado Rubalcaba. En realidad, los oradores hablaron para los suyos, aunque Rajoy tenía un espectro más amplio. A Rubalcaba, la estrategia le tira de la sisa: necesita el discurso apocalíptico para seguir al frente del PSOE tras las elecciones de mayo y volver a competir en generales frente a Rajoy. Falta por ver si puede ganar las europeas gracias a la tentación del personal de darse un homenaje gratis contra el Gobierno, un brindis al sol. Pero en unas elecciones de verdad, las jeremiadas de Rubalcaba van a espantar a los votantes en su hábitat, ese centro sociológico, ya tan teorizado.

Concluye:

El lugar geométrico de Rubalcaba es la mediatriz entre Constitución y secesión. No se define tanto en relación al problema como a sus adversarios: entre la derecha y el nacionalismo. Es un lugar engañoso, una falsa equidistancia: la España de las Autonomías está mucho más cerca de las aspiraciones máximas de los nacionalismos de entonces que de las posiciones que tenían los partidos españoles. De derecha, de centro o de izquierda. También el PCE. Y el PSOE, también el PSOE, donde, por cierto, Rubalcaba ya estaba.

Lo realmente triste, es que Rubalcaba sea la opción menos mala que puede ofrecer el PSOE. ¿O acaso alguien puede pensar que un Eduardo Madina o un Patix López serán más firmes a la hora de enfrentar el reto independentista que el hombre que quiso protagonizar ‘El milagro de Pe Punto’?.

Saltamos ahora al periódico de la ‘disciPPlina’. Alfonso Merlos también centra en Rubalcaba su columnas de La Razón. Titula Impacto y pavor:

No. Una mentira repetida mil veces no tiene por qué convertirse en una verdad. Menos cuando su objetivo es atentar contra el interés general. Porque ni España es un infierno ni el presidente del gobierno es una nulidad. Y ésta es la estrafalaria, fraudulenta y prevaricadora versión sobre el estado de la nación que pretenden inocular Rubalcaba y los que están más o bastante más a su izquierda.

Concluye:

Hace un par de décadas Harlan Ullman concibió la doctrina denominada «impacto y pavor». Este estratega militar entendía que si una población era bombardeada con severísima intensidad y a la velocidad de la luz, esa población quedaría paralizada y su voluntad de luchar aniquilada. Es lo que busca Rubalcaba y su cuadrilla. Lo último que necesita España y los españoles. Es una actitud miserable. Pero va a fracasar. Seguiremos peleando. Prevaleceremos.

Tal vez España no sea un infierno, como dice la sonrisa más blanca de los informativos de 13Tv, pero lo cierto es que tampoco está como para lanzar cohetes. Y, desde la más absoluta distancia con el pensamiento de Rubalcaba (y no digamos de las totalitarias ideas de Izquierda Unida) algunos sí consideramos que en líneas generales la política de Rajoy es pésima. Alguna cosa buena tiene, pero más bien poquitas (y tenemos que esforzarnos para encontrarlas).

Lo que realmente le ha sorprendido al afilador de columnas es el texto de Toni Bolaño titulado Afecto recíproco. Pocas veces podemos encontrar un artículo tan elogioso sobre algún político en la prensa española. Está dedicado a Carme Chacón y el artículo que ha publicado en el Miami Herald titulado Catalonia should remain part of Spain. En este texto, la que fuera la embarazada favorita de Zapatero propone para España que se convierta en «una genuina unión federal parecida a Estados Unidos o Canadá». Dice Bolaño:

Chacón deja claro en su -pedagógico- artículo que los nacionalistas se inventan la historia a su medida y es contundente al negar legitimidad democrática a la consulta soberanista. También marca una salida política para desbloquear una situación enconada y viciada. Chacón apunta a una reforma federal, a la revisión de las leyes que armonicen las relaciones con un carácter federal. Pero, sobre todo, reivindica una política de afecto recíproco entre catalanes y españoles, porque los catalanes son españoles y viven su españolidad a su manera. La volverán a poner a bajar de un burro. Sin embargo, siempre es bienvenido el aire fresco aunque venga de la calurosa Miami.

En realidad eso del federalismo es propuesto un día sí y otro también por el PSC y por el PSOE, y desde La Razón lo critican con fuerza. Y lo de los afectos recíprocos es algo que estamos cansados de escuchar. El afilador de columnas no sabe dónde está en ese artículo en aire fresco, que cual brisa en la playa, percibe Toni Bolaño.

Por otra parte, hemos de destacar que lo único que diferencia al modelo autonómico español de un estado federal es el nombre. En la práctica, nuestro país es una federación, donde las comunidades juegan el papel de los estado en países como EEUU o Alemania y las provincias en otros como Canadá o Argentina. Por cierto, que la referencia de Chacón a la antigua colonia británica que tiene como reina a Su Graciosa Majestad contiene trampa. A diferencia de EEUU, en Canadá si existe la posibilidad de que una parte del país se independice. Claro que los independentistas quebequeses llevan años fracasando en el intento.

Pero no nos creamos que ese éxtasis con Chacón es cosa sólo de Toni Bolaño y que posiblemente le valga una reprimenda de su director. Al contrario, veamos cómo titula La Razón la noticia sobre este asunto: «Chacón defiende con firmeza una Cataluña dentro de España«. ¿Se habrán hecho amigos Marhuenda y Miguel Barroso?

Pasamos a ABC, donde encontramos una crítica al Príncipe de Asturias por no saber reaccionar ante el independentista catalán que le negó El saludo. Su autor es David Gistau y hace algo poco frecuente en el columnismo español, que es citar a un articulista de otro periódico, y encima para darle la razón:

Arcadi Espada ya ha diagnosticado el error del Príncipe cuando volvió sobre sus pasos y sólo consiguió aumentar la capacidad expansiva del desplante. No es necesario gustar a todo el mundo. Pese a los superpoderes carismáticos atribuidos al juancarlismo, no existe la capacidad taumatúrgica según la cual insistir en la presencia y en la cortesía basta para seducir a un desafecto y, por añadidura, a todos, como en la mitología de la Transición.

Eso sí, ofrece algún argumento diferente a los que daba Espada un día antes en El Mundo —¿De qué te ríes?–. Dice Gistau:

A Don Felipe le ha caído encima una circunstancia histórica imprevisible hace una generación, cuando creíamos que en su tiempo como rey no tendría ni siquiera grandes pruebas con las que conformar un legado personal. Es obvio que las va a tener, empezando por la restauración del prestigio de la Corona, por la que los adultos del porvenir sienten un desapego absoluto. Mientras, de la farsa del saludo negado tal vez deba extraer la conclusión de que a veces no hay que volver sobre los pasos, como no sea para practicar esa esgrima verbal que también cimentó las presunciones carismáticas del Rey.

Terminamos con Ignacio Camacho, que aprovecha que el 28 de febrero es el Día de Andalucía para escribir un artículo sobre su región de origen y que tiene mucho de lamento. Titula Vacío andaluz.

La sobrevalorada irrupción de Díaz, una dirigente intuitiva y empática con graves lagunas de formación, la está arrastrando a un protagonismo nacional en la reconstrucción del PSOE que detrae tiempo y esfuerzo a su responsabilidad de gobernante. Para socialistas y populares Andalucía es la clave de bóveda de sus diseños estratégicos para España, y ese papel arbitral condena paradójicamente a la región a una posición subsidiaria que agrava sus lacerantes desequilibrios sociales por falta de atención específica. Su condición de frontera de Europa sólo parece en estos momentos evidente para los Estados Unidos, que han procedido a desplegar en Rota la infraestructura de su escudo antimisiles. Para la política española continúa tratándose de una suerte de patio trasero en el que se ventilan experimentos de ingeniería generacional y ensayos de alianzas tácticas. En el aniversario del referéndum que cambió el modelo territorial de la Constitución cabe, pues, actualizar la vieja pregunta de los años del subdesarrollo: si los dirigentes extranjeros miran a África, los españoles a Cataluña y los andaluces a Madrid… ¿quién piensa hoy en Andalucía?

Todo un ‘me duele Andalucía’ escrito por un gran periodista andaluz desde Madrid.

 

 

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública