El polémico ‘Delcygate’ no solo habría generado la violación de las sanciones de la Unión Europea contra la vicepresidenta de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez. Fuentes tanto de seguridad como diplomáticas del régimen chavista confirman a Periodista Digital que, en medio del encuentro ‘secreto’ con José Luis Ábalos, también se pasó por encima tanto de los Convenios de Viena como de las propias normas del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. En concreto, las irregularidades se habrían cometido a través del equipaje que fue descargado en el Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez.
En la declaración del vigilante de Ilunion ante notario, a la que ha tenido acceso Periodista Digital, se indica que “el personal de la empresa de Sky Wallet trasladan dos carros con maletas al exterior de la zona pública para ponerlos en los vehículos sin pasar ningún control de aduanas”. Una situación irregular que habría violado los Convenios de Viena, ya que, como confirman a este diario, en ningún momento se cumplió con lo establecido en los acuerdos para el uso de la “valija diplomática”.
El convenio internacional reconocido por España establece que “el funcionario encargado de la valija diplomática se identificará y entregará el correspondiente certificado de la Misión diplomática u Oficina Consular, en el que ha de indicarse el carácter de valija diplomática o consular y el número de bultos que la forman”.
Un trámite que, según las fuentes consultadas por Periodista Digital, no ocurrió en ningún momento, por lo que la delegación chavista logró bajar todo los “bolsos sin ningún control ni aportando toda la documentación requerida. Había una gran inquietud entre todas las personas encargadas de la seguridad por el gran número de irregularidades que estaban ocurriendo ante los ojos del ministro Ábalos”, explican.
Es importante destacar que, según la normativa, la Subdirección General de Cancillería es la institución encargada de “gestionar ante las autoridades del Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez la concesión del documento de identidad, personal e intransferible, que le acredite debidamente y le autorice solamente para la entrega y la recogida de la valija en dicho aeropuerto. Este documento sólo permitirá la entrada en la zona de entrega y recogida de valijas”.
Sin embargo, tanto las fuentes diplomáticas como de cuerpos de seguridad confirman a Periodista Digital que “en la Terminal Ejecutiva de Barajas se produjeron un cúmulo de irregularidades. Los carros de maletas entraron en territorio nacional sin ningún tipo de control aduanero. No se siguió el procedimiento habitual en estos casos. Es decir, el intercambio de documentos entre los ministerios de Exteriores”. De ahí que no les tiemble el pulso para afirmar que “esa noche se violó la Convención de Viena”.
El interior de las maletas
Las fuentes cercanas al régimen de Nicolás Maduro precisan ahora que la vicepresidenta Delcy Rodríguez acudió a Madrid, con la mediación de Piedad Córdoba, para ofrecerle a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias tener su propia mina de oro en territorio venezolano, lo que permitiría tener unos ‘ingresos B’ garantizados en el extranjero, a cambio del apoyo al régimen de Nicolás Maduro y desmarcarse del presidente encargado Juan Guaidó (algo que mostró sus primeros gestos con el platón en su gira internacional o al degradarlo a “líder de la oposición”).
“En las maletas de Delcy, que se quedaron en Madrid, había unos lingotes de oro que no son para venderlos o fundirlos. Son una demostración de la calidad del oro que existe en el país y que podrían explotar si aceptan llegar a un acuerdo con Nicolás Maduro”, indican a este diario.
Fuentes cercanas a la Embajada chavista en Madrid confirmaron, el pasado 14 de febrero, a Periodista Digital que en el interior del equipaje transportado por Delcy Rodríguez junto a la delegación chavista que aterrizó en Madrid “había principalmente dos cosas. La primera, grandes cantidades de dinero que tienen por finalidad ayudar al embajador Mario Isea a realizar los pagos a sus trabajadores y colaboradores españoles. Además de un cuota de lingotes de oro que son similares a los que se llevaron hasta Turquía para su venta ilegal”. No obstante, indica que “si bien todo apunta a que una parte del dinero tiene por finalidad partidos españoles de izquierda, aún no hay forma de demostrarlo”.
Unos datos que fueron confirmados por Manuel Christopher Figuera, quien fue hasta hace diez meses el director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional de Venezuela (Sebin). En una entrevista con esRadio ha reconocido que conoce bien a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez: «Sé de la influencia que ella y su hermano, el ministro de Propaganda, tienen sobre Nicolás Maduro». Por eso cree que el dictador venezolano la eligió a ella para venir a España en una misión que ha calificado como «más propia de James Bond».
Posteriormente, las fuentes de la Embajada conocieron que el dinero no era para pagar los impagos de los trabajadores sino que tenía una finalidad más política: “El dinero de las maletas del ‘Delcygate’ irán a parar a manos de los partidos y organizaciones de la izquierda española. Es un pago por su respaldo bajo la mesa a Nicolás Maduro, pero también para que terminen de girar en su política exterior y abandonen a Juan Guaidó”, afirman a este diario.
Las fuentes solventes destacan que “dentro de los partidos de izquierda aún hay quienes tienen dudas sobre si apoyar o no al chavismo. Tienen dudas y justamente ahí es donde se quiere depositar el dinero. Para empujar la balanza para un lado. Para comprar algunas consciencias”. En la misma línea, indican a este diario que “no es secreto para nadie que por la plata [dinero] baila el mono. Ya desde el PSOE y Podemos han dejado claro que no irán contra los intereses económicos que tienen en Venezuela. Y este dinero es una forma de demostrar que apoyar a Nicolás Maduro puede ser rentable para sus bolsillos”.
Ahora, se conoce que los lingotes de oro también tienen su papel dentro de la política de España: ser una cata para lograr enamorar a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias del oro y que cuenten con su propia mina de oro en Venezuela.