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Los crímenes en México, Serio Síntoma Social

Efrén Mayorga 23 May 2013 - 20:03 CET
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+La menor que mató e incineró a sus padres adoptivos narró al MP cómo ocurrieron los crímenes. La joven aceptó que durante un mes planeó los homicidios.

De nada sirve pretender acallar o desaparecer la realidad en la prensa y demás medios de comunicación; los hechos ahí están, a pesar de que algunos pretendan imponer una imaginaria realidad que, paradójicamente, la real realidad ya está sus propias casas

Sociópata, psicópata, neurópata, psicótico son términos que están quedando en la historia, son conceptos que ya no alcanzan a las tradicionales disfunciones mentales o psicopatologías del ser humano.

La sociedad las ha rebasado; aquellos usuales conceptos de que la psicopatologías eran reconocidas como las precursores del comportamiento social disfuncional, antijurídico, ilegal, o criminal ya no son útil para estudios del comportamiento y conducta del ser humano actual de este nuevo siglo en el año 2013.

No, éso ya no es así, estas conductas ya no son cosas raras en la cotidianidad de la nuestras sociedades, lo usual ahora es lo que antes era anormal.

Son muchos los factores que han venido formando seres para lo que en apariencia aún socialmente no estamos mentalmente preparados para aceptar; sin embargo son acciones que forman parte de nuestra diaria cotidianidad, real e imaginaria, tanto en los contenidos de los medios de comunicación, tv, radio, prensa, y redes sociales, como en las acciones de nuestros líderes espirituales, morales, políticos, económicos y sociales.

A mi entender creo que mucho ha tenido que ver la falta de civismo e historia como materia curricular en los niños que ahora ya son adultos; aunado a la vertiginosa revolución del internet y sus derivados(/Xbox, playstation, etc.) de juegos con contenidos mortales.

Muchos alegan que la tv y esas pantallas no mal influye si se tiene una buena formación de valores familiares, pero ocurre que la misma familia y sus integrantes están severamente atosigados de contenidos telenoveleros o programaciones policiacas que todo se vuelve un circulo vicioso.

Si a ello se le agrega la impunidad en la que a día a día gozan y viven muchos artistas, legisladores, funcionarios, intelectuales y empresarios, los poderosos sociales pues; pues no es de extrañar conductas como las leidipolanco, leidiprofeco, tuiteras de probles y nacos, o poderosos golpeadores de mujeres de hijas de poderosos, pozoleros de mil o diez mil muertes en Tijuana o descuartizados y rodadas de cabezas decapitadas a lo largo y ancho del territorio nacional.

De nada sirve pretender acallar o desaparecer la realidad en la prensa y demás medios de comunicación; los hechos ahí están, a pesar de que algunos poderosos tengan su propia realidad que paradójicamente, la real realidad ya está sus propias casas.

No es de extrañar pues, noticias como las que ayer aquí leímos y como las que a continuación se reproduce; lea y reflexione usted sobre nuestra realidad, sobre su propia realidad.

Los crímenes que se acomenten hoy en día en México, son un serio síntoma social

Estos hechos ocurrieron entre el 2 y 5 de mayo de 2013.

Despiadada niña asesina a sus padresChihuahua,Chih.- Como sacado de un libro de Stephen King, la historia erizó la piel a más de dos al enterarse cómo una adolescente de 17 años, con la ayuda de su novio y un amigo, estrangularon a sus padres, les inyectaron en la yugular cloro con insecticida, después fueron a cenar hot dogs y bebieron cervezas.

La mañana siguiente acudieron a un lote baldío, rociaron gasolina a los cuerpos para prenderles fuego, luego salieron tranquilamente de compras y por la noche acudieron a una fiesta; todo esto según consta en las declaraciones del novio y la jovencita.

¿Quién es y cómo es Ana Carolina?
Luego del crimen, la menor reportó la presunta desaparición de sus padres, María Albertina Enríquez, de 68 años y Efrén López Tarango, de 88; sin embargo, en las investigaciones de la Fiscalía, el novio de la jovencita, José Alberto Grajeda Bastista se quebró durante la entrevista y confesó el crimen que planeó junto con la menor y otro amigo de nombre Mauro Alexis Domínguez Zamarrón.

Cuando se enteraron de la noticia, varios de los conocidos de la joven entraron en shock; los amigos de Ana Carolina, principalmente cuatro; dos gemelos y otra muchacha, ahijada de las víctimas, no lo podían creer: “ya no quieren volver a ver a la chica, están muy enojados con ella,” reveló en entrevista una fuente cercana.

Ana Carolina tiene 17 años, en febrero de 2014 cumplirá su mayoría de edad; desde pequeña fue dada en adopción, su madre biológica falleció por VIH sida hace cinco años, el padre murió hace tiempo, le sobrevive una hermana biológica pocos años mayor que ella.

Para quienes trataron a Ana la describen como tranquila, reservada, inteligente, no muy sociable y aunque se llevaba muy bien con sus cuatro amigos compañeros de escuela, señalan que en ocasiones se aislaba y era inexpresiva.

Siempre lucía uñas impecables “muy bien arregladitas de salón”, la mayor parte del tiempo llevaba suelto su cabello largo ondulado, usaba jeans o falditas cómodas, andaba bien vestida pero sin llamar la atención ni caer en la vanidad extrema, así describen la imagen habitual de la joven que cursaba el cuarto semestre de preparatoria.

En lo que a su desempeño escolar corresponde, Ana era buena estudiante, no le conocían problemas, ni con compañeros ni maestros, no faltaba a clases y era dedicada a cumplir sus tareas académicas.

Aunque ella siempre supo que era adoptada, el comportamiento de la menor hacía sus padres no mostraba nada fuera de lo normal: “en ocasiones discutía con la mamá por teléfono, pero como típica adolescente”, apunta la persona que describe a Ana Carolina.

“Nunca imaginé que fuera capaz de hacerle algo a sus papás, ellos le daban todo, cuando me enteré de la noticia y que era ella, yo lloré” agrega la fuente cercana a la familia, (quien prefirió omitir su nombre).

Efrén y Albertina daban todo lo que estuviera en sus manos a la jovencita, inclusive, aunque ella conducía el auto de la mamá, pronto le iban a comprar su propio vehículo e iban a pagarle lo necesario para cursar el siguiente semestre de estudios en Estados Unidos.

Pero los planes de Ana eran diferentes; ella llegó a comentar entre sus amistades que ya quería casarse, tener hijos, para formar su propia familia “con hijos que sí fueran suyos”.

Relación con José Alberto Grajeda Bastista
Cuatro meses llevaban de relación estable Ana y José Alberto, ya que previamente estaban juntos de forma intermitente, ya que cortaban y volvían”. A decir de gente que la conoció, el noviazgo parecía “sentarle bien” a Ana, puesto que antes de ser novia de José Alberto; era muy geniosa, si algo no le gustaba se le notaba en la cara.

El amorío de la joven pareja dejó de ser bien visto por los padres adoptivos de Ana, quienes en castigo le negaron a José Alberto el acceso a la casa, luego de una discusión porque ella no iba a clases de natación por irse con él.

Fueron esas peleas y una propuesta de su amigo Mauro lo que desataron la idea del estremecedor crimen que planearon con un mes de anticipación; querían matarlos para ella quedarse con la herencia de los padres, comprar anillos de compromiso, el departamento y casarse, confesó en su declaración el novio, José Alberto.

Quién por otra parte en entrevistas anexas que le hicieron sicólogos aludió que era Ana la que llevaba las riendas de la relación, puesto que “ella lo manipulaba con sexo”.

El crimen
Ana, su novio Alberto y el amigo Mauro, eligieron el día viernes para cometer el crimen, puesto que en esa fecha la mujer que acude a realizar la limpieza descansa, según se reveló cuando el Ministerio Publico dio detalles del asesinato durante la audiencia de vinculación de los dos varones.

El MP explicó que el día de los hechos, los jóvenes esperaron a que Efrén (el padre) se fuera a jugar billar, después Ana dejó pasar a su casa a Mauro y Alberto; cuando ya estaban adentro llamó a su madre Albertina para que fuera a la cocina, pero la mujer no quiso salir “porque estaba en fachas”.

Con la negativa de la mujer, hicieron ruidos y fingieron que Mauro y Alberto ya se habían retirado. Al creer que ya no estaban, Albertina accedió a ir a la cocina, pero al entrar Mauro la sorprendió por la espalda y con sus manos empezó a estrangularla, después uso cables eléctricos para ahorcarla y finalmente le inyectaron tres jeringas de ácido en el pecho y en la yugular; posteriormente escondieron el cuerpo y esperaron a que llegara Efrén, (el padre).

Alberto, fue quien estranguló al padre y amarró su cuello a una pata de la mesa “para en caso de que despertar no pudiera moverse” expresó el joven en su declaración; a la segunda víctima también le inyectaron en la yugular.

Tras consumar el crimen, los jóvenes tomaron alrededor de 20 mil pesos que tenían las víctimas en una bodega, después se limpiaron las manos con cloro y se “fueron a comer Dogos a un local de la avenida Ortiz Mena, donde comentaron cómo se sentían después de matarlos”.

Luego de cenar, regresaron a la vivienda donde bebieron las cervezas que había en el refrigerador, conversaron y fueron a dormirse. A la mañana limpiaron la escena, subieron los cuerpos a la camioneta Honda color azul, buscaron tres botes de plástico para ir a la gasolinera a comprar trece litros de gasolina.

Mauro manejó la camioneta hasta que llegaron a un terreno baldío, a las fueras de la ciudad, por el Periférico Lombardo Toledano, cerca de un centro recreativo de nombre Sapo Verde, ahí arrojaron los cuerpos.

Al momento de tratar de quemarlos, se percataron de que no tenían con que prender fuego, por lo que subieron de nuevo al vehículo, fueron a una tienda a comprar cerillos, regresaron y finalmente José Alberto prendió los cuerpos.

Posteriormente acudieron al restaurante; después Alberto y Ana acudieron a Telcel y por último, a plaza Galerías; donde llegaron a una joyería para medirse anillos de compromiso, mientras que su novio José Alberto se compró un reloj.

Por la noche, Ana Carolina se arregló para ir a unos 15 años en los que José Alberto iba a trabajar como mesero, ahí disfrutó la noche.

Al día siguiente, Ana decidió reportar primero con su tía y después a las autoridades a sus padres como desaparecidos.

Frialdad ¿cautivadora para especialistas en sicología criminal?
La frialdad que mostró Ana, al hablar y confesar el crimen así como su actitud imperturbable en la audiencia ante el juez llamó poderosamente la atención de personal de la Fiscalía, cómo si se tratara de un pequeño Aleister Crowley; la aparente falta de remordimientos dejó impactado a personal que la atendió.

No solo Ana llamó la atención, también el cuadro sicológico de Mauro Alexis, quién al parecer fue el primero en proponer la idea de matar a los padres de Ana.

En las declaraciones de Alberto, señaló que Mauro les admitió que siempre tuvo la inquietud de cercenarle un seno a su madre, cocinarlo y comérselo, pero que nunca lo hizo porque derramaría mucha sangre. Además de que Alberto aseguró que tras asesinar a los padres de Ana, Mauro quería seguir matando.

Estos casos, que podrían encajar en cuadro psicópata, no se habían visto antes en esta ciudad de Chihuahua.

Quince años la pena máxima para Ana; prisión vitalicia a sus cómplices

La Fiscalía de Chihuahua, busca acreditar el crimen de homicidio con todas las agravantes de ley, “predeterminación, alevosía, ventaja y traición”; dicho delito según el código penal puede castigarse hasta con la prisión vitalicia.

No obstante, en el caso de Ana, por ser aún menor de edad, la protege la Ley Especial de Justicia para Adolescentes infractores de Chihuahua, la cual, estimula que la pena máxima que podrán imponerle a un menor es de 15 años de prisión. Por lo que de acreditarse el homicidio con todas las agravantes Ana pasaría como máximo 15 años de prisión y sus presuntos cómplices podrían pasar toda su vida en la cárcel.

Confiesa crimen
La menor reportó la presunta desaparición de sus padres, sin embargo, en las investigaciones de la Fiscalía, el novio de la jovencita, se quebró durante la entrevista y confesó el crimen que planeó junto con la menor y otro amigo. Con información de www.zocalo.com.mx
http://plumaslibres.com.mx/2013/05/20/62896/

No muestra remordimiento asesina de padres adoptivos. La menor de 17 años que asesinó a sus padres adoptivos, Ana Carolina López Enríquez, no mostró alguna expresión de dolor o arrepentimiento durante su audiencia de control de detención y formulación de imputación, donde los presentes en la audiencia cerrada se dijeron sorprendidos por la “falta de gestos” de la joven.

La Fiscalía General del Estado (FGE) aseveró que la menor que asesinó a su familia adoptiva con ayuda de su novio y de un amigo, cuando supuestamente iban a cocinar en casa de la imputada, en ningún momento mostró algún ademan de arrepentimiento o expresión de tristeza, como muchas veces se ha visto en las audiencias donde las personas que son acusadas muestran signos de angustia.

Tuvo su primera audiencia de control de detención el miércoles en el Centro de Rehabilitación para Menores José María Morelos y Pavón, también conocido como el Cerecito, donde tendrá su segunda audiencia el próximo lunes, a las 11:00 horas, la cual de igual manera será a puerta cerrada y representada por el DIF. El trío de asesinos cayó gracias a que una de las familiares había presentado un reporte de desaparición el domingo y comenzaron a hacer indagaciones, entonces fue entrevistada la menor que estuvo con su novio, donde hubo contradicciones y al cuestionarlos, el novio comenzó a decir lo que había sucedido, por lo cual le leyeron sus derechos y luego fue detenido junto con sus secuaces. Cabe señalar que no se descarta que la mujer pudiera tener algún trastorno mental, pero esto será comprobado mediante evaluaciones sicológicas que determinarán su estado de salud. http://www.lapoliciaca.com/nota-roja/no-muestra-remordimientos-asesina-de-padres-adoptivos/

Perfil: Ana Carolina. Una psicópata adolescente (parte 2) un beso al espejo. Inocente o precoz, queda al juicio subjetivo. Lo que es indiscutible es que detrás de ese beso se encuentra la homicida más extraña que haya visto Chihuahua en mucho tiempo.

Su álbum fotográfico es un paseo por la vida de una adolescente rica: Ana Carolina, Yeni, de minifalda y tacones en las Bahamas. Ana Carolina en Disneyland. Ana Carolina en Miami.

Ana Carolina en lo que parece ser una graduación, de vestido de diseñador traslucido abrazando a su novio, José Alberto. Son la pareja dispareja: él ni siquiera le ha quitado la etiqueta al traje barato que le queda demasiado largo. Por si fuera poco, coronó su mal gusto acomodándose el cuello de la camisa roja al tipo Tony Montana, encima de las solapas.

…En la imagen más reciente, Yeni está de pie frente a un rótulo en el que se puede leer
“Policía Estatal Única Investigadora”. Lleva un top de tirantes y tiene los últimos rastros de haber usado mousse en su cabello. Se ve diminuta. Al lado derecho está su novio, con una playera Aeropostale que resalta sus músculos. Al costado izquierdo está un tipo que parece un viejo prematuro. Es Mauro Domínguez y las de su cara no son arrugas.

Tiene el rostro quemado porque se flameó accidentalmente al tratar de desaparecer parte de la evidencia que le vinculaba al homicidio. El coche en el que los tres transportaron los cuerpos sin vida de don Efrén y doña Albertina hacia su incineración callejera. (Los apellidos se omiten por privacidad de la familia).

Nadie parece encontrar la explicación a la mutación de niña chiple(chipil, debe decir, en el norte se dice esta chipil a una persona consentida y mimadaNota de EM, Hersmosillo) a multihomicida, aunque Jesús y Margarita coinciden en haber notado desde noviembre pasado un cambio en el comportamiento de Ana Carolina. Quizá nada demasiado raro para una
adolescente, pero dejó de comer con sus padres en la casa. Comenzó a pelear a gritos. Pasó más y más tiempo frente a la computadora.

Para quienes la han visto después del homicidio, Ana Carolina no ha mostrado la más mínima señal de arrepentimiento. En las horas iniciales tras su detención, entabló un diálogo absurdo con investigadores de la fiscalía. Testigos la describen como completamente relajada. “Siempre capaz de sostener la mirada”, delineó un judicial presente.

–¿No te arrepientes?, le preguntó un agente.

–Sí y no. Sí porque ya no me voy a poder casar con mi novio. No, porque ya no aguantaba a mis papás.

–Vamos a suponer que no te hubieran atrapado. ¿Cómo te veías?

–Yo, feliz.
http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/0ecb1413125dd245d7f6071f8bf2ded8

También leer:
Ana Carolina, una psicópata adolescente (primera parte)
http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/0ecb1413125dd245d7f6071f8b3d4dfd

Perfil: Ana Carolina. Una psicópata adolescente (parte 2) http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/0ecb1413125dd245d7f6071f8bf2ded8

Efrén Mayorga

Eventualidades de una ciudad sonorense Con mucho gusto y no menos preocupación acepte integrarme a la blogmanía del periodista digital en su sección del periodista latino, a cuya dirección agradezco la oportunidad brindada; gusto por el placer de escribir sobre el quehacer cotidiano de una comunidad y preocupación por tratar de ser lo más responsable […]

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