Montoro no era muy querido

Sonaba raro que Rajoy mantuviera durante tanto tiempo a Montoro, pero se entiende que quizá le resolviera muchas papeletas que él, dadas su cobardía y su vagancia, no se atrevía a acometer. Bien, pero todavía está el caso en los primeros pasos y pueden ocurrir cosas, aunque en vista de lo que ha tardado la investigación es posible que lo tengan bien agarrado. También es cierto que no se hacía querer por los contribuyentes, sino que sabía que su papel consistía en tenerlos asustados.

La de ahora es peor, porque además de sacarte los cuartos como nadie antes lo había hecho puede amenazar con un exorcismo o un zapateado, cualquiera de las dos cosas es horrible. Tenemos un gobierno miserable, apoyado por partidos miserables, que no deberían ser legales, presidido por un narcisista incurable y sostenido a base de regalos que no se deberían poder hacer y la Constitución no contiene ningún punto que permita darle una patada al culo y mandarlo a un psiquiátrico. P0r otra parte, su partido, el PSOE, el que dicen que es el que más se parece a España, en realidad es un partido de mansos, obedientes y serviles. Esos no pueden tomar el pelo a nadie.

El daño que pudo hacer Montoro a España es infinitamente menor que el que está llevando a cabo la banda gubernamental, que oficialmente es conocida como consejo de ministros, en el cual no hay nadie que sea de fiar. Nadie. Están todos a la altura de Puigdemont, que un día se va a cabrear y les va a hacer lo que no se esperan, porque acabará por darse cuenta de que lo de la amnistía no puede ser, y en función de eso decidirá su actitud.

Lo más probable es que el gobierno caiga antes de que comience el juicio de Montoro. ¿Lo seguirá Sánchez desde España?

Esos libros míos