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Seamos sinceros: hoy en día, la mayoría hemos convertido al baño en nuestro rincón de lectura y desconexión digital.
En el frenesí diario, la pausa en el baño se convierte en un momento de aislamiento, de revisar mensajes, leer artículos y hasta echar un vistazo a redes sociales.
Sin embargo, ¿cuánto tiempo de más estamos pasando ahí, inmersos en nuestros dispositivos? Y, más importante aún, ¿a qué riesgos nos exponemos por esta costumbre aparentemente inofensiva?
En el aspecto médico, los profesionales advierten que la «maratón en el trono» tiene sus consecuencias.
El Dr. Lai Xue, cirujano colorrectal, explica que permanecer sentado en el inodoro durante periodos prolongados aumenta el riesgo de problemas como las hemorroides y el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico.
Aunque pueda sonar exagerado, no lo es; el diseño de los inodoros y la posición que tomamos al estar sentados, especialmente durante mucho tiempo, intensifican la presión sobre el recto y el área pélvica. Este fenómeno, agravado por la fuerza de gravedad, afecta la circulación sanguínea y puede provocar inflamaciones y malestar.
La Dra. Farah Monzur, experta en enfermedades inflamatorias intestinales, recomienda que nuestra estancia en el baño sea breve, entre cinco y diez minutos. Más tiempo, afirma, no solo es innecesario sino también potencialmente perjudicial. El uso del teléfono móvil nos hace perder la noción del tiempo, y en nuestra búsqueda por aprovechar cada minuto, nos exponemos a una posible cascada de problemas anorrectales.
Entonces, ¿cómo revertir esta tendencia? Como apunta el Dr. Lance Uradomo, dejar el móvil fuera del baño puede ser el primer paso. Esto, sin embargo, requiere más que un simple esfuerzo de voluntad; implica un cambio en la percepción de nuestros tiempos de descanso. Quizá el baño debería regresar a ser ese espacio privado y funcional, libre de distracciones y propenso a tiempos breves. Además, la actividad física y una dieta rica en fibra ayudarán a reducir el estreñimiento, promoviendo evacuaciones naturales sin la necesidad de largos periodos de espera en el inodoro.
Y para aquellos que pasan tiempos especialmente largos en el baño y enfrentan incomodidades recurrentes al evacuar, esto puede ser un síntoma de problemas gastrointestinales serios. En algunos casos, el tiempo prolongado en el baño puede incluso señalar enfermedades como el cáncer colorrectal, un tipo de cáncer que ha aumentado significativamente en adultos jóvenes. Por lo tanto, la recomendación de acudir al médico cuando el estreñimiento y la incomodidad persisten no es trivial; puede ser la clave para prevenir o detectar problemas graves.
Al final, este hábito aparentemente inocuo puede tener consecuencias que exceden la comodidad de una «pausa larga». Quizá, es hora de replantear el uso de nuestro tiempo en el baño y recuperar una relación más natural y saludable con nuestro cuerpo.
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