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Gracias a este científico la electricidad llega hoy a millones de hogares en todo el mundo

Nikola Tesla: ¿Por qué nadie se acuerda del mayor inventor del siglo XX?

Su gran rivalidad con Edison puede tener que ver con la falta de reconocimiento

Fernando Veloz Actualizado: 19 Oct 2025 - 07:49 CET
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Nikola Tesla es, sin duda alguna, el más grande inventor del siglo XX.

Gracias a él, la electricidad llega hoy a millones de hogares en todo el mundo.

¿Pero por qué su nombre ha caído en el olvido?

¿Y qué tuvo que ver en ello Thomas Alva Edison, su gran rival?

Puede que Tesla haya sido la inspiración para el arquetipo del científico loco.

Curiosidades sobre la vida y obra de Tesla:

  1. Visión e intuición: Tesla era conocido por su extraordinaria capacidad de visualización y concepción mental de sus invenciones. Se dice que podía construir y probar mentalmente sus dispositivos antes de llevarlos a la realidad.
  2. Competencia con Edison: Tesla y Thomas Edison mantuvieron una famosa rivalidad en la «Guerra de las Corrientes». Mientras Edison respaldaba la corriente continua (CC), Tesla abogaba por la corriente alterna (CA), que finalmente se convirtió en el estándar para la transmisión de energía eléctrica.
  3. Bobina Tesla: La bobina Tesla, una de sus invenciones más famosas, es un dispositivo que produce corrientes de alta frecuencia y alto voltaje. Aunque inicialmente se diseñó para la transmisión inalámbrica de energía, hoy en día se utiliza en demostraciones de efectos visuales y experimentos científicos.
  4. Patentes e inventos: A lo largo de su vida, Tesla obtuvo más de 300 patentes por sus invenciones y descubrimientos, incluidos dispositivos como el motor de corriente alterna, el transformador de Tesla y el sistema polifásico.
  5. Wardenclyffe Tower: Tesla diseñó la Torre Wardenclyffe con la intención de transmitir energía de forma inalámbrica a largas distancias. Aunque el proyecto fue abandonado antes de su finalización debido a problemas financieros, la torre simboliza la visión audaz y futurista de Tesla.
  6. Contribuciones a la radio: Tesla realizó contribuciones significativas al desarrollo de la radio, y su trabajo influyó en la invención de Guglielmo Marconi. Sin embargo, la patente de la radio fue otorgada a Marconi, lo que generó disputas y debates históricos.
  7. Obsesiones y peculiaridades: Tesla era conocido por sus hábitos y obsesiones peculiares, como su aversión a los gérmenes y su insistencia en numerología y la importancia del número 3.
  8. Proyecto Tesla Museum: Después de su muerte en 1943, el interés renovado en la vida y obra de Tesla llevó a la creación del Museo Tesla en Belgrado, Serbia, y más recientemente al esfuerzo para construir el Tesla Science Center en Wardenclyffe, Nueva York.
  9. Fracasos financieros: A pesar de sus notables contribuciones, Tesla enfrentó desafíos financieros a lo largo de su vida. Algunos de sus proyectos ambiciosos nunca se materializaron completamente debido a la falta de apoyo financiero.
  10. Honores póstumos: A pesar de no recibir el reconocimiento adecuado en vida, Tesla ha sido honrado póstumamente. En su honor, la unidad de medida del campo magnético en el Sistema Internacional de Unidades (SI) se llama «tesla» (T).

Nacido a finales del XIX en lo que hoy es Croacia y entonces era parte del Imperio Austrohúngaro, Tesla fue un auténtico visionario que trabajó toda su vida para eliminar las necesidades de los terrícolas y construir un mundo en paz.

Trabajó prematuramente sobre áreas como la robótica, la balística, la mecánica, la computación y la física, pero sobre todo en el electromagnetismo y la ingeniería eléctrica, que eran su especialidad.

El joven Nikola empezó a destacar ya como estudiante por su insólita inteligencia, que le permitía memorizar libros completos y realizar las más complejas operaciones sin ayuda de papel y lápiz.

Sus profesores desconfiaban y su padre trataba de dirigirle hacia el clero, pero la influencia de su madre – mujer ingeniosa que llegó a inventar una batidora de huevos- y su propia voluntad lo llevaron a la facultad de ingeniería.

Concluidos sus estudios, trabajó en compañías eléctricas europeas.

Desembarcó en Nueva York en 1884 con una recomendación para trabajar con su admirado Edison, que le encargó mejorar el diseño de sus generadores a cambio de cincuenta mil dólares.

Cuando Tesla entregó el desarrollo mejorado, Edison se negó a pagar, argumentando que la promesa era una broma típicamente americana que el croata no había sabido comprender. Se negó incluso a subirle el sueldo y Tesla dimitió, profundamente decepcionado por su ídolo.

Tras abandonar Menlo Park, el nido de Edison, conoció la bancarrota y llegó a trabajar cavando zanjas hasta que la Western Unión Company le proporcionó fondos para seguir investigando.

Con ellos desarrolló el modelo de transmisión de corriente alterna, las bobinas y el motor eléctrico. Fichó después por la Westinghouse y comenzó la batalla con Edison, su viejo jefe, defensor de la corriente continua.

Mientras su ex patrón se dedicaba a electrocutar perros, caballos y elefantes para demostrar los peligros del invento de Tesla, éste se dedicaba a hacer inofensivas exhibiciones en las que movía objetos mediante electromagnetismo y lanzaba rayos por los dedos.

La adjudicación de la central eléctrica de las cataratas del Niágara fue el espaldarazo definitivo a la propuesta de Tesla, que mandó a la cuneta del olvido la propuesta de su rival.

Aun así, el genial inventor no se hizo millonario, pues renunció a los derechos de explotación con increíble generosidad cuando la directiva Westinghouse se lo pidió, pues la compañía estaba arruinada por los enormes gastos que la guerra contra Edison había originado. Hoy el modelo de corriente alterna de Tesla se usa en todo el mundo.

El padre de todos los inventores se concentró después en la tecnología de las ondas de radio y las altas frecuencias.

Desarrolló las lámparas de neón, tomó las primeras imágenes de rayos X y consiguió transmitir energía eléctrica sin necesidad de cables en cantidad suficiente como para encender una bombilla.

Aquí empezó la gran obsesión de Tesla: distribuir electricidad por el aire para el disfrute de toda la humanidad.

Mientras tanto, Marconi construía su aparato de radio a partir de las patentes de Tesla y se llevaba el premio Nobel.

El genio de Croacia dirigió después sus miradas hacia la industria del armamento, siempre con vistas al desarrollo de una guerra incruenta entre máquinas. Construyó una lancha teledirigida y proyectó torpedos operados por control remoto.

Diseñó, además, una bomba sin partes móviles y una turbina sin aspas. Los ingenieros de hoy no son capaces de comprender ninguno de los dos modelos.

Con el paso del tiempo, la leyenda de Tesla iba ensombreciendo al hombre, en gran medida por culpa de su temperamento maniático – los números le obsesionaban – y de su afición a las apariciones y declaraciones espectaculares.

Cuando se acercaba la Segunda Guerra Mundial, Tesla prometió entregar a todos los países su «Rayo Mortal», capaz de destruir diez mil aviones desde cuatrocientos kilómetros de distancia.

Este pavoroso equilibrio de fuerzas – que se pondría en práctica con otra amenaza distinta durante la Guerra Fría – acabaría con la guerra para siempre. Se dice que los rusos tomaron en serio la propuesta y comenzaron a experimentar con un resultado desastroso: la catástrofe de Tunguska.

Tesla dirigió sus ojos hacia las estrellas después de registrar con sus aparatos extraños pulsos de radio que venían del espacio.

Creció el rumor de que había contactado con los marcianos y de que había llegado a visitar el Planeta Rojo en persona. Pronto las sospechas se fueron haciendo más inverosímiles: el croata era en realidad venusiano, lo que explicaba sus rarezas y su inteligencia inhumana.

Nikola Tesla murió solo y arruinado en un hotel de Nueva York en 1943.

Las agencias gubernamentales secuestraron todos sus papeles y planos. Si al final de su vida ya había sido bastante olvidad, hoy casi nadie recuerda que fue él quien nos dejo la radio, la bobina y el motor eléctrico, la bujía, el control remoto, los rayos X y, posiblemente, otros artilugios como el generador del Rayo Mortal y la máquina de terremotos, no mayor que una caja de zapatos y capaz de reducir a escombros edificios enteros mediante el poder de la sincronía de las frecuencias de vibración.

También se interesó en el viaje en el tiempo y se cree que sus cálculos sirvieron de base al experimento Filadelfia. Se ha llegado a decir de él que fue el hombre que inventó el siglo XX.

Recordaremos, para terminar, una anécdota legendaria que se atribuye al inventor. Parece ser que Henry Ford solicitó su presencia en la factoría, pues tenía un problema técnico que nadie acertaba a subsanar. Tesla de tiza llegó y marcó una pieza con una pequeña equis de tiza. La cosa se arregló y el genio pidió diez mil dólares.

«¿Cómo? ¿Diez mil dólares por hacer una equis de tiza?», preguntó Ford.

La respuesta de Tesla fue:

«No. Un dólar por la equis, nueve mil novecientos noventainueve por saber dónde hacerla».

 

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