Periodistadigital América Home
3 segundos 3 segundos
Coronavirus Coronavirus La segunda dosis La segunda dosis Noticias Blogs Videos Temas Personajes Organismos Lugares Autores hemeroteca Enlaces Medios Más servicios Aviso legal Política de Privacidad Política de cookies
-

CONFLICTO RELIGIOSO Y POLÍTICO EN MAHARASHTRA

Aurangzeb: El emperador que murió hace 300 años pero sigue provocando pasión y muerte en la India

La tumba del emperador mogol del siglo XVII se ha convertido en epicentro de violentos enfrentamientos que reflejan las tensiones religiosas actuales

Mario Lima 19 Abr 2025 - 09:14 CET
Archivado en:

Más información

Los tigres de Bengala y sus cachorros: majestad en peligro

¿Por qué en la India, el país del Kamasutra y los templos eróticos, se volvió tabú el sexo?

Han pasado más de tres siglos desde la muerte del emperador Aurangzeb, pero su figura sigue siendo capaz de desatar violentos enfrentamientos en la India contemporánea.

El pasado 17 de marzo de 2025, la ciudad de Nagpur, en el estado occidental de Maharashtra, se convirtió en escenario de graves disturbios entre comunidades hindúes y musulmanas que dejaron más de 30 heridos, incluidos entre 25 y 30 agentes de policía, además de numerosos vehículos incendiados.

El detonante inmediato de esta violencia fue la exigencia por parte de organizaciones hindúes de extrema derecha de demoler la tumba del emperador mogol Aurangzeb, ubicada en Sambhaji Nagar.

Lo que podría parecer una simple disputa sobre un monumento histórico esconde, en realidad, profundas tensiones religiosas y políticas que atraviesan la sociedad india actual.

Aurangzeb (1618-1707) fue el gobernante más longevo de uno de los imperios más poderosos del mundo en su época.

Entre todos los gobernantes mogoles, es sin duda el más controvertido, descrito alternativamente como un tirano o un fanático religioso.

Su figura emergió como villano en el discurso nacionalista indio temprano de las décadas de 1880 y 1890 por acciones como la imposición del impuesto jizya a los no musulmanes, la destrucción de templos hindúes y el lanzamiento de brutales guerras expansionistas en medio de una crisis agraria que asolaba el país.

A pesar de la aparente simplicidad de su tumba, que contrasta con los suntuosos mausoleos de otros emperadores mogoles.

Una inscripción en su lápida reza:

«Los ricos bien pueden construir cúpulas de oro y plata en sus tumbas. Para los pobres como yo, el cielo es suficiente».

El monumento se ha convertido en un símbolo cargado de significado político en la India actual.

Cronología de una violencia anunciada

Los disturbios de marzo no surgieron de la nada. Semanas antes, grupos nacionalistas hindúes como Vishwa Hindu Parishad (VHP) y Bajrang Dal, organizaciones fraternales del gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP), habían estado organizando protestas y amenazando con demoler la tumba de Aurangzeb. Un ministro del BJP en el gobierno de Maharashtra llegó a declarar: «Ya hemos planeado y decidido [cómo y cuándo se llevará a cabo la demolición] y seguramente sucederá».

En medio de estas crecientes tensiones, los rumores se propagaron rápidamente. Algunos residentes musulmanes acusaron a la policía de ponerse del lado de los miembros de VHP y Bajrang Dal, quienes supuestamente quemaron un chadar de Dargah (manto ceremonial) con versos coránicos durante una protesta. Los residentes afirmaron que la policía ignoró su denuncia, lo que llevó a una protesta en el área de Mahal en Nagpur.

Según testigos, miembros de VHP y Bajrang Dal marcharon posteriormente por zonas de mayoría musulmana coreando consignas provocativas, lo que desencadenó enfrentamientos. La violencia resultante dejó más de 30 heridos y provocó la quema de unos 25 motocicletas y tres automóviles.

Represión y consecuencias

Las autoridades impusieron un toque de queda en las áreas afectadas y prohibieron las grandes reuniones para evitar una mayor escalada. Se detuvo a 65 personas, incluidos tres menores de edad.

El 18 de marzo, la policía arrestó a Fahim Shamim Khan, trabajador del Partido Democrático de las Minorías (MDP) local, a quien identificaron como uno de los principales acusados. Khan y otras cinco personas fueron acusados de sedición y difusión de información falsa en redes sociales. La policía afirma que las publicaciones inflamatorias de Khan en redes sociales desencadenaron los disturbios.

El líder del MDP, Alim Patel, defendió a Khan diciendo: «Todos en el país tienen derecho a protestar. La Constitución permite quemar la efigie de Aurangzeb y no tenemos problema con eso. Pero, ¿por qué profanar versos sagrados? Fahim, junto con una delegación de nuestros trabajadores, fue allí para solicitar acciones contra los involucrados en la profanación. Estamos conmocionados de que la policía lo haya acusado y arrestado en lugar de tomar medidas contra los perpetradores».

La instrumentalización de la historia

El caso de Aurangzeb ilustra cómo las figuras históricas pueden ser manipuladas para servir a agendas políticas contemporáneas. En la India actual, el emperador mogol se ha convertido en un símbolo utilizado por algunos sectores para estigmatizar a toda la comunidad musulmana.

Tras los disturbios, el Ministro Principal de Maharashtra, Devendra Fadnavis, advirtió que su gobierno tomaría medidas contra aquellos que glorificaran a Aurangzeb. Esta declaración refleja cómo la figura histórica del emperador se ha convertido en un arma política en el contexto de las crecientes tensiones religiosas en la India.

La controversia sobre Aurangzeb no es nueva. Apenas unas semanas antes de los disturbios de Nagpur, el 3 de marzo, el diputado del Partido Samajwadi, Abu Asim Azmi, provocó una polémica al afirmar que algunos elementos representados en la película Chhaava, protagonizada por Vicky Kaushal y que narra la batalla de Chhatrapati Sambhaji contra Aurangzeb, eran incorrectos. Azmi declaró: «No considero a Aurangzeb un gobernante cruel… Se está mostrando una historia equivocada (en la película Chhava). Aurangzeb construyó varios templos».

Un patrón recurrente

Los incidentes relacionados con Aurangzeb no son aislados. En junio de 2023, la policía de Ahmednagar, Maharashtra, arrestó a dos personas después de que se exhibieran carteles de Aurangzeb durante una procesión. Cuatro personas fueron detenidas después de que se viralizara un video que mostraba a un hombre sosteniendo un cartel del emperador mogol.

Estos episodios forman parte de un patrón más amplio en el que las tensiones históricas entre comunidades religiosas son explotadas con fines políticos. La tumba de Aurangzeb, un modesto monumento en Kuldabad, Maharashtra, se ha convertido en un símbolo involuntario de estas tensiones.

El caso de Aurangzeb plantea importantes cuestiones sobre la relación entre historia, identidad y política en la India contemporánea. ¿Cómo debe una sociedad democrática y pluralista lidiar con figuras históricas controvertidas? ¿Es posible separar la evaluación histórica de las pasiones políticas del presente?

La respuesta no es sencilla, pero lo que queda claro es que la manipulación de la historia con fines políticos puede tener consecuencias devastadoras para la convivencia social. Los disturbios de Nagpur son un recordatorio doloroso de cómo el pasado, incluso uno tan distante como el del siglo XVII, puede ser utilizado para inflamar tensiones en el presente.

Mientras tanto, en su sencilla tumba en Kuldabad, los restos de Aurangzeb descansan bajo un cielo que, según sus propias palabras, era suficiente para él. Tres siglos después de su muerte, su legado sigue siendo objeto de disputas que trascienden lo histórico para adentrarse en el terreno de la identidad nacional y la política contemporánea de la India.

Más en Asia

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

CONTRIBUYE

Mobile Version Powered by