Moncho Alpuente: ‘Adelante hombre del 600’.
Esa es la canción y esta la historia del coche.
El 27 de mayo de 1957 se empezó a producir y a hacer la historia del Seat 600.
No fue el primer vehículo que fabricó SEAT, pero sí el más popular ya que su incorporación a las carreteras a finales de los años 50, marcó el desarrollo de la España de la dictadura y la motorización definitiva del país.
En los años cincuenta, sesenta y primeros setenta del siglo XX, decenas de miles de hogares compraron libertad por 65.000 pesetas (unos 390 euros).
Costaba menos de la mitad que un Seat 1400 y menos también que un Renault 4.
Por aquel precio adquirieron un interior espartano, con dos sencillos asientos delanteros cuyo respaldo se abatía para permitir el paso a la banqueta posterior.
Miles de personas se hicieron con un coche modesto con puertas de apertura inversa (denominada suicida) y que exigía llevar una botella de agua para rellenar el radiador y evitar los calentones.
Pero no importaba: pudieron conquistar la carretera y así lo cantaba Moncho Alpuente (“Adelante, hombre del 600”).
El 600 original (bautizado posteriormente como N, para diferenciarlo de las nuevas versiones) montaba un motor de 633cc y rendía 18 CV de potencia a 4.600 rpm, con una velocidad máxima de 95 km/h.
Seis años después, el bloque mejoró hasta los 767cc y 25 CV en las variantes D y E (28 CV en el 600 L-Especial).
Y a lo largo de los 16 años de existencia del modelo hubo tiempo para que se ofrecieran versiones con el techo enrollable de lona (julio de 1958), puertas de apertura normal (600 E, desde 1970) e incluso una variante más larga denominada Seat 800, con cuatro puertas y mayor distancia entre ejes.
El éxito resultó apabullante: las solicitudes de compra alcanzaron cifras impensables y los plazos de entrega llegaron a prolongarse hasta dos años. Medio país quería un 600. “El secreto básico y prácticamente único de la estabilización económica española es el SEAT 600”, según el economista Fabián Estapé.
Su nacimiento abrió una época nueva; su desaparición se produjo en los albores de otra etapa histórica.
El 3 de agosto de 1973 salió de la cadena de montaje el último 600, un L-Especial de color blanco despedido por los trabajadores de la fábrica con una significativa pancarta: “Naciste príncipe, mueres rey”.
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