Carta abierta a José Arregi

(Francisco R. de Pascual, director de Cistercium).- Querido Hermano en el sacerdocio: He leído tus palabras en Eclesalia, y he sentido mucha pena, pues ya sabes que todos los que servimos al Evangelio no somos distintos a nuestro Maestro. Yo también he pasado por situaciones difíciles, y a veces también me he visto obligado a la «mudez». Ciertamente, hay cosas que las tiene que decidir uno mismo.

A Zacarías le sobrevino la mudez, si no me equivoco e interpreto mal el texto bíblico, por «pedir garantías al ángel»; o sea, que fue más bien un castigo, bíblico ciertamente. Y su silencio fue realmente un tiempo de gracia y reflexión.

Yo creo que, con todo lo que expones, lo mejor y lo que más contribuirá a tu bien espiritual es que aceptes ese cambio de destino, que no de misión y de ejercicio de de tus dones, que aplaques la rebeldía interior que sientes, y que consideres las cosas desde una distancia mayor, desde donde, sin duda, se ampliará la perspectiva.

No te doy ningún argumento que eventualmente te convenza. Una vez, hablando con un hermano sacerdote, que me hacía un diagnóstico muy claro y certero de la situación en que nos encontrábamos, tomó la decisión de partir. Yo le respondí, sencillamente, que estaba totalmente de acuerdo en ese diagnóstico; pero que por las mismas razones, yo me quedaba. Yo creo que no hay que pedir garantías, hay que despojarse del todo.

Sigo con atención lo que predicas. Y creo, sencillamente, que el despojamiento te hará mucho más bien que la permanencia en una situación conflictiva para ti. Jesús se marchó de su pueblo, sin rencor, porque ni creían en él ni aceptaban sus milagros. Ya sé que posiblemente no es comparable el caso; pero se puede pensar en esto.

Tú eres «experto» en la Palabra, eres un maestro… Pero a Nicodemo le preguntó el Señor que cómo siendo maestro en Israel no comprendía esas cosas, o sea, la necesidad de «nacer de nuevo». Yo prefiero verte nacer de nuevo que roto en tu personalidad por la carga psicológica de una situación que ya me parece insostenible.

A muchos, Yahvé les pidió salir de su tierra; pero la salida no es un abandono. Es una compañía nueva, es un itinerario de transformación. Yo preferiría verte transformado antes que hundido.
En fin, decidas lo que decidas nunca te faltará mi apoyo, mi agradecimiento, mi oración.