La piedra de la fachada sur de San Isidoro de León se limpiará, consolidará y será restaurada, en toda la altura de la fachada y en toda la altura de la nave central. Las obras de restauración durarán doce meses y costarán 542.000 euros.
También tendrá lugar una excavación arqueológica en el atrio como paso previo al desmontaje del pavimento, que se adecuará para que sea más accesible a los visitantes, así se eliminarán los escalones actuales y la Colegiata leonesa se verá libre de barreras arquitectónicas para acceder a ella.
El profesor de la Universidad de Gerona, Gerardo Boto, uno de los expertos y mejor conocedores de la Colegiata Legionense, ha declarado que «las excavaciones podrían demostrar la existencia de un palacio real en este lugar durante los siglos XI y XII. Y es que aunque no hay constancia documental, si hay ciertos datos que llevan a pensar que aquí hubo un palacio junto a la iglesia legionense».
Piensa, Gerardo Boto, que «en el atrio de la Colegiata se esconden los elementos que podrían dar luz acerca de cómo eran los palacios reales de la época. León ha tenido cuatro palacios reales: el de Ordoño II, (construido sobre las termas romanas y hoy bajo la Catedral), el palat del Rey, el de San Isidoro y el de Enrique II de Trástamara. Este comenzaba en la calle la Rúa y se prolongaba a través del Gobierno Militar hasta el convento de las Concepcionistas.
También se conserva en el archivo de San Isidoro una carta del rey Fernando de Aragón, en la que se dona a la Colegiata, el palacio de los Reyes, en la plaza de San Isidoro, «con obligación de derruirlo y no levantarlo jamás», para que la vista de la Colegiata no sea entorpecida por nada.
El 25 de febrero de 2010, el abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez Llamazares, recibió la Medalla de Oro de las Cortes de Castilla y León, para honrar y agradecer a la Colegiata de San Isidoro todas las acciones que había hecho a favor de las Cortes castellano-leonesas. Fue en San Isidoro de León, donde tuvieron su sede las primeras Cortes parlamentarias de Europa.
Pero lo que siempre ha atraído al pueblo leonés de San Isidoro es la presencia permanente del Santísimo Sacramento. Nadie sabe cuando comenzó la Exposición permanente, pero en el siglo XVI ya contaba con una información amplia y segura: Los estatutos del Dr. Navarro, el testimonio del canónigo Dr. Siliceo, el cronista Ambrosio de Morales, y el nuncio de su Santidad, Camilo Cayetano, quien testifica que en San Isidoro de León, «está siempre patente el Santísimo Sacramento».
Más en Religión
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home