Como consecuencia de la vacante más larga de los tiempos modernos, la diócesis de Ourense celebrará la Semana Santa sin obispo, al caerse la terna de candidatos que encabezaba el titular de Mallorca, Jesús Murgui Soriano. Para paliar la situación, el administrador apostólico, Luis Quinteiro Fiuza, presidirá la misa crismal, el miércoles. El deán de la catedral, Serafín Marqués, oficiará en resto de las ceremonias. Lo entrevista X.M. del Caño en Faro de Vigo.
-Va a desempeñar una alta responsabilidad.
-El hecho de que no hayan nombrado obispo, va a suponer para mí el privilegio que me ha tocado: poder presidir la Semana Santa. Lo haré con gusto y con devoción, por supuesto.
-Esta es la segunda vez que Ourense celebrará la Semana Santa sin obispo, en los tiempos modernos. Cuando Carlos Osoro fue nombrado arzobispo de Oviedo, presidió los actos el entonces obispo auxiliar.
-En aquella ocasión presidió los actos Atilano Rodríguez, el actual obispo de Sigüenza-Guadalajara.
-¿Qué mensaje intentará trasladarle usted a los ourensanos?
-Intentaré hacer que las personas que participen en la celebración de los cultos de la catedral vivan con ilusión, con intensidad y con fe los acontecimientos que la liturgia nos va presentando, en cada uno de los días.
-El Colegio de Arciprestes emitió una nota para pedir que la Santa Sede proceda cuanto antes al nombramiento de nuevo obispo.
-Ciertamente, estamos un poco decepcionados ante la tardanza de que nos envíen un pastor para la Iglesia, del nombramiento del nuevo obispo. ¿Qué le vamos a hacer? No sabemos cuáles pueden ser las razones. Puede ser que haya alguna gente que renuncie o por cualquier otro motivo, pero en todo caso estamos un poco decepcionados, insisto, esperando con ilusión que por fin se cubra la diócesis.
-¿Se sienten un poco huérfanos?
-Donde más se nota la ausencia de obispo es en el orden pastoral. La diócesis de Ourense necesita un rejuvenecimiento, poner en actividad, poner en actitud de trabajo las fuerzas que hay para recristianizar nuestro pueblo. Para eso hace falta un obispo que haga un programa, que convoque a las fuerzas vivas de la diócesis y que empiece a trabajar.
-Luis Quinteiro redobla esfuerzos, pero no puede atender a todo.
-Tiene mucho trabajo en la diócesis de Tui-Vigo. Pero además, todo lo que él pudiera hacer, siempre tendría cierta provisionalidad, a la espera de que venga otro obispo. Entonces, con prudencia, lo mejor que hace es no iniciar nada nuevo, que pudiera suponer inmiscuirse en las funciones del próximo obispo.
-La diócesis presenta otros problemas, como la dispersión geográfica, la despoblación y el envejecimiento del clero.
-En ese sentido, el obispo tendrá que tomar muchas decisiones, porque no hay sacerdotes suficientes, los pueblos se quedan sin gente que pueda ir a la iglesia, por lo que es posible que haya que suprimir la misa en algunas parroquias.
-¿Hay muchas decisiones que permanecen congeladas, desde que se inició la vacante, en enero de 2010?
-Hay muchas decisiones que tomar: nombramientos, parroquias que habrá que cubrir, sacerdotes que necesitan algún cambio, seguramente, o lo pedirán. La tarea de un obispo es bastante compleja.
– A pesar de que un obispo es la cabeza de la Iglesia en la diócesis, no es un cargo que ejerza la autoridad de forma impositiva, sino que suele optar por el consenso.
–Todos los obispos son conscientes de que sin los sacerdotes, ellos no son nada. Por lo tanto, procuran convocar al clero, para exponerle sus iniciativas. Cuanto más sintonice el clero con esas directrices y las coja con ilusión, será más eficaz el trabajo del obispo en la diócesis.
-¿Qué mensaje le trasladaría a los párrocos, que se sienten frustrados por la tardanza?
-Que tengan esperanza y que confíen en que el nombramiento no se demorará. Ahora, antes de Semana Santa, ya no parece oportuno que lo vayan a nombrar. Después viene muy pronto el verano. Tenemos la esperanza de que se cubra el puesto en otoño, para hacer el plan de pastoral del nuevo curso.
-¿Qué le diría a la Nunciatura?
–Nos gustaría que Ourense no se convierta en una diócesis de paso, para que el obispo que venga pueda permanecer tiempo suficiente para hacer un programa de pastoral y llevarlo a cabo.
-Ourense es una diócesis interesante.
-Es una diócesis piadosa, con un clero que no es nada conflictivo, por lo que el obispo que venga se podrá sentir cómodo.
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