El obispo de Castellón abre las iglesias a los turistas en 4 idiomas

El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, abre las parroquias de la diócesis a los turistas que nos visitan con la llegada del verano y, para ello, les dirige un saludo de bienvenida a la diócesis en varios idiomas. Lo cuenta M. C. Tomás en El Periódico Mediterráneo.

Así, en su carta dominical y también en la hoja parroquial, además de en castellano, en inglés, francés y alemán, el obispo les dice «Sed bienvenidos» y les invita a participar en las celebraciones litúrgicas. Además, desde la vicaría de Pastoral se han difundido propuestas para acogerlos. Algunas de ellas insisten en aumentar la información de horarios de culto y de atención en los despachos parroquiales. Entre los consejos, figuran el mantener la iglesia el máximo posible de horas abiertas e informar del patrimonio artístico religioso de la zona y de sus fiestas populares. También se recomienda facilitar la participación en las celebraciones con lecturas en las lenguas propias y estar accesible para favorecer el contacto con la gente.

El obispado reconoce que, con el verano, las parroquias se llenan de visitantes y ello conlleva un incremento del culto y una reorganización sacramental y pastoral. No obstante, como se insistió en la reunión mantenida por el vicario pastoral, Javier Aparici, con los párrocos de las comunidades católicas de la costa, «el turista es un don del Señor» y los veraneantes son «nuevos feligreses que Dios pone a nuestro lado estos meses para evangelizar».

Asimismo, el obispo, en su artículo dominical, desea a los visitantes «que la estancia entre nosotros os ayude a ver realizados los sueños y las ilusiones que no hayáis podido lograr durante el periodo laboral».

Recuerda que «las vacaciones (..) deben ser tiempo para llenarnos de Dios». Afirma que «Dios no se toma vacaciones» y que «la caridad tampoco». Insta a «saber conducir y conducirnos con prudencia» en los desplazamientos y en el ocio «vivir con limpieza de corazón superando el egoísmo y el hedonismo».