(Jesús Bastante).- «La drástica disminución de la Ayuda Oficial al Desarrollo que, en nuestro caso, supera el 20 por ciento es, sinceramente, vergonzoso, señores políticos». La presidenta de Manos Unidas, Soledad Suárez, lanzó este mediodía una dura andanada contra los recortes que afectan a «la supervivencia» de millones de personas en los países del Sur durante la presentación de la LIV Campaña contra el Hambre de esta ONG.
«Las necesidades más allá de nuestras fronteras no solamente existen en periodos de bonanza», subrayó Suárez, quien no obstante informó que en 2012 los ingresos totales de Manos Unidas ascendieron a 48,1 millones de euros, una disminución del 7,2%. Pese a ello, apuntó que «nuestra crisis no puede esconder otras crisis que tienen mucho que ver con la extrema pobreza», por lo que pidió a la gente «que no deje de colaborar con una organización». Entre otras razones, porque Manos Unidas pudo financiar gracias a los donativos de millones de personas 550 proyectos de desarrollo en 56 países de África, Asia y América, muchos de ellos teniendo como protagonista a la mujer.
Y es que el papel de la mujer, y su plena igualdad con el hombre, es el objetivo de la campaña de este año, en el que, según la presidenta de Manos Unidas, «vamos a dar a conocer las circunstancias a las que se enfrentan millones de mujeres y niñas en los países en los que trabajamos. Y vamos a denunciar, en todos los foros en los que nos sea posible, el círculo infernal en el que se encuentran esas mujeres que por causa de la pobreza no tienen capacidad de modificar las estructuras injustas».
Suárez insistió en que, «todavía hoy, en el año 2013, millones de mujeres y niñas son utilizadas como arma de guerra y como esclavas; son las principales víctimas de la trata, son prostitutas, no tienen derecho a heredar, ni reciben créditos para sacar adelante sus tierras o sus negocios; se ven obligadas a contraer matrimonio a edades tempranas y a ser madres cuando aún no han dejado atrás la niñez». Desde Manos Unidas se insiste en que «la solución para poner fin a todo esto es la educación, la de los hombres y las mujeres, la de niños y niñas… Una educación que promueva los valores de la igualdad y la justicia. Y que permita a las mujeres avanzar por el camino del desarrollo».
Tras la intervención de la presidenta, participaron dos mujeres, que nos mostraron su ejemplo en Salvador y Gabón. Isabel López de Guevara, responsable del Movimiento Salvadoreño de Mujeres, denunció la «historia de permanente opresión y postergación de las políticas públicas hacia las mujeres», que el año pasado se tradujo en 329 feminicidios. «El Salvador es uno de los países más violentos del mundo«, subrayó Guevara, quien reconoció públicamente el trabajo de Manos Unidas para «llegar a más mujeres a trabajar sobre sus derechos, apoyarlas en sus momentos más difíciles de desastres nacionales, temblores, inundaciones y vulnerabilidades».
Por su parte, Nuria Juvanteny denunció que «África es el continente más desfavorecido del mundo», y apuntó que «hoy existe el tráfico, la venta de niñas» así como la industria del armamento y del coltán, que causa tanta muerte y sufrimiento en el continente, y que provoca que «haya niñas compradas y vendidas como esclavas por las grandes mafias que se dedican a ir por los poblados prometiendo a las familias toda clase de bienestar, escuela, ganar dinero para la familia…» Más de 600.000 mujeres, denunció esta religiosa vedruna, son violadas y asesinadas en el este del Congo a causa del tráfico de personas para sustentar el negocio de la venta de minerales.
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