Los obispos mexicanos piden que el Padre Joaquín «vuelva con vida a su comunidad»

(C. Doody/Agencias).- Que las fuerzas de seguridad profundicen en sus investigaciones para que el Padre Joaquín Hernández Sifuentes «vuelva con vida a su comunidad». Esta es la petición que han realizado los obispos mexicanos a favor del sacerdote desaparecido de la diócesis de Saltillo, en paradero desconocido ya desde hace más que una semana.

«Hacemos un llamado a las autoridades competentes para esclarecer los hechos que llevaron a su desaparición», piden los prelados en un comunicado, en el que hacen un llamamiento también «a la sociedad civil, y a toda la comunidad eclesial, para colaborar en su búsqueda».

«El crimen y la violencia destruyen lo mas sagrado que tenemos: la vida», denuncian los obispos en su nota, firmada por el cardenal Robles Ortega y el obispo Alfonso G. Miranda Guardiola, presidente y secretario general de la Conferencia Episcopal, respectivamente. «Busquemos caminos evangélicos para alentar nuestra esperanza», animan, de modo que se cimienten las bases de «una sociedad digna, justa y con un desarrollo humano e integral, para todos».

El sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes es vicario de la parroquia del Sagrado Corazón de la localidad de Aurora del estado de Coahuila.

Según denunció la diócesis, está desaparecido desde el 3 de enero. Ese día, cuando iba a salir de vacaciones, dejó de responder mensajes telefónicos y su habitación se encontró revuelta.

Texto íntegro del comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano

La Conferencia del Episcopado Mexicano se une en oración y solidaridad con la Diócesis de Saltillo, su Obispo Mons. Raúl Vera López, el presbiterio, comunidades religiosas y parroquiales, sus fieles, así como la familia del sacerdote católico Joaquín Hernández Sifuentes, sacerdote diocesano, vicario en la parroquia del Sagrado Corazón, en Aurora Coahuila, con motivo de su desaparición.

Hacemos un llamado a las autoridades competentes para esclarecer los hechos que llevaron a su desaparición, a la sociedad civil, y a toda la comunidad eclesial, para colaborar en su búsqueda y el Padre Joaquín Hernández Sifuentes vuelva con vida a su comunidad.

El crimen y la violencia destruyen lo mas sagrado que tenemos: la vida. Busquemos caminos evangélicos para alentar nuestra esperanza, buscar el diálogo y la reconciliación en todo momento, como plataforma de una sociedad digna, justa y con un desarrollo humano e integral, para todos.

Unámonos en oración por nuestra Patria, por todos los desaparecidos y pidamos la intercesión de Santa María de Guadalupe Reina de la Paz para que Nuestro Pueblo en su Hijo Jesucristo, tenga y encuentre vida digna.

Cardenal Francisco Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano

Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey
Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano

(Fuente: CEM)

Muere el primer obispo méxico-estadunidense Patricio Flores

El obispo emérito de San Antonio, Patricio Flores, quien en 1970 se convirtió en el primer obispo méxicoestadunidense, murió a los 87 años de edad en Texas, informó este martes la archidiócesis de San Antonio.

Flores, quien también fue el cuarto obispo de San Antonio, falleció la tarde del lunes debido a una neumonía e insuficiencia cardiaca congestiva, en la residencia de Padua Place para sacerdotes jubilados en San Antonio, agregó la archidiócesis a través de un comunicado.

De acuerdo con su biografías, el joven Patricio siempre expresó su interés por ser sacerdote.

Durante su adolescencia trabajó como campesino migrante hasta que concluyó su preparatoria, luego ingresó al seminario y se ordenó como sacerdote en mayo de 1956.

Dirigió el Movimiento Familiar Cristiano en la diócesis Galveston-Houston durante la década de los años 60, así como el Comité Episcopal para el Hispanoparlante, un ministerio que animaba a las congregaciones bilingües.

En octubre de 1969, Flores se unió a 47 sacerdotes hispanos para establecer PADRES, una organización destinada a llamar la atención a los problemas de los hispanos en la iglesia y la sociedad.

Flores fue designado como obispo por el Papa Paulo VI y consagrado en 1970. Desde entonces comenzó a servir como obispo auxiliar de San Antonio.

En 1978 fue nombrado obispo de la Diócesis de El Paso, y un año después en 1979, arzobispo de San Antonio.

Fundó en 1981, la Televisión Católica de San Antonio, la primera estación de televisión de una diócesis católica en Estados Unidos.

El 27 de junio de 2000, el inmigrante salvadoreño Nelson Antonio Escolero lo mantuvo secuestrado durante nueve horas en una de las oficinas de la archidiócesis, junto a la secretaria del lugar.

El inmigrante, que había sido detenido por manejar ebrio y temía ser deportado a El Salvador, estaba armado con una granada falsa. Luego Escolero liberó a Flores y a la secretaria y se entregó a las autoridades, tras horas de negociaciones con la policía.

Flores se retiró en diciembre de 2004, al cumplir 75 años, la edad obligada para la jubilación de un obispo, y se convirtió entonces en obispo emérito de San Antonio.