Suspendido «a divinis» el cura que entró en la casa de Gran Hermano

(Jesús Bastante).- Juan Antonio Molina Sanz, misionero del Sagrado Corazón que ha entrado como participante en la decimotercera edición de «Gran Hermano» ha sido suspendido «a divinis» por su congregación. La condena entró en vigor, según una nota emitida por la orden y colgada en la web del Arzobispado de Barcelona, en el momento en que el religioso entró en la casa, «en contra de una orden explícita de su provincial«.

«Por esta pena le está prohibido -se lee en el comunicado-: todo trabajo pastoral con los fieles; la celebración pública de la Eucaristía y la predicación a los fieles; y confesar a los fieles«. Uno de los temores, según apuntan fuentes eclesiasticas, era que Molina se convierta en una especie de «confesor» de los participantes, hasta el punto de que pudiera darse el caso de una «confesión en directo».

El decreto, con fecha de ayer, viene firmado por el superior de la orden, Marck MacDonald, y el secretario general de la congregación, Luis Carlos Araujo, después de una conversación mantenida entre el religioso y el provincial de la orden, Wilfredo Arribas.

El padre Molina fue informado de los efectos de esta pena, conforme al canon 1335 del Derecho Canónico. En la nota, se afirma, «suplicamos a las autoridades eclesiásticas y, sobre todo, a los obispos más implicados para que vigilen que el P. Molina respete este decreto en el espíritu en que fue dado, es decir, para la protección de los fieles y en vista de su propia conversión». Según la diócesis, la pena perdurará durante el tiempo en que «dure su participación en un programa televisivo».