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(J. Bastante).- Las cosas están cambiando, y mucho, en la Iglesia española. Al fin. Una Iglesia más abierta a la sociedad, la que comandan Ricardo Blázquez y Carlos Osoro. Esta tarde, el presidente de la Conferencia Episcopal ha recibido, durante una hora y cuarto, a las representantes de la plataforma de niños robados.
Al término de la misma, se hizo público un comunicado en el que Blázquez ha asegurado que «la Iglesia va a colaborar con la Justicia», al tiempo que ha expresado su «rechazo a la grave inmoralidad que supone que a unos padres les arrebaten a su hijo sin su consentimiento».
La nota, en la que también se recuerda (sin entrecomillar) que «es injusto extender una sombra de sospecha sobre cualquier colectivo en general por la presunta actuación inadecuada de alguno de sus miembros», concluye con palabras de Francisco en la Evangelii Gaudium: «La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre (…) Que nadie encuentre la frialdad de una puerta cerrada«. Parece ser que la Iglesia española de la etapa post Rouco quiere serlo.
Este es el comunicado de la CEE:
El Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. D. Ricardo Blázquez Pérez, esta tarde a Dña. Mar Soriano Ruíz y Dña. Carmen del Mazo Hidalgo representantes de la «Plataforma de Afectados de Clínicas de toda España. Causa de niños robados». El encuentro se ha enmarcado dentro de las numerosas visitas de carácter privado que Mons. Blázquez atiende por razón de su cargo y se ha realizado a petición de la citada Plataforma. Ha tenido lugar en la sede de la CEE y se ha prolongado por espacio de una hora y cuarto.
Mons. Blázquez ha escuchado con atención a sus interlocutoras, les ha mostrado su cercanía personal con las víctimas y les ha reiterado lo que en otras ocasiones se ha dicho públicamente sobre este caso: la Iglesia va a colaborar con la Justicia en la medida en que sea posible y continuará escuchando a las familias de los afectados.
El presidente de la CEE ha expresado su «rechazo a la grave inmoralidad que supone que a unos padres les arrebaten a su hijo sin su consentimiento» y «comparte el dolor y el sufrimiento de todos los afectados».
Al mismo tiempo, es necesario reiterar que es injusto extender una sombra de sospecha sobre cualquier colectivo en general por la presunta actuación inadecuada de alguno de sus miembros.
Con palabras del Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica «Evangelii Gaudium», hay que comprender «a las personas que tienden a la tristeza por sufrir graves dificultades, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, aun en medio de las peores angustias (…) La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre (…) Que nadie encuentre la frialdad de una puerta cerrada».
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