Luis Enrique parece alineado en el bando de la directiva en la negociación que en breve iniciará Andrés Iniesta con el club para renovar su contrato con el FC Barcelona, el que será el último gran contrato de su carrera profesional. El hecho de que Luis Enrique esté concediendo a Iniesta un trato de jugador marginal en el campeonato de Liga ofrece argumentos al club para no ceder incondicionalmente a las exigencias económicas del futbolista internacional. Iniesta lo sabe y no está precisamente feliz con la situación que le ha tocado vivir este temporada: figura en el puesto número 18 en el ranking de la plantilla en cuanto a minutos jugados en la Liga. Una cosa es que el técnico le dosifique y otra que le coloque en el pelotón de los torpes.
Es evidente que Iniesta no podrá aportar el argumento de su condición de imprescindible en el equipo y que la directiva utilizará los datos estadísticos para hacer valer la versión de que el técnico ha dejado de contar con él como intocable y que la edad le empieza a pasarle factura. Así están las cosas ahora mismo, aunque las dos partes tienen la voluntad de llegar a un acuerdo inmediato, a pesar de que Iniesta se encuentra en el furgón de cola de los jugadores utilizados por Luis eEnrique en Liga.
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