Quien no llora, no mama. Luis Suárez ha hecho de su buena amistad con Leo Messi el mejor salvoconducto para lograr lo que pocos en el Barcelona. Tras una temporada goleadora, el uruguayo avisó a la alturas que no iba a ser menos que Neymar.
Las conversaciones entre las partes para mejorar/ampliar la vinculación de charrúa con el club azulgrana parece estar cerca de ver la luz verde definitiva.
El Barça ha tenido que pasar por el aro y rascarse el bolsillo ante la contundencia de los números de Luis y el deseo de Messi de ver a su mejor amigo en el vestuario feliz en el Camp Nou.
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