Ya se ha terminado el culebrón de la renovación de Andrés Iniesta por el Barça. Después de muchos meses de tira y afloja, el capitán azulgana ha sellado por fin la ampliación de su compromiso con la entidad barcelonista, que finalizaba en principio el 30 de junio del año que viene. Su nuevo contrato es completamente único: es el primero en la historia del club que tiene una duración vitalicia. De esta manera, el presidente de la entidad azulgrana, Josep Maria Bartomeu, ha conseguido dar todo un golpe de efecto después de que muchos cargaran duramente contra él por la decisión de jugar el partido del pasado domingo ante Las Palmas a puerta cerrada.
Las cifras, desde un punto de vista comparativo, hacen que palidezca incluso el sellado por Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, por mucho que llegara a hablarse en su momento de una reducción de los ingresos del futbolista para que se hiciera efectiva esta renovación. También se comentó mucho la posibilidad de que el propio jugador contara con una cláusula de escape con un generoso finiquito, al estilo del que percibió Xavi Hernández cuando decidió dejar definitivamente el Barça en verano de 2015, tras sumar el segundo triplete de la historia de la entidad.
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