El Gobierno catalán quiere transformar el ICF (Institut Català de Finances) en un banco público con ficha oficial del Banco de España.
Sería la primera entidad pública regional con capacidad para operar comercialmente en toda la UE. El movimiento no solo rompe un consenso básico en Europa —donde no existen bancos públicos regionales comerciales—, sino que plantea un riesgo financiero y político de gran calado.
Porque cuando una comunidad autónoma tiene su propio banco público, ¿Qué viene después? ¿Una moneda? ¿Una estructura financiera paralela? El paso es grave, y va más allá de lo económico. Es una pieza más en el largo proceso de construcción de estructuras de Estado propias por parte del independentismo.
ð En este vídeo explico qué implica esta decisión, cómo puede afectar al sistema financiero español y por qué Europa debería prestar atención.
Más en Economía
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home