En el nuevo plan energético del Gobierno hasta 2030, las regiones de Cataluña y el País Vasco se llevan cerca del 40 % de la nueva potencia prevista, mientras que regiones como Comunidad de Madrid quedan prácticamente fuera de la planificación pese a tener grandes proyectos residenciales e industriales en marcha.
De los 27,7 GW previstos para nueva demanda hasta 2030, el País Vasco acapara algo más de 5 GW (~18 %) y Cataluña unos 5,4 GW (~19,5 %).
En cambio, la Comunidad de Madrid denuncia que la planificación deja fuera “más de 70.000 viviendas en nuevos barrios” como Los Berrocales, Valdecarros o Retamar, y también proyectos industriales clave para su futuro económico.
La implicación es clara: ante un reparto tan desigual, se abre un debate sobre equidad territorial, prioridades de inversión y la verdadera estrategia energética del país.
¿Por qué dos comunidades asumen casi la mitad de la nueva potencia mientras otras quedan rezagadas? ¿Qué criterio ha seguido el Gobierno para esta distribución? ¿Cómo afectará esto al empleo, la industria y los servicios de las regiones excluidas? Qué significa esto para la política de infraestructuras y la cohesión territorial.
ð¢ No te lo pierdas si te interesa la política energética, los planes de infraestructuras y la distribución de inversiones públicas en España.
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