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Mantenimiento del coche en época de inflación: cómo ahorrar en recambios sin poner en riesgo tu seguridad

Manuel Trujillo 26 Jun 2025 - 12:50 CET
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En tiempos de inflación, mantener el coche en buen estado puede parecer un lujo. Los precios de los repuestos suben, las revisiones periódicas se retrasan y muchos conductores se ven obligados a priorizar gastos. Sin embargo, posponer ciertas tareas de mantenimiento no solo compromete la seguridad, sino que también puede generar averías costosas a medio plazo. ¿Qué se puede hacer cuando el presupuesto no alcanza para todo? Este artículo ofrece una guía práctica para tomar decisiones inteligentes: qué mantener, qué puede esperar, y cómo ahorrar en recambios sin renunciar a la fiabilidad. Porque incluso en épocas de incertidumbre económica, tu coche sigue necesitando cuidados.

Cómo afecta la inflación al mantenimiento del coche

En los últimos años, la inflación ha impactado de forma directa en el sector de la automoción. Factores como el encarecimiento de las materias primas, las interrupciones en la cadena de suministro y la subida de los costes energéticos han disparado los precios de los recambios, lubricantes y mano de obra. En España, según informes del sector, el coste medio de mantenimiento ha aumentado entre un 10 % y un 18 % desde 2022, afectando tanto a vehículos nuevos como antiguos.

Entre los elementos más afectados están los neumáticos, el aceite de motor y los sistemas de freno. Un simple cambio de pastillas y discos puede costar ahora entre un 20 % y un 30 % más que hace tres años. A esto se suma el alza de los seguros y el encarecimiento de las revisiones técnicas, lo que lleva a muchos conductores a posponer tareas esenciales o buscar soluciones más económicas.

Este nuevo contexto obliga a repensar el mantenimiento del coche. No se trata solo de ahorrar, sino de saber dónde ahorrar sin poner en peligro la seguridad. Para ello, es fundamental distinguir entre lo que es urgente y lo que puede esperar, así como identificar los componentes donde una buena elección de repuesto puede marcar la diferencia entre una reparación eficaz y un gasto innecesario.

Prioriza lo que realmente importa

Cuando cada euro cuenta, la clave no es eliminar el mantenimiento, sino saber qué tareas no se pueden posponer bajo ninguna circunstancia. Existen elementos del vehículo directamente relacionados con la seguridad que deben tener prioridad absoluta, sin importar el contexto económico. Frenos, neumáticos, dirección, suspensión y los distintos fluidos operativos (aceite, refrigerante, líquido de frenos) forman parte de ese grupo esencial.

Ignorar el desgaste de unas pastillas de freno puede suponer no solo un mayor coste al dañar los discos, sino también un riesgo real en la conducción. Circular con neumáticos por debajo del mínimo legal multiplica la distancia de frenado y reduce el agarre, especialmente en lluvia. Una fuga de líquido refrigerante no solo puede provocar un sobrecalentamiento del motor, sino daños internos irreversibles. Estos no son escenarios teóricos, sino consecuencias reales de no priorizar adecuadamente el mantenimiento.

Establecer un orden lógico de intervención ayuda a planificar los gastos y a evitar sorpresas mayores. Comenzar por una revisión visual del sistema de frenos, comprobar el estado y presión de los neumáticos, controlar los niveles de fluidos y asegurarse de que no hay fugas activas permite tener un diagnóstico claro. Con esta base, el conductor puede tomar decisiones informadas y buscar recambios compatibles, seguros y asequibles para resolver los puntos críticos. El mantenimiento, incluso en tiempos de inflación, sigue siendo una cuestión de prioridades técnicas, no solo económicas.

Guía práctica para ahorrar en repuestos sin perder calidad

Buscar recambios más económicos no implica necesariamente renunciar a la calidad. El mercado ofrece hoy en día alternativas fiables al canal oficial, especialmente dentro del segmento aftermarket. Muchas marcas independientes fabrican piezas que cumplen con los estándares exigidos para su uso seguro en carretera. Para aprovechar estas opciones sin asumir riesgos, es esencial acudir a distribuidores serios y especializados. Una opción recomendada es repuestos de Trodo.es, donde se pueden encontrar piezas compatibles para una amplia gama de vehículos, con especificaciones claras, precios competitivos y la garantía de trabajar con un proveedor verificado. Comprar en sitios con información técnica detallada y soporte postventa no solo evita errores de compra, sino que también aporta tranquilidad durante el proceso. Ahorrar es posible, pero solo si se hace con criterio técnico y confianza en la fuente.

Uno de los primeros criterios a tener en cuenta es la compatibilidad. Antes de comprar cualquier pieza, es fundamental verificar que el producto sea adecuado para el modelo exacto del vehículo, incluyendo variante de motor, año y código OEM si es posible. Muchos errores de compra provienen de una identificación incorrecta, lo que genera devoluciones y pérdidas de tiempo. Utilizar herramientas de búsqueda específicas y consultar el manual del coche ayuda a evitar este problema.

El segundo aspecto crítico es la procedencia del repuesto. Comprar en tiendas online reconocidas, que ofrezcan información técnica detallada, garantía y soporte posventa, es una medida de seguridad esencial. Evitar plataformas de baja reputación o vendedores sin referencias reduce el riesgo de adquirir piezas falsificadas o defectuosas. Comparar opiniones de otros usuarios y buscar certificaciones (como TÜV o ISO) también proporciona garantías adicionales.

En definitiva, ahorrar en repuestos no significa renunciar a la seguridad. Con criterio técnico y atención al detalle, es posible encontrar alternativas asequibles que mantengan el coche en perfecto estado, incluso en un contexto de precios elevados.

¿Hacerlo uno mismo o acudir al taller?

Ante la presión de reducir gastos, muchos conductores se plantean si ciertas tareas de mantenimiento pueden resolverse por cuenta propia. La respuesta no es única: depende de la complejidad del trabajo, de la experiencia personal y, sobre todo, del margen de error que el sistema permite. Algunas intervenciones son perfectamente realizables en casa; otras exigen equipos profesionales, conocimientos específicos y medidas de seguridad que no deben subestimarse.

Por ejemplo, cambiar el filtro de aire, el filtro de habitáculo o realizar un cambio de aceite son operaciones sencillas, siempre que se sigan los pasos adecuados. Estas tareas suponen un ahorro directo en mano de obra y permiten conocer mejor el estado del vehículo. Incluso comprobar y rellenar líquidos (frenos, refrigerante, dirección) o sustituir una batería descargada entra dentro de lo que muchos conductores pueden asumir sin riesgo.

Sin embargo, cuando se trata de frenos, suspensión, sistemas eléctricos complejos o diagnosis de fallos internos, lo más recomendable es acudir a un taller cualificado. Un error en estas áreas no solo puede dañar componentes costosos, sino comprometer directamente la seguridad en carretera. Intentar reparar un fallo en el sistema ABS sin el equipo adecuado o sustituir piezas sin torquímetro calibrado puede derivar en consecuencias graves.

La decisión, por tanto, debe basarse en el equilibrio entre lo que se puede hacer bien y lo que conviene delegar. Ahorrar no es asumir todo, sino saber cuándo actuar y cuándo confiar en un profesional. En ambos casos, elegir repuestos de calidad sigue siendo el factor común para lograr un mantenimiento eficaz.

Frecuencia y rutinas para mantener el coche sin gastar de más

Uno de los errores más frecuentes en épocas de inflación es adoptar un enfoque reactivo frente al mantenimiento: solo se actúa cuando algo falla. Este patrón, aunque comprensible, resulta ineficiente y costoso a largo plazo. Establecer una rutina básica y periódica permite detectar problemas antes de que se agraven, optimizar el uso de recursos y planificar mejor los gastos.

Una rutina mensual puede incluir la revisión del nivel de aceite, la presión de los neumáticos, el estado de los limpiaparabrisas y la comprobación visual de posibles fugas. Tareas que no requieren herramientas especiales y que pueden prevenir desde un desgaste prematuro del motor hasta un accidente por falta de visibilidad. Cada tres meses, conviene inspeccionar los frenos, verificar el estado de la batería y comprobar los niveles de refrigerante y líquido de frenos. Una revisión anual más completa -que incluya filtros, correas, amortiguadores y sistema de escape- ayuda a mantener el vehículo en condiciones óptimas.

Este enfoque por etapas permite distribuir el gasto a lo largo del año. No es necesario hacerlo todo de golpe, pero sí ser constante. Usar una libreta de mantenimiento o una app para registrar kilometraje y fechas facilita mucho el control. Además, conocer los intervalos recomendados por el fabricante -y no solo los del taller- permite evitar sustituciones innecesarias. Por ejemplo, no todos los coches necesitan cambiar el aceite cada 10 000 km; algunos pueden alcanzar los 15 000 o incluso 20 000 km si se utilizan lubricantes sintéticos de alta calidad.

La prevención no es un gasto: es una estrategia. Y en un entorno de precios elevados, anticiparse es la mejor forma de ahorrar sin renunciar al rendimiento ni a la seguridad del vehículo.

Cuándo reparar y cuándo sustituir

Una de las decisiones más delicadas al mantener un coche en época de inflación es elegir entre reparar una pieza desgastada o sustituirla por completo. Aunque reparar puede parecer siempre la opción más barata, esto no siempre se traduce en ahorro real. El criterio técnico debe basarse en el estado del componente, su función en el vehículo y el coste total de cada opción, incluyendo riesgos y durabilidad.

Tomemos como ejemplo los frenos. Reparar una pinza que presenta una fuga puede ser viable si se detecta a tiempo y se dispone de un kit de juntas compatible. Pero si el pistón está dañado o la corrosión es avanzada, lo más seguro (y económico a medio plazo) es sustituir el conjunto. Lo mismo ocurre con los amortiguadores: cambiar solo una unidad para ahorrar dinero puede provocar un desgaste desigual y forzar otras piezas de la suspensión, generando nuevos costes.

Por otro lado, hay casos en los que una reparación bien ejecutada prolonga la vida útil del sistema sin comprometer el rendimiento. Reprogramar una centralita que presenta fallos menores, reparar una conexión eléctrica suelta o sustituir solo la carcasa de un retrovisor roto son intervenciones perfectamente válidas. El secreto está en saber distinguir entre lo que se puede salvar y lo que no conviene conservar.

Un buen punto de partida es comparar precios y tiempos de vida útil estimados. Si el coste de la reparación supera el 50 % del coste de sustitución y no garantiza plena funcionalidad, lo más sensato es cambiar la pieza. Apostar por repuestos duraderos y bien adaptados al vehículo ayuda a reducir este tipo de dilemas en el futuro.

Conclusión: mantenimiento responsable en tiempos difíciles

El mantenimiento del coche durante una etapa de inflación no tiene por qué ser un proceso caótico ni peligroso. Ahorrar es posible, siempre que se actúe con criterio técnico y sentido común. Priorizar componentes críticos como frenos, neumáticos y fluidos no es negociable. Elegir repuestos compatibles y de calidad permite reducir costes sin comprometer el funcionamiento. Y adoptar una rutina básica de revisiones ayuda a detectar problemas antes de que se conviertan en averías costosas.

Además, valorar qué tareas se pueden hacer en casa y cuáles requieren la intervención de un profesional permite optimizar el presupuesto sin asumir riesgos innecesarios. Reparar o sustituir debe ser una decisión razonada, basada en coste, funcionalidad y durabilidad. En definitiva, el mantenimiento en tiempos difíciles no se trata de hacer menos, sino de hacerlo mejor. Con método, previsión y conocimiento, cuidar el coche sigue siendo posible y rentable.

Preguntas frecuentes (FAQ)

  1. ¿Qué tareas de mantenimiento puedo hacer yo mismo sin ser mecánico? Puedes cambiar el filtro de aire, revisar el nivel de aceite, rellenar líquidos, sustituir escobillas limpiaparabrisas y revisar la presión de neumáticos. Son operaciones sencillas si se siguen instrucciones básicas y se utilizan piezas compatibles.
  2. ¿Es fiable comprar repuestos de coche online durante épocas de inflación? Sí, siempre que se compren en tiendas reconocidas y se verifique la compatibilidad con el modelo del vehículo. Leer opiniones de usuarios y comprobar certificaciones ayuda a evitar fraudes.
  3. ¿Con qué frecuencia debo revisar el coche si quiero evitar averías costosas? Se recomienda una revisión rápida mensual (niveles, neumáticos, limpiaparabrisas), una revisión más completa cada tres meses y una inspección anual profunda, incluyendo frenos, filtros y suspensión.

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