Ludwig van Beethoven pudo morir envenenado. Esa es la hipótesis que mantiene un investigador vienés, quien insiste en que tiene pruebas de que al genial músico alemán lo mataron.
Andreas Wawruch fue el encargado de tratar la cirrosis hepática y los edemas en el abdomen que sufrió Beethoven durante los años previos de su muerte, hace ya 180 años. Tras punzar la cavidad abdominal del creador de la Quinta Sinfonía, su médico personal le cerraba la herida con cinta de plomo, según el experto forense Christian Reiter, quien afirma que la muerte del músico «se debió a los tratamientos del doctor Wawruch. Aunque no se lo puede culpar», puntualiza Reiter en el diario La Nación.
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