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Sufría de Alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa que afectó su memoria y capacidades cognitivas en sus últimos años

Muere a los 81 años la periodista Isabel Pisano, viuda de Waldo de los Ríos

Estuvo recluida en una residencia geriátrica en Majadahonda, Madrid, desde 2022.

Fernando Veloz 26 Ago 2025 - 07:08 CET
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El silencio de la residencia geriátrica de Madrid donde Isabel Pisano pasó sus últimos años contrasta con la intensidad de su vida pública, marcada por la lucha, el arte y el compromiso.

A día de hoy, 26 de agosto de 2025, la noticia de su fallecimiento a los 81 años resuena en redacciones y círculos culturales de ambos lados del Atlántico, recordando a una mujer que nunca rehuyó los focos ni el riesgo, y que supo transformar la experiencia en literatura, cine y periodismo de investigación.

Sufría de Alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa que afectó su memoria y capacidades cognitivas en sus últimos años.
Estuvo recluida en una residencia geriátrica en Majadahonda, Madrid, desde 2022.

Nacida en Montevideo en 1944, Pisano dejó Uruguay a los 18 años para iniciar una carrera artística en España, país al que llegó para rodar la superproducción “Pampa salvaje” (1966).

Allí conocería al compositor argentino Waldo de los Ríos, con quien contrajo matrimonio en Gibraltar en 1970, en una unión marcada tanto por la pasión como por el dolor y la tragedia.

La muerte de De los Ríos en 1977, un suicidio que conmocionó al mundo cultural español, dejó en Pisano una huella profunda, que transformó en literatura en el libro “El amado fantasma”.

El eco de su voz, su mirada incómoda sobre la realidad y su capacidad para traspasar fronteras quedarán como testimonio de una existencia singular, difícil de encasillar y, sobre todo, irrepetible.

Trayectoria polifacética: del cine a la corresponsalía de guerra

La impronta de Pisano en la cultura española e internacional es difícil de encapsular en una sola disciplina. Actriz en sus inicios, trabajó bajo la dirección de grandes como Federico Fellini en “Casanova” (1976) o Bigas Luna en “Bilbao” (1978), cinta que escandalizó a la sociedad de la época por su carga sexual y que consolidó la imagen de Pisano como mujer transgresora y sin miedo al juicio ajeno.

Sin embargo, fue en el periodismo donde alcanzó su mayor reconocimiento. Su carrera como corresponsal de guerra la llevó a cubrir conflictos en Palestina, Líbano, Somalia, Bosnia e Irak para medios como la RAI, El Mundo, The Guardian, Il Giornale, Marie Claire y Oggi. Su estilo directo, valiente y apasionado le valió el respeto de colegas y el reconocimiento de instituciones, como el galardón a Mejor Periodista de 2002 otorgado por la Asociación de Revistas de Información y la condecoración del Ministerio de Cultura español.

La vida personal de Pisano nunca fue ajena al interés público. Tras la muerte de Waldo de los Ríos, mantuvo una relación sentimental con Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina, una experiencia que retrató en el libro “A solas con Arafat”. Su círculo de amistades y relaciones abarcó desde grandes figuras del cine como Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale o Liliana Cavani, hasta personajes de la política internacional, demostrando una capacidad única para moverse entre mundos dispares sin perder su independencia.

Un legado literario y periodístico sin concesiones

La obra de Isabel Pisano es tan prolífica como polémica. Como novelista y ensayista, abordó temas incómodos y rompió tabúes, como en “Yo puta”, un libro-reportaje en el que se adentró en el mundo de la prostitución desde la perspectiva de las propias trabajadoras sexuales. Sus crónicas de guerra, impregnadas de humanidad y crudeza, aportaron una mirada distinta y comprometida, lejos de la equidistancia o la complacencia. Su voz, a menudo incómoda para los poderes establecidos, se mantuvo fiel a la búsqueda de la verdad, aunque eso la enfrentara a sectores conservadores de la sociedad.

Colegas y amigos destacan la coherencia ética y el coraje de Pisano. “No era una mujer de grises, sino de pasiones intensas y convicciones sólidas”, recuerda un veterano reportero que compartió destino con ella en Beirut. “Podía ser incómoda, pero jamás indiferente. Deja tras de sí una generación de periodistas que crecimos admirando su valentía y su honestidad”.

Últimos años y adiós discreto

Los últimos años de la vida de Isabel Pisano estuvieron marcados por el Alzheimer, enfermedad que la apartó del foco mediático y la recluyó en una residencia de Majadahonda desde 2022. Apenas tres amigos, dos residentes en Uruguay y uno en Roma, tenían permiso para visitarla, según confirman fuentes próximas. La soledad de su final contrasta con la intensidad de su existencia, una paradoja sobre la que ella misma reflexionó en sus escritos más personales.

Diversos colectivos del periodismo y la literatura han anunciado homenajes y actos conmemorativos en Madrid y Montevideo, donde su figura será recordada como la de una pionera en la corresponsalía de guerra y la literatura de no ficción. Instituciones culturales españolas y uruguayas han lamentado públicamente su pérdida, subrayando la importancia de su legado para las nuevas generaciones de mujeres periodistas y escritoras.

Datos clave de la vida y obra de Isabel Pisano

 

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