Según explican los creadores de la prenda, que ya cuenta con gran cantidad de pedidos de los consumidores, desaparece a los pocos minutos de entrar en contacto con el agua.
En Alemania esta prenda es furor gracias a que a los pocos segundos de mojarse desaparece, puesto que es soluble al agua.
Sin embargo, como toda idea revolucionaria, hay quienes estan en contra de su salida al mercado. Tal es el caso de la defensora de los derechos femeninos Rosmarie Zapfl, que opinó que «es un insulto a la mujer que siquiera exista este invento».
La prenda se vende por 9,99 euros.
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